En los últimos años en Venezuela se ha aumentado en gran medida el índice de violencia, así como la proliferación de bandas dedicadas al crimen organizado en diversas regiones del país. Estos fueron los tópicos tocados por Roberto Briceño León, profesor titular de la UCV y director del Laboratorio de Ciencias Sociales (LACSO), durante su intervención en el segundo día del «Congreso Nacional de Ciencias Sociales» de la UCAB.

Briceño destacó que para el período comprendido entre 1984 y 1986 hubo nueve homicidios por cada cien mil habitantes, pero que únicamente en el 2014 ya se cuantificaban ochenta y dos muertes por cada cien mil habitantes, esto producido por la violencia descontrolada, la pérdida de la institucionalidad y el delito organizado.

Para el docente, en la historia de Venezuela existen tres grandes picos que han desencadenado la violencia en el país: en 1989, con el caracazo, que generó un aumento en los índices de mortalidad con un aproximado de quinientos homicidios en una semana; en 1992, con el golpe de Estado fallido para derrocar al entonces presidente de la República, Carlos Andrés Pérez, que originó una ola de crímenes producto de la gravedad sociológica que este acto representó; y, por último, el período de 1999 a 2014, el cual denominó como la destrucción institucional, llevando las cifras de delitos y muertes a cifras alarmantes.

El profesor destacó que durante el mandato del expresidente Rafael Caldera (1994 a 1998) las cifras de homicidios se mantuvieron e incluso llegaron a descender. Pero que durante el primer año de período del presidente Chávez hubo entre 4.500 y 6.000 homicidios y, para el segundo año, hubo entre 6.000 y 8.000.

En cuanto al crimen organizado, el director del LACSO subrayó que se ha podido contabilizar un aproximado de ochocientas bandas dedicadas al crimen organizado en el país. Además, puntualizó la diferencia entre el narcotráfico, que busca hacer dinero y obtener poder político, y la guerrilla, que solo busca el control político valiéndose del dinero para ello.

PERFIL DEL DELINCUENTE

Por otro lado, se refirió a los rasgos psicológicos que tiene un individuo para formar parte del crimen organizado y qué lo lleva a ejecutar el crimen; estos son: ambición, liderazgo y astucia. Briceño considera:

Quieren tener dinero y poder, pero no por los medios legales.

También mencionó la inadecuada socialización de la persona, además de la relación costo-beneficio, es decir, el criminal evalúa si el costo por cometer el crimen es considerable en relación a los beneficios que obtendrá por él. En el caso de Venezuela, por el hecho de haber impunidad, se decide cometer el crimen sin miedo al castigo.

Briceño destacó que en las bandas organizadas existe un gran nexo social, el cual se construye en conjunto con la familia y el territorio donde operan, para así crear un vínculo que evite las traiciones.

Entre los tipos de organizaciones se encuentran las pandillas, mafias y bandas. Las pandillas usan la fuerza bruta y poseen poco intelecto a la hora de cometer el crimen, a diferencia de las mafias que usan una combinación de ambas «técnicas» para amedrentar a sus víctimas. Las bandas son más elaboradas, ya que emplean una mezcla del mundo legal e ilegal, con muy poca violencia y mayor acceso al capital. Cabe destacar que estas últimas han tenido un alto incremento en los últimos años. León indica:

El crimen organizado puede llegar a tener más poder en una entidad que el Estado.

♦ Luis E. Martínez