1. Toma en cuenta tus habilidades y aptitudes. Al momento de decidir a qué queremos dedicarnos, es fundamental tomar en cuenta las cosas en las que somos buenos. Puedes preguntarte: ¿Soy bueno/a escribiendo relatos o haciendo fórmulas matemáticas? ¿Me gusta más la historia o la biología? Estas interrogantes podrían ayudarte a tener una mejor idea de las áreas en las que eres bueno/a.
  2. Haz una lista de las cosas que te interesan. Escribir y juntar todas las cosas que te interesan o llaman la atención, puede ayudarte a descubrir en qué eres bueno y hacia qué área tienes mayor inclinación.
  3. Al leer e investigar más sobre esas cosas que te interesen o podrían interesarte, saber en qué eres bueno será mucho más sencillo.
  4. Busca ayuda de un profesional. A algunas personas les sucede que tienen gusto totalmente opuestos. Si este es tu caso, es recomendable que acudas a un profesional en materia vocacional. Así, tendrás una mejor orientación.
  5. No te desmotives por lo que los demás digan. Resulta común que familiares, amigos o incluso gente que apenas te conoce quiera ponerte en duda si en verdad deberías estudiar algo o no. Las decisiones que tomes sobre tu vida profesional siempre deben ser según lo que creas oportuno para ti, no para complacer a los demás.

Tener éxito no es obtener más dinero, prestigio o aceptación de los demás. Ser exitoso es apasionarte por lo que haces, nunca rendirte y ser fuente de inspiración para otras personas. Recuerda: ¡todos somos buenos para algo!

Patricia Graziani