El pasado  22 de abril se celebró el Día Internacional de la Tierra, una iniciativa que se instituyó mundialmente para sensibilizar y educar a la población sobre los principales problemas del planeta y sus posibles soluciones. La fecha también permite reflexionar sobre las medidas que los distintos países y ciudadanos deben tomar para lograr que las futuras generaciones disfruten de forma consciente de los recursos naturales.

En medio de la crisis social y política que atraviesa el país, muchos pensarán que estos asuntos son de poca importancia. Sin embargo, el coordinador de la Dirección de Sustentabilidad Ambiental de la Universidad Católica Andrés Bello, Daniel Guitian,  sostiene que la lucha por las libertades públicas y el estado de derecho también es una lucha por el medio ambiente.

¿La razón? El disfrute pleno de la libertad y la transparencia en la gestión pública propia de los sistemas abiertos pueden generar un entorno favorable para el respeto al medio ambiente por parte de la sociedad.

“Quizás en este momento de coyuntura política se podría creer que el ambiente no tiene lugar. Pero para lograr el desarrollo sostenible es necesario vivir y actuar con las libertades y garantías que otorga la democracia, donde es posible el debate público, la participación de actores calificados, la autonomía institucional y el cumplimiento de las leyes”.

LA IMPORTANCIA DE UNA AGENDA AMBIENTAL

Daniel Guitian cree que la agenda ambiental debe incluirse en las prioridades de los grupos de trabajo que están luchando por la restitución del orden constitucional en el país.

«A pesar de que hay prioridades en el ámbito político, no podemos aislar este tema», sostiene el biólogo de la Universidad Central de Venezuela y magister en Ingeniería Ambiental de la UCAB,  para quien las concesiones de explotación del arco minero en el sur del país y los derrames petroleros son una pequeña muestra de la grave problemática ambiental y del manejo opaco que se viene haciendo en la materia.

«Aunque ciertamente existen leyes que regulan la explotación de recursos en el país, no se conoce si se realizó un estudio de impacto ambiental para un proyecto de una magnitud como el de la explotación minera, que está amenazando la supervivencia de especies de flora y fauna y la disponibilidad de recursos como el agua»

Como experto, recuerda que el país no puede dar la espalda a estos temas porque Venezuela está adscrita a numerosos convenios ambientales internacionales.

«Por ejemplo, en 2015 se celebró la XXI Conferencia de las Naciones Unidas sobre cambio climático, y se acordó medir y reducir emisiones de gas invernadero, uno de los problemas globales relacionados a la contaminación ambiental. Allí Venezuela se comprometió a cuantificar la emisión de estos gases para realizar un diagnóstico y poder establecer prioridades y acciones. Hasta ahora, no ha cumplido este objetivo».

Guitian cree que estos asuntos requieren soluciones rápidas y consistentes, Además, deben formar parte de un plan de acción abierto, conocido por todo el país  y al que sean convocados a participar los distintos sectores del país.  «Esto solo es posible en una verdadera democracia», insistió.

LA UCAB SUSTENTABLE

Como el ejemplo empieza por casa, la Dirección de Sustentabilidad Ambiental de la UCAB ha estado trabajando desde enero de 2014 en proyectos ecológicos enfocados en varias líneas de acción.

En el eje de docencia se han enfocado los esfuerzos en la cátedra institucional Ecología, Ambiente y Sustentabilidad, asignatura obligatoria en todas las carreras a través de la cual se busca sensibilizar a los estudiantes sobre el impacto de la acción humana en el medio ambiente. «Con esta materia estamos promoviendo la participación de los ucabistas en actividades de ecología e innovación ambiental», dice Guitian.

En el área de extensión social, la Dirección sigue desarrollando iniciativas de pequeña escala en comunidades vecinas, principalmente La Vega y Antímano, entre las cuales se cuentan reforestaciones, huertos escolares y trabajos educativos de reciclaje.

Desde el punto de vista de gestión ambiental,  el gran proyecto es la certificación ISO 14001, «una certificación internacional que posicionaría a la UCAB como la única universidad del país validada ambientalmente», agrega el experto, para lo cual la universidad viene mejorando procesos internos de manejo de residuos, uso de recursos como el agua, reciclaje, entre otros.

Así mismo, esta dependencia sigue trabajando en la iniciativa del «techo verde» en el Edificio de Postgrado. «El proyecto busca colocar plantas en ese lugar específico de la estructura, lo cual permitirá que la temperatura dentro de las instalaciones sea más agradable y ayudará a reducir el uso de aires acondicionados». También está formulando el proyecto de un vivero forestal, para obtener plantas y llevarlas a sitios donde sirvan para hacer repoblación vegetal como parte de una estrategia de restauración ecológica.

Actualmente, la Dirección de Sustentabilidad Ambiental está en búsqueda de financiamiento de parte de empresas y organizaciones que quieran apoyarles en sus proyectos. También está abierta a incorporar voluntarios para participar en las diversas actividades que realiza.

Los interesados pueden seguir su Twitter oficial y mantenerse en contacto. También pueden comunicarse a través del correo electrónico [email protected] o visitar su website.

Patricia Graziani