Las condiciones para ser profesor en Venezuela llevan a profesionales de la educación a emigrar o a “rebuscarse”. Según la secretaria del Colegio de Profesores, Yaritza Viña, en mayo de este año 26 docentes del Instituto Pedagógico de Caracas se fueron del país en el marco del Proyecto Prometeo, una iniciativa que ofrece a docentes e investigadores la oportunidad de trabajar en Ecuador, Chile y Perú.

En las aulas de los colegios y en los salones de las universidades la asistencia de profesores o de docentes en formación es cada vez menor. “En la Escuela de Educación vemos que hay menos vocación hacia la carrera, sobre todo en las áreas de ciencias naturales, historia, inglés, informática y castellano”, asegura José Francisco Juárez, director de la Escuela de Educación de la Universidad Católica Andrés Bello.

Las materias científicas, como matemáticas, biología y química, son las que cuentan con menor demanda. Juárez afirma que existe la percepción de que la docencia es una carrera con pocos beneficios y muchos sacrificios. La falta de motivación no se circunscribe a Venezuela; eso se da en toda Latinoamérica.

No obstante, según el director de la Escuela de Educación, las políticas públicas pueden cambiar esta impresión.

Según Juárez, el Estado no ha sabido aprovechar su capacidad para solventar el problema de la falta de profesores. “El Gobierno ha ejercido políticas públicas que han ido contra la vocación docente en vez de reforzarla”, sostiene, y destaca el problema salarial:

“Si existiese una política pública favorecedora, se les daría a los docentes un reconocimiento con un buen sueldo, pero tienen que amenazar con un paro para poder exigirlo”.

La reducida paga se encuentra entre las principales razones de los estudiantes para no escoger la carrera. Para agosto de 2014, un docente con 36 horas de trabajo semanal, de categoría I con hasta 3 años de servicio, ganaba 4.832 bolívares. Luego del aumento de 50 por ciento exigido por los docentes en mayo de 2015, el sueldo de estos educadores llegó al salario mínimo. El máximo sueldo al que podía aspirar un docente para agosto del año pasado, en la categoría VI, eran 7.161,15 bolívares. Después del ajuste de este año, los profesores de esta categoría devengan un sueldo de poco más de 14 mil bolívares.

Juárez asegura que el menosprecio hacia los educadores también se nota en el mal funcionamiento del Instituto de Previsión y Asistencia Social del Personal del Ministerio de Educación (IPASME), el cual está “casi paralizado y no ofrece beneficios a los educadores”.
Los especialistas denuncian que la falta de reconocimiento también afecta a los docentes que trabajan en calidad de interinos. De acuerdo con Viña, secretaria del Colegio de Profesores, para 2014 se registraron más de 100 mil educadores sin titularidad. Agrega:

“En 2013 había 187 mil docentes en calidad de interinos pero esa cifra se redujo porque el año pasado el Gobierno otorgó 44 mil títulos”.

[Extractos de una nota publicada en el portal Efecto Cocuyo por Jullet Pineda.]