Carlos Andrés Machado, de 48 años de edad, es el secretario por excelencia: una persona amable, servicial y dedicada con su trabajo. Lleva 33 años en la universidad, de los cuales los primeros cuatro fueron como operario de mantenimiento junto a Marlene Gallardo, supervisora del personal de mantenimiento. Un día como cualquier otro en el año 1983, el antiguo secretario general de esta casa de estudios Ángel Sandoval, ya fallecido, lo observó limpiando en piso 3 y decidió darle la oportunidad de ir a la Escuela de Economía a trabajar medio tiempo como asistente de oficina. Para este entonces, Machado consiguió laborar otro medio tiempo en la Escuela de Psicología. Pero fue en 1991 cuando María Isabel Martínez (directora de Economía en ese momento) le propuso laborar a tiempo completo en la escuela, donde ha realizado un destacado trabajo hasta la actualidad. Reside en Macarao desde hace 47 años, lleva diez junto a su esposa, Idaír María Macero, con quien tiene una hija de ocho años de edad. Él se considera un hombre fiel y trabajador en todos los aspectos, tanto laboral como familiar. “La universidad es mi segunda casa, y los estudiantes y profesores son mi segunda familia”, comenta cuando se refiere a la Escuela y a la universidad. Posee una voz de locutor, que puede apreciar todo aquel que se comunique por teléfono a esta dependencia de la Católica. Resaltan en él el carisma y la sencillez con la cual trata a los estudiantes. Labora en una oficina llena de reconocimientos: “Apoyo y colaboración en nuestro proceso de formación profesional y en la consecución de nuestras metas”, se puede leer en una de las placas, lo cual evidencia que Machado es muy querido por los alumnos. Además, agrega:

Me veo en el espejo y digo: «tengo salud, trabajo y una hermosa familia».