Como una “catástrofe económica y social”. Así calificaron la situación venezolana actual los ponentes que participaron en el foro “Perspectivas 2018 ¿Hay fondo?”, evento organizado por Ratio UCAB, la empresa consultora de análisis y estrategia de la Universidad Católica Andrés Bello.

En la actividad, realizada este 22 de noviembre en el Teatro Trasnocho, se presentaron los escenarios políticos, sociales, económicos y diplomáticos que podrían dominar la agenda venezolana en el año próximo y se ofrecieron opciones para enfrentar los distintos obstáculos.

El primero en hablar fue el economista Víctor Álvarez –exministro de industrias básicas de Hugo Chávez y coordinador del Observatorio de Economía del Instituto Latinoamericano de Investigaciones Sociales (ILDIS)- quien señaló que el país está sufriendo las consecuencias de una política estatal que “no ha sabido administrar las crisis de abundancia” generadas por los ciclos de auge y caída del precio del petróleo.

“Después de haber disfrutado durante varios años de un barril entre 95 y 100 dólares y creer que eso nunca iba a cambiar, los precios hoy se han estancado entre 45 y 50 dólares. Además se ha reducido la producción petrolera, lo que implica un descalabro en el ingreso de divisas del país, porque 96% del dinero que recibe Venezuela proviene de la exportación de crudo. Las reservas internacionales pasaron de $30.000 millones a menos de $10.000 millones; en los últimos 4 años hemos tenido una caída de 36% del Producto Interno Bruto y por eso tenemos esta terrible escasez generalizada, expresión de la debacle del aparato productivo. La inflación es de 50% mensual y los precios de los productos se están duplicando cada dos meses. Además, la deuda externa pasó de $27.000 millones en 2006 a más de $120.000 millones en 2017 y no hay capacidad para pagarla”.

Ante esto, Álvarez estima necesario emprender reformas que ayuden a Venezuela a superar lo que denominó “patologías del rentismo capitalista de la cuarta república y del neorentismo socialista de la quinta república”, lista en la que incluyó la sobrevaluación de la moneda, los subsidios generalizados a bienes y servicios, la baja carga de impuestos en el presupuesto nacional, la alta nómina estatal y los controles de cambio y de precio, entre otros.

“Debemos pasar de la cultura del rentismo a la cultura tributaria de responsabilidad de todos los ciudadanos. Para ello se requiere un programa de reformas que dependa no sólo del rigor técnico de los economistas sino de acuerdos con los distintos sectores que puedan verse afectados”.

Aclaró que atajar la crisis en el corto plazo no implica medidas de shock.

“Contrario a lo que se piensa, resolver la crisis no supone medidas draconianas. Hay un conjunto de acciones a la mano que no tienen que afectar a los más desposeídos. El problema hiperinflacionario se puede resolver y fácilmente podemos pasar de 1000% a 100% de inflación en un año unificando la tasa de cambios múltiples, saneando las finanzas de PDVSA y sincerando el precio de servicios y productos como la gasolina”.

¿Dolarizar o no dolarizar?

Algo más radical que Álvarez fue el economista estadounidense Steve Hanke –profesor de Economía Aplicada, Salud Global y Estudio de Negocios dee la Universidad Johns Hopkins de Baltimore- para quien el “desastre de la inflación venezolana, la más alta del mundo” solo puede ser superada con la eliminación del bolívar.

“Ya la economía se dolarizó espontáneamente. El dólar hoy en Venezuela es la moneda de referencia en las transacciones, aunque no oficialmente. Con la dolarización se lograría estabilización monetaria, se generaría credibilidad y confianza internacional y se eliminaría la potestad del Banco Central de imprimir billetes sin respaldo, que es lo que genera inflación”, dijo en su intervención vía Skype.

El economista puso como ejemplo exitoso el caso de Ecuador. “Habría que establecer una tasa de cambio inicial adecuada para convertir los bolívares a dólares y disminuir el impacto en los salarios e ingresos de la gente. En Ecuador hubo algunos problemas al principio por la tasa que anunció el presidente, pero hoy 80% de los ciudadanos respalda la dolarización”.

 

Contrario a Steve Hanke se mostró Ronald Balza, decano de la Facultad de Ciencias Económicas y Sociales de la UCAB, quien no ve ventajas en la sustitución del bolívar por el dólar. Señaló que el asunto es emprender políticas responsables.

«No es verdad que dolarizar da disciplina fiscal para impedir a los Estados emitir nueva deuda. Por eso no es necesario dolarizar para frenar hiperinflacion. Es necesario combinar  una política fiscal, monetaria y cambiaria  adecuada que implique responsabilidad en el manejo de las finanzas públicas.   La mayor parte de las economías no dolarizadas del mundo tienen tasas de inflación sustancialmente menores a las de Venezuela».

Urgencia humanitaria

El sociólogo e investigador de la UCAB, Luis Pedro España, presentó una ponencia titulada “¿Condenados a la pobreza?” en la que advirtió cómo la aguda crisis económica nacional ha sumergido a la mayoría de la población en la “pobreza estructural”, es decir, le ha quitado la capacidad de satisfacer sus necesidades básicas.

“Las familias venezolanas llevan 4 años reduciendo el consumo de bienes imprescindibles y muchas de ellas están entrado en una etapa diferente de empobrecimiento con consecuencias irreversibles en términos de salud, desnutrición y deserción escolar. Está aumentando la brecha de desigualdad entre los estratos sociales y el problema es más grave en zonas semiurbanas y rurales”.

España coincidió en que sólo con reformas económicas será posible revertir esta situación, pero llamó al gobierno a tomar medidas paliativas urgentes.

“No podemos seguir esperando cambios políticos para resolver los problemas sociales. Hay que hacer cosas inmediatas frente a la catástrofe. Hay que tratar de parar la caída del consumo de alimentos en los hogares venezolanos. Si no se puede recuperar el aparato productivo en el corto plazo hay que promover la importación masiva de dosis nutricionales de emergencia para grupos poblacionales específicos. En lo educativo, hay que lograr que en todas las escuelas de las zonas populares se ofrezca aunque sea una comida y una merienda al día para aumentar la asistencia de los niños menores de 12 años. En definitiva, hay que tomar medidas de emergencia no con fines electorales sino por razones humanas”.

De lo político a lo diplomático

A pesar de los acontecimientos electorales de este año, los especialistas que acudieron al foro de Ratio UCAB siguen viendo en 2018 grandes oportunidades de cambio político para reconstruir la democracia. El asesor en campañas electorales, Juan Mijares, señaló que la oposición venezolana debe prepararse para aprovecharlas.

“Hay que participar en las elecciones presidenciales previstas para el año próximo, trabajar para ganarlas con más de 10 millones de votos y desarrollar una estrategia para enfrentar las irregularidades y defender el triunfo”.

Mijares señaló que ante la posibilidad de que los comicios se adelanten, la oposición debe buscar un “candidato no convencional” designado por consenso y no por primarias, que vaya más allá de los partidos y se comprometa a poner en práctica un plan de gobierno de reconstrucción nacional acordado por distintos sectores. Además, insistió en que la campaña deberá enfocarse en el segmento de los “peladores” que están sufriendo las calamidades de la crisis económica, con un mensaje centrado en la mejora concreta de su calidad de vida.

En la misma línea, el rector de la UCAB, Francisco Virtuoso, aseguró que es imprescindible iniciar la lucha electoral desde ya, construyendo un gran movimiento social que promueva condiciones comiciales justas y movilice a la gente desde la esperanza.

«El primer reto de nuestra sociedad es superar el infantilismo de la oposición, pedirle que sea seria y trabaje en generar consensos para una estrategia electoral común. El momento que vive el país amerita un candidato extrapartido que sea símbolo del país que quiere cambio más allá de la MUD. Hay que exigir madurez al liderazgo para que deje a un lado sus intereses particulares y opte por una figura que represente a todos los venezolanos”.

Sobre lo que pueda ocurrir en el ámbito diplomático, el expresidente de la Corte Interamericana de Derechos Humanos y experto en negociaciones, Pedro Nikken, hizo un llamado a la dirigencia política opositora a replantear sus estrategias para “recuperar la credibilidad ante la comunidad internacional” y consolidar su apoyo a la causa de la democracia. 

“En el exterior hay interés por la crisis venezolana, sobre todo en los países vecinos. La comunidad internacional sí puede presionar constructivamente para que en el país se den cambios o se mejoren las condiciones electorales, por ejemplo. Pero el papel de oposición debe ser construir un mensaje sólido y unitario frente a los distintos países que han brindado apoyo a la causa democrática, algo que se ha visto disminuido en los últimos meses. No basta decir que vamos a cambiar de gobierno sino mostrar lo que pasará después del cambio. Eso no se ha transmitido bien. Y ante la incertidumbre, los gobiernos pueden optar con negociar con el status quo en pro de la estabilidad”.

El Foro “Perspectivas 2018: ¿Hay fondo?” forma parte de las iniciativas adelantadas por Ratio UCAB con el fin de incidir en la opinión pública, a través de la presentación de soluciones a la problemática nacional derivadas de sus investigaciones y encuestas.

♦Texto: Efraín Castillo/Fotos: Mariana Yépez