Este viernes 25 de mayo integrantes de las organizaciones pertenecientes a la Red de Acción Social de la Iglesia (RASI) se reunieron por novena vez en la sede de la Universidad Católica Andrés Bello en Caracas, para dar vida al Encuentro Constructores de Paz, iniciativa concebida para fortalecer los lazos de convivencia ciudadana entre los distintos sectores de la población.

En esta oportunidad, la actividad estuvo enmarcada en Reto País, programa creado por la UCAB para activar a  la ciudadanía a través  de actividades que promuevan el consenso, la construcción de una visión compartida de nación  y el establecimiento de una ruta de acción para alcanzar la Venezuela anhelada.

El presidente de la Conferencia Episcopal Venezolana, monseñor José Luis Azuaje,  ofreció las palabras de bienvenida al evento, en las cuales hizo duros señalamientos a la dirigencia política debido al comportamiento que ha tenido en los últimos meses. Señaló que la falta de liderazgo ha traído consecuencias.  

 «No es miedo a las decisiones de otros, no es el miedo a las armas, no es miedo a la represión, ni siquiera miedo a las decisiones judiciales tomadas a media noche. Es el miedo a nosotros mismos, de no saber qué cosa decidir, no saber por donde transitar, de no saber qué está bien o con quién caminar y en quién confiar. A los políticos les ha quedado grande el momento histórico de nuestra Venezuela. Todos los entuertos y desajustes sociales de los políticos los tiene que arreglar siempre la sociedad civil», señaló. 

Refiriéndose a la situación nacional como crítica, Azuaje llamó a los ciudadanos a organizarse para buscar soluciones a los problemas y calificó el IX Encuentro Constructores de Paz como una gran oportunidad.

«Es momento de ir más allá de los postulados individualistas y personalistas, para adentrarnos en un cambio», recalcó, a la vez que recordó que, cualquiera de las decisiones que haya tomado el pueblo venezolano en el pasado, no se apropian de las decisiones futuras.

A nombre de la UCAB, el rector Francisco Virtuoso también ofreció unas palabras a los asistentes sobre la realidad actual y la pertinencia de iniciativas como Reto País.

Manifestó que «Venezuela es un país que se encuentra en padecimiento, en crisis humanitaria, en un desplazamiento forzoso, sometido a violencia, secuestrado por una cúpula política que se niega a generar procesos de transición. Un país que exige cambio y lucha por él aun en medio de la incertidumbre y la diversidad». 

Indicó que, tras los comicios presidenciales del 20 de mayo, quedó claro que los venezolanos quieren un cambio pero no la ruta que propone el gobierno y que, por lo tanto, es tarea de la gente activarse para conseguirlo. 

 «Así como el pueblo de Israel estuvo durante 40 años en el desierto buscando la tierra prometida a pesar de que no sabía cómo era, así como ellos tenemos que construir esperanza. Los venezolanos no podemos renunciar a país libre, democrático, con desarrollo, donde haya trabajo, empleo, alimentos, libertad, no podemos renunciar a eso. No podemos ceder ni por un minuto», agregó Virtuoso. 

Trabajo y acciones concretas

Este año el Encuentro Constructores de Paz se enfocó en que las 15 organizaciones pertenecientes a la Red de Acción Social de la Iglesia propusieran un horizonte de país, para articular la labor que han venido realizando en diversas áreas y proyectar el rol de iglesia católica y la sociedad civil en la reconstrucción de Venezuela.

A través de mesas de trabajo, los asistentes se sentaron a debatir y plantear ideas en materia de alimentación, educación, salud, trabajo, pobreza y violencia, haciendo énfasis en respuestas nacidas de la realidad de los propios ciudadanos, pues son ellos quienes padecen la crisis y la conocen.

Así mismo, instituciones de distinta índole como Fe y Alegría, el Grupo Social Cesap, el  Movimiento Juvenil Huellas, la Fundación Creo en Ti, Cáritas, las Hermanas Agustinas Recoletas y Sembradores de agua (entre otras) compartieron las iniciativas que vienen emprendiendo para contribuir a formentar la esperanza.

Jannet Márquez, directora nacional de Cáritas Venezuela, destacó la labor realizada por esta organización con el fin de contrarrestar el drama de la desnutrición.

 «Ollas comunitarias es un proyecto que estamos desarrollando en diez sedes de todo el país, intentando dar al menos una comida a la semana para intentar paliar el hambre de cientos de personas. También tenemos el programa Samán, dedicado a niños con desnutrición: a las familias de estos niños les entregamos los alimentos que requieren para que vuelvan a ubicarse dentro de la curva de nutrición. De igual forma, estamos recibiendo el apoyo de Cáritas a nivel internacional, cuyos integrantes recogen alimentos para niños pequeños, mujeres solteras y tercera edad y nos los hacen llegar».

Por su parte, el sacerdote Manuel Aristorena, director nacional de Fe y Alegría, comentó que desde las escuelas que forman parte de esta red están llevando a cabo constantes estudios sobre la situación alimentaria en comunidades de escasos recursos.

 «Tenemos el programa nacional Niño, niña y adolescente sano con el que, junto a la comunidad, detectamos a niños con desnutrición y catalogamos en cuál nivel se encuentran; a partir de allí procedemos a apoyar entregándoles alimentos. También hemos logrado financiamiento para dar de comer a casi diez mil muchachos a diario en diferentes estados del país. Junto a la Asociación Venezolana de Servicios de Salud de Orientación Cristiana (AVESOC), tenemos dos dispensarios de alimentos en escuelas en Petare y San Agustín y pronto abriremos uno en Puerto la Cruz».

Los asistentes al IX Encuentro Constructores de Paz coincidieron en la necesidad de replicar las experiencias exitosas de encuentro ciudadano y pidieron seguir fomentando la solidaridad como herramienta para incentivar la convivencia pacífica y democrática.

Al finalizar la jornada, los representantes de la Red de Acción Social de la Iglesia leyeron un comunicado titulado en el que estas organizaciones denunciaron  la «historia de muerte» que vive el país y  exhortaron al Gobierno venezolano a  “instaurar condiciones de verdad, justicia e inclusión, a trabajar por el bien común de todos, a respetar nuestra Constitución que es el pacto de convivencia nacional, a detener el colapso del país, garantizando y respetando el Estado de Derecho y los derechos humanos de los venezolanos”.

A continuación el texto completo del documento, disponible para descarga en PDF aquí

 

♦Texto: Mariann Clareth Palacios/Fotos: Erick Mayora