Seguramente los han visto en el cafetín, caminando cerca del edificio de aulas o revisando libros en la biblioteca. Su presencia inevitablemente llama la atención, no solo porque el oído nota la particularidad de su acento al hablar sino porque hasta ahora no había sido muy frecuente toparse en el campus ucabista con grupos tan numerosos de estudiantes extranjeros.

Y es que cerca de 100 profesionales ecuatorianos están haciendo vida académica en la sede de Montalbán de la UCAB, como parte de su plan de formación en el Doctorado en Educación, programa de cuarto nivel que,  bajo un régimen especial, la universidad ofrece a estudiantes internacionales que requieren una opción de alta calidad, ajustada a las necesidades globales y con flexibilidad en cuanto a la presentación de clases, informes y proyectos. 

“En 2014 se abrió una oportunidad para la UCAB, porque el gobierno del entonces presidente Rafael Correa dictó una ley que establecía que para 2017 al menos 50% de la plantilla de profesores de todas las universidades ecuatorianas debía tener el grado de doctor. Como en Ecuador no existen doctorados en Educación, a través de una operadora del área educativa con sede en ese país llamada CORPCIGEC, la universidad inició los contactos en Quito para promover el doctorado, presentó la oferta curricular y finalmente la SENECYT de Ecuador (Secretaría de Educación Superior, Ciencia y Tecnología) aprobó las condiciones y lo reconoció como válido”, menciona Tulio Ramírez, director del Doctorado en Educación de la UCAB.

El doctorado en Educación que está dictando la UCAB a los profesionales ecuatorianos tiene carácter presencial, pero funciona con unas particularidades que constituyen un gran atractivo para los estudiantes de ese país: además del alto nivel de los profesores que lo dictan y del tono global de la oferta curricular, ha sido diseñado para que, a lo largo de sus seis semestres, los cursantes no tengan que residenciarse por largo tiempo en Venezuela.

“A lo largo del semestre, los estudiantes vienen a Venezuela en dos oportunidades por espacio de una semana cada vez –explica Ramírez-.  En ese período,  trabajan de manera intensiva las tres materias que les corresponden, a razón de 16 horas por asignatura, gracias a lo cual completan en dos semanas las 96 horas académicas exigidas por el protocolo de estudios presenciales. Antes y después de eso, reciben acompañamiento y control académico (asignación y seguimiento de tareas e informes) usando las plataformas tecnológicas de las que dispone la universidad. Esto es un gran alivio para ellos, porque aunque tienen un régimen intensivo fuerte, no tienen que renunciar a sus trabajos ni gastar grandes sumas de dinero en estadías prolongadas en el extranjero. Este doctorado podría costarles el doble en otros países”.

Demanda en ascenso, calidad certificada

La receptividad que ha logrado el doctorado confirma sus ventajas. En octubre de 2015 llegó el primer grupo de estudiantes, conformado por 52 profesores de universidades tanto públicas como privadas, no solo de la capital sino de distintas regiones del país suramericano.

Desde entonces, el número de inscritos en cada nueva cohorte semestral ha ido creciendo, hasta llegar a la cifra actual de 75 cursantes, provenientes de  11 instituciones de estudio  superior:  la Universidad Técnica del Carchi, la Universidad Central del Ecuador, la Universidad de los Hemisferios, la Universidad Metropolitana, la Universidad Católica de Ambato, la Universidad Técnica de Cotopaxi, el Instituto Tecnológico Bolivariano de Guayaquil, la Universidad Península Santa Elena, la Universidad Católica de Guayaquil, el Instituto Tecnológico de Rumiñahui y la Universidad Nacional de Educación.

“Además de profesores universitarios,  este semestre recibimos a 30 profesores de liceos y esperamos que otros 30 que trabajan en colegios se sumen en el próximo período, gracias a una alianza que establecimos con otra operadora educativa llamada AUGE –comenta Tulio Ramírez.  Esto es muy positivo porque quiere decir que la voz sobre la calidad de nuestro doctorado se está regando. Los estudiantes vienen con muy buen nivel  de preparación y reconocen la calidad que tienen los profesores que les dictan las distintas materias, lo cual al final supone una relación ganar-ganar entre ellos y nuestra institución. La mejor publicidad para un programa educativo es la calidad, porque eso se irradia y los propios estudiantes sirven de multiplicadores”.

Vinicio Ceballos da testimonio de ello. Ingeniero comercial con maestría de tributación y finanzas, decidió cursar el doctorado en Educación en la UCAB no solo para cumplir la exigencia administrativa que tiene como profesor universitario en Ecuador.

 

 “Decidí ser parte de esta universidad por el prestigio que tiene a nivel internacional; está ubicada entre las mejores de Latinoamérica y es algo que estamos comprobando. Creemos que los conocimientos que estamos adquiriendo aquí van a contribuir con el desarrollo académico y profesional que necesitamos. Hasta la fecha hemos recibido una educación acorde a las exigencias, tenemos docentes con un currículo de alto nivel que nos brindan su conocimiento y experiencia y eso nos va a ayudar a salir como profesionales del más alto grado académico”.

Como él, Paola Cortés, comunicadora social con maestría en administración de empresas y profesora en la Universidad Península Santa Elena, confirma el alto nivel de la formación que los estudiantes ecuatorianos están recibiendo en el doctorado.

 “La experiencia ha sido muy buena porque contamos con catedráticos de  gran trayectoria y experiencia, lo que me parece una gran fortaleza para mi formación profesional. Además, la  calidad humana es muy alta y la onfraestructura de la universidad es adecuada. Y eso es nos motiva. Ha sido muy fructífero el doctorado porque me ha permitido desarrollar competencias en el ámbito de investigaciones cualitativas y eso es algo que quiero replicar en mi país. Más allá de las dificultades que atraviesa Venezuela, esta universidad tiene un gran prestigio en Latinoamérica y eso me hizo inscribirme”.

Se estima que la primera promoción del doctorado en Educación adelantado por la UCAB con profesionales de Ecuador se gradué a finales de 2019 o principios de 2020. 

La internacionalización necesaria

Los cursantes del doctorado en Educación de la UCAB son formados como investigadores independientes de alto nivel, capaces de generar conocimiento y desarrollar proyectos  en teorías contemporáneas de aprendizaje, uso de las tecnologías de información y comunicación en la enseñanza escolar, procesos educativos para el desarrollo sustentable, métodos de investigación cualitativos y cuantitativos y diseño y teoría del currículum, entre otros tópicos.

Como responsable, Tulio Ramírez está convencido de que la incorporación de los estudiantes internacionales le está haciendo mucho bien al doctorado.

“El proceso de internacionalización es saludable porque nuestros doctorados  dejan de ser endógenos y se vuelven mucho más globales en su visión. Este esfuerzo ha sido muy enriquecedor tanto para los estudiantes como para los profesores porque no solo hay intercambio académico e intelectual sino también cultural a la hora de discutir los temas educativos. Y yo creo que eso es un intangible que potencia mucho la calidad formativa”.

Por lo pronto, el éxito de este programa  le está abriendo las puertas en el país suramericano a otros cursos de cuarto nivel ofrecidos por la UCAB.

Actualmente, profesionales ecuatorianos están viajando a Venezuela para realizar  en el campus de Montalbán doctorados en las áreas de Economía y Derecho y próximamente un grupo iniciará clases en el doctorado de Psicología, todos bajo el régimen presencial intensivo.  

La idea, según Ramírez,  es replicar la iniciativa en otros países y a mediano plazo expandir la oferta y atraer estudiantes de Colombia, Panamá, Perú, Centroamérica e incluso a profesionales latinos radicados en Estados Unidos.  

“Más allá de la ventaja competitiva que representa actualmente para los estudiantes internacionales el costo de un postgrado en Venezuela, esto es un proyecto que se está fortaleciendo y consolidando debido a la calidad. Si el programa no ofreciera calidad, el postgrado se caería por sí solo y ya vemos cómo se ha ido incrementado la demanda de estudiantes. Eso es un buen síntoma y estamos muy orgullosos de ello”.

De acuerdo al prestigioso ranking internacional QS, la UCAB está posicionada como la primera universidad privada de Venezuela, la tercera del país y una de las 100 mejores de toda Latinoamérica.

♦Texto: Efraín Castillo/Fotos: Jesús Fonseca