En la actualidad, gran parte del estudiantado de bachillerato suele graduarse con deficiencias en las competencias básicas, principalmente en las habilidades lingüísticas y numéricas. Posteriormente, cuando ingresan a la universidad se ven inmersos en un nuevo mundo con un nivel de exigencia mayor, un modelo académico más actualizado (modelo por competencia) y nuevos conocimientos que deberán buscar la manera de procesarlos y ponerlos en práctica.

Según los psicólogos Rosa Escobar y David Sucre, del Centro de Asesoramiento y Desarrollo Humano (CADH), las principales causas de que un alumno de los primeros semestres repruebe una materia son: no poseer una técnica de estudio adecuada, problemas emocionales y vocacionales, manejo del tiempo, mala alimentación y problemas económicos, así como la situación país. Escobar comenta: “Los primeros semestres de la carrera deben ser para aprender y conocer cuál es el método de estudio que les funciona”.

 

AUTOEVALUACIÓN EN PRÁCTICA
El primer paso que debe tener un estudiante para mejorar su estudio es autoevaluarse y darse cuenta en cuáles materias tiene un mayor desempeño y en cuáles no. Una vez hecho esto, se procede a tomar la decisión de recurrir a un especialista.

“Esto en muchos casos suele ser beneficioso”, comenta Sucre, ya que la persona se da cuenta de si existe algún problema personal, emocional o económico. De ser así, lo mejor es asistir al CADH o a la Oficina de Cooperación Económica al Estudiante (OCEE), esto último si se llegase a tener dificultades para costear la matrícula.

Otro pregunta que debe plantearse la persona es: ¿cómo se ve a largo plazo?, ya que muchas dificultades se ven relacionadas a problemas vocacionales.

Una vez cumplido este paso, se está más cerca de conseguir la mejora en los estudios, gracias a que el estudiante comienza a darse cuenta de diversos factores que pueden estar perjudicando el desenvolvimiento de sus actividades académicas.

 

MANEJO DEL TIEMPO, DE CADA HORA
En una ciudad tan congestionada como Caracas, suele ser difícil planificar y ejecutar un programa de estudios. Lo primero que se evalúa es en qué invierte mayor tiempo el estudiante. Posteriormente se recomienda elaborar un horario de estudio semanal, en el cual se le dedique el doble de horas a una materia, es decir, si usted cursa una materia por dos horas lo recomendable es que le dedique cuatro horas de estudio.

“Hay que hacer entender al estudiante que con el nuevo modelo por competencia, es él el responsable de sus estudios, ya no debe depender del profesor”, dice David Sucre.

Así mismo, se recomienda tomar en cuenta que si la semana posee 168 horas diarias, hay que dedicarle mínimo ocho al descanso y, adicional, tomar en cuenta las horas de traslado tanto para la universidad como para la residencia, comer y recreación. Además se recuerda que la mente solo puede procesar 40 minutos de estudio, ya después se debe descansar 15 o 20 minutos para luego continuar.

Es ideal aprovechar el tiempo entre el traslado para repasar o leer, ya sea en una cola, en el metro o en el carrito. Si la actividad de lectura se ve muy forzada, se puede emplear el ejercicio de recordar y memorizar el contenido visto en clases ese día, así como emplear las horas entre clases para el estudio. Para finalizar el día se recomienda relajarse, tomar un baño para luego exigirse a sí mismo más.

 

PREPARARSE PARA EL PARCIAL
Los psicólogos consideran esencial que antes de un examen se debe preparar el material de estudio con tiempo, ya sea en esquemas, cuadros comparativos o mapas mentales, dependiendo de cuál estrategia les funcione mejor y distribuirlo dependiendo de la complejidad de cada tema. No deja de ser importante dormir y comer suficiente y de manera balanceada.

Hacer un esquema del modelo de preguntas que pudiese salir en el examen siempre ayuda, además de ser un factor clave para controlar la ansiedad, la cual es buena hasta un cierto punto, ya que esto puede ayudar a que fluyan mejor las ideas. Por último, evitar los pensamientos catastróficos.

Durante el parcial lo más aconsejable es no escuchar a los compañeros, ya que esa información puede confundir con la información propia. Hacer un repaso previo de las preguntas y empezar por las que se sepan, esto ayuda a que bajen los niveles de estrés y ansiedad y, probablemente, vengan ideas a la mente para contestar las demás que se desconozcan. Controlar el tiempo, es decir, no quedarse atorado en una respuesta y avanzar a las siguientes, siempre respondiendo de manera coherente. Finalmente, tomarse el tiempo de chequear el examen antes de entregarlo y hacer las correcciones pertinentes.

Al salir del examen no cometer el error de ir a los libros o al material de apoyo, tampoco preguntar a los amigos y no entrar en la negación. Se recomienda premiarse por el esfuerzo puesto en el examen, ya sea salir o darse un gusto. La psicóloga Rosa subraya: “La nota es algo que representa una escala, no es algo que te defina como profesional”.

 

APLICARSE CON CADA MATERIA
En las materias se recomienda estudiar primero de manera individual, luego en equipo y, posteriormente, discutirlas con el profesor. Además hay que saber diferenciar entre los “panas” y los compañeros de estudio, ya que en el semestre hay períodos críticos, por ende a veces hay que inhibirse de salir algunos fines de semana.

“Lo que más te causa dificultad es a lo que más le debes dedicar tiempo y ganas”, comenta David Sucre.

Al salir de las clases se sugiere reforzar la información vista, ya que ayuda a la síntesis de información en la memoria, y repetir el proceso de aprendizaje entre la clase y la siguiente. Indagar para qué se cursa la materia y saber el fin de la misma, con el fin de motivarse a sí mismo. Aprovechar los servicios que la UCAB ofrece para el desarrollo y nutrición del perfil profesional del estudiantado.

Principalmente se aconseja al estudiante confiar en sus habilidades y capacidades, ser honesto consigo mismo y dar el 100% en todo, ya que todo implica sacrificios y esfuerzos, pero la recompensa es la de contribuir con una sociedad.

♦ Luis E. Martínez