«Cuando uno lleva tiempo sin volver a un sitio bien conocido, llega el momento en que se le difumina y enturbia el recuerdo, como si la memoria se le viera aquejada de miopía. En esta frase se encarna la literatura».

Con esta frase dio inicio el embajador de Italia, Silvio Mignano, al discurso de apertura o pregón que ofreció durante la ceremonia inaugural de la Feria del Libro del Oeste de Caracas (FLOC UCAB 2018)

En sus palabras, el representante diplomático  realizó profusas referencias a la literatura universal y se paseó por frases de obras de autores como Javier Marías,  Vladimir Nabokov,  Thomas Mann, Charles Baudelaire, Dante Alighieri o Igor Barreto, para hablar de la nostalgia, las inquietudes del escritor, la óptica de la distancia y el tiempo, pero, sobre todo, para testificar -desde su experiencia como novelista y poeta- a favor del valor de la literatura para la vida. 

  «¿Es una cura la poesía, es una cura la literatura? ¿Es una cura a la nostalgia del pasado y a la de un futuro que no hemos nunca tenido, al hecho de ser viajeros y espectadores y ya no habitantes de un hipotético tiempo o lugar? No creo que lo sea, no creo que la literatura sea una cura para ninguna enfermedad, del cuerpo como del espíritu. No creo que sea esta su función. Sin embargo es cierto que sin literatura viviríamos peor de cómo vivimos. Y entonces, sí, la literatura y los libros sirven a algo, aunque no sea fácil definir a qué cosa».

Entre otras alusiones literarias, Mignano parafraseó a Rafael Cadenas para recordar que el poeta «es voz solitaria, pero no deja de hablar a los demás». Por ello, hizo pública una confesión  personal que, sin duda, es útil a cualquier amante de la lectura. 

«¿Qué hacer entonces cuando el viento, azotando, golpea en el caos? Yo sigo leyendo, mucho, todos los días, y sigo escribiendo, algo, metódicamente, todos los días. No puedo vivir sin ambas actividades. Declaro públicamente mi amor y mi enfermedad por el libro y por la literatura. Leyendo me encuentro cada día en compañía de almas generosas que me dejaron miles de páginas, escritas para todos, y entonces también para mí. Escribiendo, intento dar a los demás mundos a crear en sus mentes».

 

El discurso completo del embajador de Italia, Silvio Mignano, está disponible para descarga haciendo clic aquí