En un ensayo publicado por el Instituto de Investigaciones Económicas y Sociales de la UCAB, el economista duda que el reciente impuesto a las transacciones en divisas pueda ayudar a restituir el papel del bolívar en el mercado. Advierte que, mientras más se prolongue la dolarización, más difícil será desmontarla

En el más reciente artículo de la serie «Notas sobre la economía venezolana», del Instituto de Investigaciones Económicas y Sociales (IIES) de la UCAB, el economista Luis Zambrano Sequín aborda las principales implicaciones macroeconómicas de la dolarización y las condiciones y posibilidades de revertirla en el contexto de una economía petrolera como la venezolana.

En el documento, titulado Dolarización y Desdolarización ¿un dilema en Venezuela?, el profesor e investigador sostiene que, más que el resultado de una política económica, la dolarización ha sido la consecuencia de una reacción racional de los actores económicos «frente a una economía inflacionaria con baja credibilidad en las instituciones fiscales y monetarias».

«La tolerancia gubernamental de tal dolarización simplemente es el reconocimiento oficial de un proceso que ya se ha consolidado en los mercados de bienes, servicios, de factores, e incluso financieros», apunta.

Sin embargo, el doctor en Economía indica que «no hay ninguna evidencia que relacione la dolarización con la prosperidad económica», a la vez que apunta que no puede ser utilizada como sustituta de otras acciones estructurales.

«Hay que enfatizar que la dolarización no elimina los riesgos de sufrir crisis externas, ni incrementa la sostenibilidad fiscal, no soluciona los problemas fundamentales del sistema financiero (más bien los puede agravar), ni contribuye a resolver la crisis de la deuda externa. Tampoco tiene incidencia directa en la resolución de los problemas asociados a la inestabilidad política y social».

Desdolarizar no se decreta

Zambrano señala que la desdolarización puede resultar «deseable»  para el Gobierno, toda vez que la recuperación de la preponderancia del uso de la moneda nacional en el ecosistema económico puede permitirle al Estado «aumentar su capacidad de implementar políticas monetarias y cambiarias para ajustar los choques a los que la economía está expuesta, y más si el país es dependiente de las exportaciones de bienes primarios«.

No obstante, ve «difícil» en este momento que Venezuela pueda disminuir significativamente el grado de dolarización que se ha alcanzado, «dados los niveles de inflación, la problemática fiscal, la situación de default, el nivel del endeudamiento externo y la poca credibilidad en la política y las instituciones económicas».

En ese sentido, duda del efecto que puedan tener medidas recientes como la modificación del Impuesto a las Grandes Transacciones Financieras, a través de la cual comenzó a aplicarse un tributo a las operaciones en divisas.  «Es de notar que no se tiene registro de ningún país con elevada inflación que haya podido reducir de manera significativa y sostenida la dolarización con solo medidas regulatorias compulsivas«, escribe.

Sobre esto, el también individuo de Número de la Academia Nacional de Ciencias Económicas pone como ejemplo las acciones tomadas por los «pocos países» que han sido exitosos en este proceso.

«Por convención, se considera que una economía se desdolariza si la relación  depósitos en divisas respecto a los depósitos totales de la banca local se reduce a una proporción menor al 20%, por un período de al menos 5 años. Con base en este criterio, solo 4 países que se habían previamente dolarizado habrían logrado desdolarizarse: Israel, México, Polonia y Pakistán…Todos estos países han podido avanzar en la desdolarización como consecuencia de la implementación de exitosas políticas de estabilización y ajustes estructurales, permitiéndoles recuperar la credibilidad en sus instituciones fiscales y monetarias y mantener una disciplina fiscal que ha evitado el excesivo financiamiento monetario. Como es conocido, este último factor es clave para garantizar la estabilidad de la moneda».

Zambrano Sequín concluye que la desdolarización «no puede ser impuesta ni decretada» y advierte que mientras más se prolongue menos posibilidades habrá de desmontarla.

«En la medida que la dolarización se prolongue, lo cual parece es inevitable en las actuales circunstancias, será más difícil desdolarizar. Podemos, incluso, llegar al punto de que sea inevitable transformar la dolarización de facto en dolarización oficial”.

El ensayo Dolarización y Desdolarización ¿un dilema en Venezuela?, de Luis Zambrano Sequín, puede ser descargado, en versión PDF, haciendo clic en el siguiente enlace:

https://elucabista.com/wp-content/uploads/2022/05/IIES-UCAB-Nota-16-Dolarizacion-y-Desdolarizacion-LZS.pdf

♦Texto: Efraín Castillo/Fotos: Freepik.es (apertura) y El Nacional (interna)