El rugby femenino es uno de los deportes con más crecimiento en las últimas décadas en nuestro país. Una disciplina que este año logró el hito de clasificar al repechaje de los Juegos Olímpicos 2016 a celebrarse en Río de Janeiro, a pesar de no tener la atención del público venezolano como poseen las prácticas del baloncesto, béisbol, fútbol o voleibol. Una de las precursoras y líderes de este desarrollo es Claudia Contreras, capitana de la Vinotinto.

Contreras es psicóloga egresada de la Católica y tiene una especialización en Psicología Deportiva en la UNET. Se desempeña como entrenadora y jugadora de UCAB Rugby, un equipo que viene de ganar la tercera válida del torneo nacional celebrado en octubre. Son cinco rondas entre 2015 y 2016; ya ganaron la primera edición, pero en la segunda no pudieron participar por motivos económicos.

Sus conocimientos en el área de la psicología le han servido para “manejar temas grupales” y lograr que su mensaje llegue más claro a sus compañeras. Factor importante para una persona que es capitana de la selección nacional, un rol que no asume con ligereza y asegura que es un “honor” y una “responsabilidad bastante grande”.

Una responsabilidad que la ha hecho tomar la decisión de dedicarse exclusivamente al rugby (desde el mes de octubre) debido a la exigencia de los entrenamientos, lo cual hace que tenga que poner en pausa sus otros proyectos como la fundación Deporte para el Desarrollo —una organización que concibe la actividad atlética como una herramienta de desarrollo para el país—, además de sus consultas a clubes del fútbol profesional (fue psicóloga del Monagas Sport Club y del Deportivo Petare).

Un sacrificio por un deporte que considera una “pasión”, el cual no le genera beneficios económicos, ya que, asegura, que ha sido más lo que ha gastado que lo que ha percibido monetariamente. Precisa que es de las personas que puede tener un mal día pero, después del entrenamiento, sale feliz.

Considera que la seriedad en los entrenamientos es la clave del éxito de la selección de la UCAB y de la Vinotinto. Para Contreras hay tres valores que no se negocian y son su bandera: respeto, disciplina y constancia. Esos tres ingredientes son parte de su receta para el éxito en un deporte que no es puro músculo, ya que la estrategia es igualmente importante. “El objetivo no es ir al contacto, sino tratar de llevar el ovoide de tu cancha al otro lado, y se puede hacer evitando choques”.

 

AMOR A PRIMERA VISTA

Contreras desde que era una niña practicaba deportes, puesto que según ella “alguien tenía que jugar con su hermano menor”. En esa etapa se paseó por disciplinas como el baloncesto y el  voleibol; aunque un primo siempre la invitaba a jugar rugby, pero nunca se terminaba de motivar y alegaba estar muy ocupada en las asignaciones escolares.

Todo cambió cuando ingresó a la UCAB para estudiar Psicología y se atrevió a subir a las canchas a un entrenamiento. A partir de ese momento se enamoró incondicionalmente de una disciplina que le ha dejado grandes satisfacciones y dos marcas en su rostro que le sirven para “contar la historia de su oficio”, aunque confesó: “Yo era de las que decía que si me pasa algo en la cara, no jugaba más nunca”.

La primera cicatriz la tiene en el labio superior y se la hizo en un choque contra la UCV. Aunque de la que tiene mejor recuerdo es la que tiene en su ceja derecha, puesto que fue en un encuentro con Colombia, en la copa Valentín Martínez en Uruguay, un careo que ganaron y el cual tilda de “súper importante”. Cabe destacar que las colombianas son una potencia en esta disciplina y son la única selección sudamericana clasificada a los Juegos Olímpicos.

“No somos muchachas ni muy grandes o muy corpulentas, pero la cuestión es atreverse hacer algo distinto, que es lo que puede quitar ese prejuicio”, comentó sobre el escepticismo que existe acerca de que la mujeres practiquen rugby. También recomendó a las chicas interesadas que suban a ver un entrenamiento o partido para que se den cuenta de qué se trata todo esto.

En referencia al repechaje que se jugaría el año que viene —la federación de rugby no ha establecido fecha ni lugar— dice que es lo mejor que le ha pasado y posiblemente lo mejor que le pase como jugadora. Mientras que sobre el desarrollo de la disciplina de sus amores en este país indicó que está “germinando”, ya las muchachas están empezando a practicar desde una edad más temprana y eso, a su juicio, es importantísimo.

Contreras y su equipo representarán al Distrito Capital en los juegos nacionales, a los cuales clasificaron como campeonas de su grupo. Así es Claudia Contreras, una mujer que respira rugby, una disciplina en la cual es líder y ha intentado llevarla a lo más alto, ya sea en la universidad, en su estado, en su país y —¿por qué no?— en unos Juegos Olímpicos.

♦ Luis Vílchez