Este mes de septiembre, Danny Socorro se incorporó como director de la Escuela de Psicología de la UCAB en Caracas, cargo que dice haber asumido con la misma entrega con la que maneja su labor pastoral desde hace 20 años, cuando inició su camino con la Compañía de Jesús.

Socorro toma la batuta de la dependencia académica luego de haber sido nombrado en julio por el Consejo Universitario, en sustitución de su colega, Ana Gabriela Pérez, quien dirigió la escuela durante cuatro años.

Zuliano de nacimiento, el padre Danny -como se le conoce- cursó Filosofía mención Educación en la Universidad Católica Cecilio Acosta de Maracaibo y, posteriormente, culminó estudios de Teología en el Seminario Santo Tomás de Aquino de su estado natal.

En el año 1998 entró en la Compañía de Jesús y se trasladó a Barquisimeto para realizar su noviciado hasta el año 2000.  Al terminar la primera etapa de su formación, lo invitaron a estudiar Psicología en la Universidad Católica Andrés Bello (UCAB), con el fin de que complementara sus estudios religiosos con los de una ciencia.

Para entonces, y siendo alumno, logró convivir, entender y disfrutar más la dinámica de la universidad y de la comunidad ucabista desde la mirada de su vocación.

De hecho, los primeros espacios con los que interactuó fueron el Centro de Asesoramiento y Desarrollo Humano (CADH), las organizaciones de voluntariado y la parroquia, donde pudo desarrollar labores de acompañamiento social y espiritual.

En el año 2005, al graduarse de psicólogo, los jesuitas decidieron enviarlo a UCAB Guayana como director de la Pastoral, cargo que ocupó hasta el 2009 cuando pasó a ser el director del Movimiento Juvenil Huellas – asociación civil sin fines de lucro dedicada a la formación de liderazgo en valores cristianos- , responsabilidad que combinó con la dirección de la pastoral vocacional de los jesuitas.

Seis años después, en 2011,  regresó a la UCAB en Caracas como director de la Pastoral en la Parroquia María Trono de Sabiduría,  lo que hoy se conoce como Dirección de Identidad y Misión. En 2014 lo ordenaron oficialmente párroco de la universidad, posición que sigue ocupando en la actualidad.

Desde su retorno a Caracas, el padre Danny ha mantenido contacto con la Escuela de Psicología, como docente de las cátedras  de Psicología de la personalidad y Psicología Social II, materia ésta que continua impartiendo a la par que culmina su doctorado.

Ahora con el cargo administrativo más importante de la dependencia, espera seguir sembrando semillas en la comunidad, a través del carisma,  un rasgo que, dice, aprendió a desarrollar como jesuita.

«Para mí todo es carisma y misión. En los diferentes estilos que tienen los Jesuitas para el trabajo universitario, el carisma intelectual es clave. Es algo que me permite dar mucho más’’

 

 

Producto de su formación, Danny Socorro no visualiza su nuevo papel como un simple puesto de trabajo,  sino como una misión que con mucho compromiso está dispuesto a cumplir. Reconoce haberse sentido sorprendido.

«Gracias a la Dirección de Identidad y Misión pude trabajar y vincularme con los diferentes empleados dentro de la universidad y algo que me llamó profundamente la atención es cómo para la gente, diciéndolo con el cariño,  pasar a ser el director de una escuela significa algo muy grande, que eso es como un ascenso muy grande. Por un lado yo me decía: ‘Yo vengo del área de pastoral y no entiendo el cambio’. Pero por otro lado, hablando más de la parte jesuita, yo no veo esto como subir de estatus sino como una misión. Hoy puedo estar acá, mañana me mandan para la biblioteca y en cualquier sitio en el que uno esté se trata de cumplir un objetivo superior’’.

Por ello agradece la oportunidad que las autoridades de la UCAB le otorgaron de llevar las riendas de una de las escuelas más exigentes. Sabe que no será fácil la tarea de mantener el buen funcionamiento y los estándares de calidad, pero se plantea fortalecer la gestión con los estudiantes, profesores y personal administrativo.

Por ahora su prioridad será conocer a profundidad la escuela para descubrir en el proceso los retos a superar.

»Quiero conocer a profundidad la dinámica de la Escuela de Psicología, su historia, todos los pasos que se han dado, su dinámica, para dar continuidad a todo lo que se ha venido haciendo hasta ahora. Estamos en una universidad en donde los procesos de calidad y los procesos administrativos  deben llevarse a cabo de cierta forma y eso es una tarea que no solo depende de mí sino que involucra a otras personas. Quiero darle continuidad a un trabajo que históricamente se ha venido haciendo bien, porque como egresado de esta escuela puedo decir con orgullo que siempre ha habido calidad y niveles de exigencia muy altos.»

(Ver también: Escuela de Psicología moderniza sus laboratorios de formación)

 

Más allá de su nuevo rol académico, el padre Danny invita a toda la comunidad ucabista a mantenerse en pie ante la situación adversa que vive el país. Cree fielmente que en medio de las dificultades, la universidad puede crecer y seguir andando. 

«Uno de mis lemas constantes es que hoy debemos vivir como resucitados. El resucitado no niega el problema, el dolor o la dificultad, pero es capaz de trascender a eso, es capaz de andar otros caminos y ver las puertas que se abren y no hundirse en el dolor. Estamos en una época muy difícil como venezolanos en donde tenemos todas las condiciones y argumentos para tirar la toalla, pero que si hay algo propio, no solo de la universidad sino de la filosofía ignaciana, es que nace y crece en la dificultad»

♦Texto: María José Rodríguez/Fotos: Aura García