Nadie sabe cuándo se creó ni cuándo se le dio uso por primera vez. Muchos aseguran que funciona desde que se construyó la universidad y algunos estudiantes ni lo conocen. Se trata del «Pide cola», esa estación o parada donde los  ucabistas esperan -con cartel de destino en mano- el «empujón» que un  amigo, un profesor, un padre u otro compañero de la universidad pueda brindarles en su carro particular.

Ubicada antes en la salida vehicular del estacionamiento con dirección a la autopista, esta caseta suele llenarse de estudiantes que desean llegar a su casa de manera más rápida y cómoda, evitando el estrés por el colapso del Metro o los frecuentes problemas del transporte público. Por esa razón, se ha convertido en una alternativa cada vez más usada por los jóvenes.

Sofía Marrero es una de ellas. Estudiante de sexto semestre de Comunicación Social cuenta cómo se convirtió en usuaria de este sistema.

«Empecé aquí porque en segundo semestre una amiga se venía para acá, me hablaron del ‘Pide cola’ y decidí intentarlo porque antes solo usaba Metro y transporte público. Es mucho mejor, me tardo mucho menos. Yo, por ejemplo, vivo en El Hatillo. Para llegar a mi casa me tardo una hora y media, de esta forma me puedo llegar a tardar una hora para llegar»

Sofía comenta que, a pesar de vivir lejos, siempre logra su traslado, ya sea con amigos, otros ucabistas o padres que vienen a la universidad a buscar a sus hijos.

Arianna Venegas y Ana Sevillano, ambas estudiantes de cuarto semestre de psicología,  también reivindican esta alternativa para regresar a sus casas. Suelen esperar juntas al salir de clases, aunque sus destinos son distintos.

«Yo empecé en el ‘Pide Cola’ porque un día me regresaba a mi casa con unos amigos y les pregunté si todos nos íbamos en el Metro y me dijeron para irnos en cola. Ese día fue genial porque me dieron la cola a los dos minutos. En general nunca tengo problemas. Lo malo es que a veces puedo tardar un poco más esperando que alguien me lleve, pero prefiero eso a irme en Metro», dice Arianna.

«En realidad fue Arianna quien me dijo que no me fuera más en el Metro y ya llevo un semestre usando el ‘Pide cola’ -agrega Ana Sevillano. Prefiero pasar horas y horas esperando. Vivo muy lejos y de esta forma me dejan más cerca de mi casa».

Más allá del tiempo o la comodidad, los usuarios del «Pide cola» reportan otros beneficios. Conocer gente nueva, hacer amigos, reencontrarse con conocidos o incluso que un profesor o una autoridad académica los acerquen a su domicilio son parte de la experiencia.  Los viajes también están llenos de anécdotas, algunas de ellas inusuales.

«Una vez nos pararon en Plaza Venezuela porque supuestamente la chama que iba manejando se había robado el carro, porque la placa era robada. La policía bajó a todos del carro y para colmo, una de las chamas que iba con nosotros no tenía cedula. Nos asustamos un poco pero al final no pasó nada».

Consejos para evitar malos ratos

Leonardo Tammaro, director de Seguridad de la Universidad Católica Andrés Bello, pidió a los estudiantes tomar precauciones al momento de utilizar el ‘Pide cola’. En ese sentido, ofreció algunas recomendaciones:

  1. Evitar montarse en carros de personas que no tengan carnet de la universidad. En la medida de lo posible, pedir a quien se ofrece a hacer el traslado mostrar su identificación para corroborar que es ucabista. En el caso de que no pertenezcan a la UCAB, cerciorarse de que son padres o representantes de algún estudiante.

  2. Nunca  montarse solos en el vehículo. Es preferible hacer el traslado con  varios amigos u otras personas que vayan hacia el mismo destino.

  3. Una vez en el auto, enviar algún mensaje a un amigo o familiar indicando en qué carro se ha subido. Si es posible anotar la placa del vehículo.

  4. Esconder celulares y otras pertenencias para evitar hurtos.

El director de Seguridad informó que, como medida de apoyo, la universidad instalará próximamente dos cámaras en la zona para captar la placa de los carros y llevar registro en caso de que ocurra algún incidente.  Aseguró además que se está evaluando reubicar la caseta en un lugar menos expuesto del campus.

Más allá de estas medidas, recordó que el sentido común es la principal arma de seguridad. 

«El hecho de que el ‘Pide Cola’ esté dentro de la universidad, no hace que sea completamente seguro. Nosotros no tenemos manera de garantizar eso. Ya es una decisión voluntaria individual escoger en cuál carro te montas o no te montas».

 

♦María José Rodríguez/Fotos: Jesús Fonseca y María José Rodríguez.