Según los resultados de la más reciente Encuesta de Condiciones de Vida de la Población Venezolana (ENCOVI 2017), solo 38% de los jóvenes entre 18 y 24 años continúa sus estudios superiores. La crisis económica, la necesidad de trabajar o la emigración son tres de las razones para no iniciar el camino de la formación o, peor aún, para abandonarlo. 

Sin embargo, aun en medio de la crisis,  los muchachos y sus familias no deben descartar la educación superior, precisamente porque es la mejor herramienta para enfrentar estos obstáculos. Así lo sostiene Gabriel Wald, psicólogo de profesión y director de mercadeo institucional de la Universidad Católica Andrés Bello.

“¿Por qué estudiar en tiempos de crisis? Porque la formación profesional es la inversión más rendidora en la vida, en cualquier parte del mundo y en cualquier entorno. A donde vayan los jóvenes, van a encontrar mucha competencia y solicitudes de certificaciones que avalen sus competencias; cuando un joven enfrenta retos laborales, aquí o en el extranjero, las puertas se le abren rápidamente si ya tiene el aval de una institución, pero no solo por su prestigio, sino porque su paso por ella le brinda oportunidades de tener roce profesional desde fases tempranas de la carrera. Esto le permite ir armando redes de trabajo y descubrir caminos posibles para su desarrollo”.

En Venezuela, los datos confirman que la UCAB es la mejor alternativa para los bachilleres que desean abrirse a este mundo de oportunidades.  De acuerdo al ranking 2018 de la firma QS, la institución jesuita es la mejor universidad de gestión privada de Venezuela, la tercera entre todas las del país y una de las 100 más destacadas de Latinoamérica.  

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Con sus 16 carreras de pregrado dictadas en Caracas y Guayana, los jóvenes que ingresan a esta casa de estudios cuentan con una instrucción orientada a la excelencia tanto en el área científica como en la humanística, avalada por casi 65 años de trayectoria.

“Hoy los jóvenes esperan aprender herramientas prácticas y útiles rápidamente. La UCAB ha migrado y renovado todos sus estudios al enfoque por competencias, lo que permite al estudiante aprender a hacer –agrega Gabriel Wald. La formación en la UCAB está dirigida a desempeñarse profesionalmente, no solo a conocer la teoría. Por eso, las empresas buscan a los ucabistas desde mucho antes de graduarse porque reconocen su nivel y desempeño. Esto les brinda la oportunidad de empezar su carrera antes de egresar, de la mano de compañías con prestigio global”.

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Precisamente la internacionalización de los profesionales es una de las grandes tareas  estratégicas en las que viene trabajando la UCAB. Desde que ingresan a las aulas, sus alumnos obtienen instrumentos para egresar con un perfil que les permita desenvolverse en cualquier mercado laboral, no solo el venezolano.

“Actualmente estamos firmando convenios con varias universidades norteamericanas para que, estudiando apenas dos semestres más, nuestros alumnos puedan obtener una titulación válida en Estados Unidos –apunta el director de mercadeo institucional-. Tenemos centros como el de Innovación y Emprendimiento  y el Centro para el Desarrollo de Lenguas Extranjeras, que constantemente forman a nuestros alumnos con herramientas para enfrentar las dificultades actuales a nivel global. Si combinamos eso con nuestros intercambios con más de 40 universidades de la Compañía de Jesús en América y Europa, la UCAB es una catapulta de alta potencia”.

Inclusión y solidaridad como norte

Pero la formación universitaria de la UCAB no es solo académica. Gracias a su orientación cristiana y su visión solidaria, los alumnos se forman integralmente para convertirse en profesionales con un alto sentido social. 

De hecho, más del 20% del estudiantado participa activamente en poco más de 30 proyectos de extensión, liderazgo y voluntariado en los que, junto a docentes y profesionales expertos, los jóvenes intervienen en el mejoramiento de la calidad de vida de comunidades vulnerables y ponen en práctica los conocimientos que adquieren en clases.

Ante las dificultades económicas, la UCAB también tiene como prioridad lograr que miles de bachilleres con necesidades económicas accedan a las oportunidades de la institución y no se queden sin estudiar por falta de recursos. En la actualidad, tres de cada 10 alumnos ucabistas son beneficiados con becas y subsidios de la matrícula y 95% de las solicitudes de apoyo socioeconómico para proseguir las carreras son respondidas  positivamente. 

Además, en octubre la universidad –en alianza con la Compañía de Jesús- puso en marcha el programa Educa 20-20, gracias al cual más de 100 jóvenes fueron becados para formarse como docentes de excelencia.

“En la UCAB se trabajan los valores ignacianos de la solidaridad y la vocación de servicio, porque se entiende que la universidad no es una simple expendedora de títulos sino que tiene como misión contribuir con el desarrollo del país a través del desarrollo de su juventud”, enfatizó Gabriel Wald.

El lapso de preinscripciones para estudiar en la Universidad Católica Andrés Bello estará abierto hasta el 23 de marzo y la prueba de conocimientos para los aspirantes se realizará el sábado 14 de abril. Toda la información sobre el proceso está disponible en este enlace:

https://www.ucab.edu.ve/informacion-institucional/secretaria/servicios/preinscripciones/

♦Efraín Castillo