El cardenal Baltazar Porras, impulsor de la canonización del «médico de los pobres», fue uno de los 12 expertos que reflexionaron sobre la figura del primer santo venezolano, durante un evento organizado por la Escuela de Filosofía y el Instituto de Investigaciones Históricas de la UCAB. Porras instó a rescatar otras figuras que dedicaron su vida a la evangelización y servicio en el país

Menos de un mes después de la canonización de los dos primeros santos venezolanos, el campus Montalbán de la UCAB fue escenario, el pasado 13 de noviembre, de la jornada de reflexión «Vida y legado de San José Gregorio Hernández Cisneros».

El evento académico, organizado por la Escuela de Filosofía y el Instituto de Investigaciones Históricas (IIH) de la UCAB, con apoyo de la Academia Internacional de Hagiografía y la Universidad Central de Venezuela, reunió a  12 ponentes, entre investigadores, docentes y religiosos, para analizar el impacto del llamado “médico de los pobres”.

La lista incluyó a los directores de las escuelas de Filosofía de la UCAB y la UCV, Carlos Izzo y Jorge Machado, respectivamente, y los profesores María Soledad Hernández y el presbítero Carlos Rodríguez Souquet, investigadores del IIH UCAB, quienes -entre otros- compartieron ideas y reflexiones sobre el aporte de Hernández a la ciencia, educación, servicio social y fe en Venezuela.

El invitado especial fue el cardenal Baltazar Porras, arzobispo emérito de Caracas y  uno de los impulsores de la canonización de José Gregorio Hernández.

A modo de introducción, el vicerrector académico de la UCAB, José Francisco Juárez, subrayó las virtudes y el ejemplo de José Gregorio Hernández como representación de la posibilidad de armonizar excelencia tanto en el aula como en la vida profesional.

“La vida de los santos es una fuente inagotable de conductas heroicas que nos inspiran, que nos invitan a modelarlos, que nos invitan a seguirlos. Creo que las virtudes teologales, las virtudes humanas, morales de los santos, siempre nos dan algo nuevo que poder decir y hacer sobre ellos”, dijo.

«Tengo la certeza de que tenemos muchos santos en la acera de al lado»

Junto con el sacerdote Gerardino Barraccini, vicario episcopal para la santidad y rector del Santuario de Nuestra Señora de la Candelaria, el cardenal Baltazar Porras Cardozo compartió impresiones y detalles sobre el extenso proceso que concluyó el pasado 19 de octubre en El Vaticano, el cual definió como un logro después de 76 años de larga espera para el pueblo venezolano”.

El arzobispo emérito de Caracas dejó claro que este hecho no fue producto de la suerte, sino del trabajo de muchos actores eclesiales y laicos.

«Se ha especulado mucho acerca de la tardanza en lograr la beatificación y canonización del doctor José Gregorio Hernández Cisneros. Hay varios factores que conviene tener en cuenta que nos pueden ayudar a entender que lo que el pueblo gritaba a voces desde el momento mismo de su fallecimiento difícilmente podía avanzar sin respaldo eclesiástico contundente. Otra de las causas es que en Venezuela no se había incluido nunca una causa de canonización», explicó.

El cardenal subrayó que el proceso fue cuidadoso y meticuloso, llevado adelante por un equipo multidisciplinario que incluyó médicos forenses, antropólogos, abogados y expertos en historia y teología, «cumpliendo rigurosamente las normas canónicas y presentando solo un milagro para la beatificación y canonización».

Mencionó que, como parte de  la recopilación de información para el expediente de José Gregorio Hernández, fue necesario reunir adicionalmente testimonios sobre la fe popular en la imagen religiosa del médico, desde materiales de escritores, artistas y artesanos hasta manifestaciones callejeras como murales y figuras, elementos que contribuyeron, al final, con la oficialización de la santidad.

«La fe popular en él se manifiesta en numerosas expresiones cotidianas y en la devoción extendida que une a venezolanos dentro y fuera del país. Eso lo podemos ver en lugares tan distintos como Colombia, España, Portugal, Italia y hasta Vietman. Lo que ha hecho santo a José Gregorio es precisamente la devoción popular, es decir, quien ha hecho santo a José Gregorio es el propio pueblo venezolano, que siempre lo ha tenido presente en su corazón, en sus oraciones y en sus actos de fe», destacó Porras.

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El también arzobispo emérito de Mérida destacó la intervención decisiva del papa Francisco, quien, tras recibir abundante información, afirmó con convicción que “estamos ante un verdadero santo” y urgió a formalizar la canonización “cuanto antes”.

Tras la elevación a los altares de los dos primeros venezolanos, el cardenal instó a seguir apostando por figuras santas con sello venezolano y valorar las contribuciones de quienes dedicaron su vida a la evangelización y servicio en el país. 

«Tengo la certeza de que tenemos muchos santos en la acera de al lado, misioneros, obispos, sacerdotes, religiosos y laicos, nacidos aquí y allá, que lo dieron todo por la evangelización en Venezuela y merecen estar en camino a los altares para estímulo de las actuales generaciones, para que la esperanza trascendente aumente en nosotros el valor de la oración y la entrega al servicio del prójimo. Debemos formarnos para ser escuelas de santidad. Hay que agradecer lo que nos han dejado, y para ello, cultivar la esperanza, la oración y la entrega al prójimo», concluyó.

Ciencia y fe: los pilares filosóficos de José Gregorio Hernández

Entre otras ideas de su exposición, el profesor Carlos Izzo, director de la Escuela de Filosofía de la UCAB, presentó una ponencia centrada en la filosofía de José Gregorio Hernández. Según el docente ucabista, Hernández supo conjugar el conocimiento científico de su tiempo con una profunda «postura existencial y religiosa» que le permitió afrontar las «grandes preguntas sobre el sentido de la vida».

Comentó Izzo que, a diferencia de la ciencia positivista predominante a inicios del siglo XX, que a menudo resultaba «fría y distante», el pensamiento de Hernández integraba de manera armónica la fe y la razón, rechazando las “tesis panteístas y ateas” que negaban la existencia de un Dios personal y creador.

«La postura existencial de Hernández era un testimonio de fe, una respuesta a la pregunta sobre el sentido último de la realidad, que solo encontraba respuesta con la creencia en un Dios verdadero, personal y justo», indicó el profesor.

En este sentido, citó un fragmento del libro Elementos de Filosofía, escrito por el médico:

«Esta filosofía me ha hecho posible la vida. Las circunstancias que me han rodeado… muchas veces sin ella la vida me habría sido imposible. Confortado por ella he vivido y seguiré viviendo apaciblemente. Y si alguien piensa que esta serenidad la debo a la religión santa que recibí de mis padres, le responderé que todo es uno», recitó Izzo.

Las palabras de cierre de la jornada estuvieron a cargo del rector de la UCAB, Arturo Peraza, S.J.,  quien, a través de un mensaje en video, motivó a los asistentes a asumir y promover el ejemplo de José Gregorio Hernández como modelo de ciudadanía y compromiso.

«En un momento en donde ciencia y fe parecían como una dicotomía, un elemento de mera oposición, José Gregorio se convierte en una síntesis que se trabaja desde el ámbito intelectual y desde el ámbito de la práctica. Es la cercanía a nuestro pueblo, a sus necesidades y a la realidad del contexto que nos ha tocado que la figura de nuestro Santo cobra mayor importancia», destacó el rector.

♦Texto: Mariana Pérez Guerra/ Fotos: Manuel Sardá


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