“¿Todavía trabajando aquí?”, es la pregunta que muchos estudiantes, profesores y egresados hacen al entrar al Departamento de Caja. Quien les atiende es una señora de 48 años, de los cuales lleva 23 laborando en esa dependencia de la UCAB, con una gran sonrisa y dispuesta a atender al público con la mayor disponibilidad. Ella es América Rosa Capote, actualmente cajera 3, cuya experiencia la describe como buena y satisfactoria: “No es fácil trabajar con público, pero me gusta el ambiente, conocer a estudiantes e intercambiar conocimientos”. Toda esta travesía se la debe a su compañera de trabajo, amiga y vecina Kleidis González, quien la motivó a que hiciera el proceso de prueba para entrar a trabajar en el campus; gracias a esto, en septiembre de 1992, caja contaba con una nueva trabajadora. Capote ha residido toda su vida en Antímano. De pequeña siempre fue competidora, atlética, buena bailarina y colaboradora con las demás personas. “Me gusta ayudar, pero que no abusen”. Ha vivido cosas maravillosas como el nacimiento de su nieta, pero también malas como la muerte de su madre, hace dos meses de cáncer de pulmón, momentos en los que ella dice: “Tenemos que seguir. La vida continúa”. Su vida gira en torno a sus hijos (de 28 y 24 años de edad) y su nieta (de dos años). Aunque suene extraño, Capote no ansía salir jubilada, ya que está acostumbrada a trabajar y le encanta la universidad. Es ordenada tanto dentro como fuera de su oficina. Si pudiese hacer un contraste entre el Antímano de su infancia y el actual, escogería el de antes, ya que la gente era más sociable, cariñosa y respetuosa; en la actualidad la gente ha cambiado con la situación del país, por lo que ella agrega:

Antes la gente eras más humilde, ahora son más egoístas.