Este 25 de octubre, la Compañía de Jesús celebra, a nivel mundial, los 50 años de la creación del Secretariado de Justicia Social y Ecología. Para festejar la ocasión, los representantes de las obras agrupadas en el Apostolado Social de la congregación en Venezuela, tendrán una intensa jornada de reflexión, en la que harán un análisis estructural de su desempeño y compartirán sus respectivas experiencias de trabajo con las comunidades.

En el seminario estarán participando la Fundación Centro Gumilla, la Universidad Católica Andrés Bello (UCAB), el Servicio Jesuita a Refugiados (SJR), la parroquia San Alberto Hurtado (La Vega),el Movimiento Juvenil Huellas, el Movimiento Fe y Alegría, la Organización Social Católica San Ignacio (OSCASI) y el Hogar “Virgen de los Dolores”. El encuentro, que se realizará en la casa Loyola del Colegio San Ignacio, culminará con una misa de acción de gracias.

El padre Manuel Zapata, s.j., director del Centro Gumilla y presidente de la comisión del jubileo del secretariado, informó que la jornada contará con cuatro ponencias y el relato de cuatro experiencias, siendo una de ellas sobre el trabajo conjunto que en materia de reconciliación vienen adelantando el SJR, la UCAB, Gumilla, Fe y Alegría y Huellas. “Esta experiencia sobre la reconciliación se ha desarrollado en la parte alta de La Vega y es bien interesante. Nos permite ver cómo se han articulado obras de la Compañía de Jesús”, dijo Zapata.

“Esta crisis del país nos ha mostrado que tenemos fortalezas importantes, que tenemos capacidades instaladas y podemos seguir trabajando. Pero también nos ha demostrado que tenemos que articularnos para ampliar la misión. Juntos interviniendo podemos tener mejores resultados para que los pobres puedan alcanzar mayor justicia y que germine el evangelio, entendido como dinámica de fraternidad, de solidaridad, de construcción colectiva. No como espacios de pelea o de confrontación, sino donde el valor del otro, del hermano, importe”.

Las cuatro ponencias que serán el alimento del debate son: “La justicia social en la provincia de Venezuela”, a cargo de Francisco José Virtuoso, s.j., rector de la UCAB. Allí abordará la investigación de su tesis doctoral. El padre Alfredo Infante, s.j., párroco de la iglesia San Alberto Hurtado (La Vega) y director de la revista SIC, expondrá sobre “El registro autobiográfico de la justicia social”. El director de Sustentabilidad Ambiental de la UCAB, Joaquín Benítez, hablará sobre “El desafío ambiental en el apostolado social” y, para cerrar, el padre Pedro Trigo, s.j., hablará de los “Hitos del apostolado social en Venezuela”.

La directora de Proyección y Relaciones Comunitarias de la UCAB, Adle Hernández, compartirá las experiencias de extensión social universitaria en las comunidades populares aledañas al campus de Montalbán. Héctor Escandell (de Radio y Fe y Alegría) expondrá sobre “La narrativa de la misión”; Rocío de los Ríos y Rosenrry Villegas, del SJR, hablarán de “La reconciliación como misión en el acompañamiento de los jóvenes” y el padre Robert Rodríguez compartirá su experiencia sobre “El compromiso social en Huellas”.

Según adelantó Zapata, estas ponencias y relatoría serán publicadas en el número de diciembre de la revista SIC, editada por el Centro Gumilla.

 

Consolidar un consorcio para tener mayor impacto social

El padre Manuel Zapata relata que el Secretariado de Justicia Social y Ecología fue evolucionando, desde la concepción original que el padre Pedro Arrupe tuvo en 1969 –Secretariado de Justicia para el Desarrollo Socioeconómico– hasta el actual, que incorporó la dimensión ecológica, producto de la comprensión de su íntima vinculación con lo social. El Secretariado aglutina “obra social, centro social y obra que no es social, pero que tiene dimensión social” –como el caso de Fe y Alegría y la UCAB–, todas guiadas  “por el paradigma de la fe y la justicia”.

En los últimos dos años el sector social de la Compañía ha hecho “un proceso de discernimiento serio” que finalizará este año y que ha servido para identificar las áreas en las cuales concentrar el trabajo. En total, se han definido nueve áreas que abarcan temas como la emergencia humanitaria, la reconstrucción del tejido social, la migración forzada, los pueblos y culturas excluidas, la justicia socioambiental, la espiritualidad, los modelos económicos alternativos, la visión de país que debemos tener, la cultura de la democracia y el trabajo en red, explica el director de Gumilla.

 “El Secretariado quiere celebrar sus 50 años revisando cuáles desafíos tenemos en el futuro, para que nuestro trabajo se oriente a una colaboración con la misión de Dios. Eso supone una actitud distinta, ver cómo construimos redes de trabajo en función de la misión. Si tenemos que abordar la emergencia humanitaria como eje fundamental, tenemos que convocar a los otros. No es el Centro Gumilla el que atiende la emergencia por su cuenta, sino que lo hacemos con la UCAB, Fe y Alegría, Huellas, SJR, o con Cáritas, que es una organización de la Iglesia universal; o con la AVEC, que es del conjunto de la Iglesia. Se trata de atender el mismo frente con mayor impacto para transformaciones profundas”.

El padre Zapata pondera como uno de los aspectos más importantes de los últimos 20 años en su experiencia con las comunidades populares “que la gente con la que trabajamos es muy valiosa, nos aporta mucho y tiene un nivel tan profundo de interioridad, de sujetualidad, de autonomía personal, que pese a las dificultades, especialmente de estos últimos cinco años, la gente sigue siendo creativa. El padre (Pedro) Trigo lo repite con frecuencia, que pese a que la gente está viviendo situaciones muy duras –para alimentarse, atender su salud, movilizarse– están dando lo mejor de sí. No se dejan vencer por la dinámica tan degradante. A mí hay gente que me dice que lo que la mantiene viva es el trabajo que hace. El trabajo no es un medio para vivir sino un modo de vida”.

Todos los que trabajan en las obras de la Compañía de Jesús –comenta Zapata– han tenido que aprender en la práctica sobre situaciones de las que no sabían.

 “Todo lo que hemos tenido que hacer nos da la conciencia de humildad. Nuestro aprendizaje más reciente es que no podemos hacerlo solos y que tenemos que articularnos. Por eso, hoy en las obras de la Compañía de Jesús estamos hablando de la necesidad de consorciarnos para poder dar una mejor respuesta, de más impacto, que no ponga en riesgo la misión particular de cada obra y que nos ayude a identificar las capacidades propias para acompañar y dar una mejor protección social a las comunidades con las que estamos trabajando. Tenemos fortalezas y capacidades instaladas que nos permiten saber en qué somos buenos, pero también nos damos cuenta de que tenemos que articularnos para que los pobres puedan lograr mayor justicia, donde el evangelio, entendido como dinámica de fraternidad y de construcción colectiva, cobre importancia junto con el valor del hermano, del otro”.

Como director de la Fundación Centro Gumilla, centro de investigación y acción social de la Compañía de Jesús, Manuel Zapata no duda que “la dinámica deshumanizadora” que impera en Venezuela forma parte de “una estrategia de gobierno para la dominación y la creación de dependencia”. Sin embargo, está convencido de que en la mayoría de la población de escasos recursos sigue privando “la alteridad y no la individualidad”.

Opina que en materia de tejido social, no se trata de reconstruirlo todo, porque no se busca “volver al estado original” de la Venezuela que existía hasta 1998, sino valorar que «hay un nuevo tejido que se está desarrollando”. Así, deberán tener su importancia en la construcción de ese tejido “los venezolanos que se han ido del país y que van a regresar algún día con una visión distinta de sociedad y unas capacidades y potencialidades que no tenían aquí”.

“Hay nuevos tejidos en nuestra sociedad que no existían antes, que van surgiendo de la necesidad. Cuando hablamos de reconstrucción del tejido social, nos referimos a que las bases mínimas de una sociedad, como que haya institucionalidad, que haya respeto a la norma, que haya confianza para que nos podamos entender y reconocer al otro, vuelvan a funcionar. Se trata de buscar la manera de cómo podemos coexistir, una vez que nos hemos reconocido, para luego convivir y entrar en comunión verdadera. Nuestro trabajo tiene que ir en esa línea, la de crear una conciencia distinta”.

♦Texto: Elvia Gómez/Fotos: Manuel Sardá  y Centro Gumilla