El Instituto de Investigaciones Históricas “P. Hermann González Oropeza, SJ” de la UCAB y el Goethe Institut, organizaron el simposio “Alexander Von Humboldt. 250 años de su natalicio y 220 años de la expedición al nuevo continente”, que se realizó este jueves 10 y viernes 11 de octubre en el campus de Montalbán, con un total de siete conferencias.

Las exposiciones abordaron las variadas dimensiones del polímata que se adentró en Venezuela a finales del siglo XVIII y verificó, entre otros estudios, la conexión entre los ríos Orinoco y el Amazonas. Fueron coincidentes los ponentes en destacar el apego de Humboldt a no juzgar, sino a examinar, así como su minuciosidad en el registro de todo lo visto.

Humboldt dejó una obra escrita sobre sus observaciones en el país aún muy desconocidas localmente, pero bastante estudiadas en las universidades de Europa. Las publicaciones más divulgadas son los varios tomos  de su Viaje a las regiones equinocciales del nuevo continente, que realizó por varias regiones de América, entre 1799 y 1804, en compañía del botánico Aimé Bonplant. Este viaje estuvo caracterizado por observaciones, datos y mediciones acordes al método científico.

Como invitado internacional en el simposio participó el profesor Michael Zeuske, uno de los más reconocidos expertos en el estudio de los escritos de Humboldt, aunque él mismo dejó claro que no es humboldtiano.

 

 

Actualmente, Zeuske es investigador de la Universidad de Colonia y del Centro de Estudios Globales para la Esclavitud, de la Universidad de Bonn, línea de investigación que desarrolló a partir de observaciones que hizo el sabio sobre la esclavitud como una industria moderna, especialmente en la Cuba colonial.

Menciona que Humboldt tuvo ideas prospectivas sobre el liberalismo científico y el futuro de la fuerza laboral en el siglo XIX, pero que muchas de sus observaciones en cuanto a la industria esclavista y aspectos políticos vinculados a una revolucionaria “confederación africana” de negros –que los transcriptores escribieron como antillana– no se atrevió a publicarlas sino hasta veinte años después de su viaje a América.

Dijo que “Humboldt no era un revolucionario político” y que con frecuencia se refirió en sus registros de manera despectiva al “pueblo”, empleando el término alemán, “muy despectivo, pöbel” en lugar del francés “peuple”. También dijo que Humboldt tuvo entre sus financistas a “un negrero” que subastaba niños en Cuba.

Durante su exposición, titulada “Humboldt en Venezuela, debates desde una perspectiva global”, Michael Zeuske recomendó prestar atención a la existencia de un libro de 500 páginas, publicado hasta ahora solo en idioma alemán, que contiene la transcripción del diario del explorador con los detalles –y numerosísimas notas al pie de página– exclusivamente de su viaje por Venezuela.

“Eso, para la historia de Venezuela es importantísimo. Hay que hacer una traducción científica al español. Me parece que es sumamente importante que Venezuela haga su propia edición”.

Zeuske dijo que en todas las lecturas que ha hecho de la obra completa de Humboldt no ha encontrado ninguna evidencia de que el sabio alemán haya aconsejado a Simón Bolívar, durante su estancia en Europa, que regresara a Venezuela a liderar una revolución. “Eso es puro mito”, aseveró y marcó distancia de recientes publicaciones y autores que, a su juicio, repiten falsedades y desconocen la historia venezolana.

Comentó que él mismo ha intentado, sin éxito, usar las mediciones geográficas que hizo Humboldt en los modernos GPS para reproducir su ruta por América, pero que es necesario hacer una adaptación entre ambos métodos para que eso sea viable. Invitó a hacer un mapa real de ese recorrido.

Al margen de su conferencia, el experto fue consultado sobre cómo la figura y hazaña de Humboldt pueden ser aprovechadas para inspirar a los jóvenes de la época moderna. Dijo que él invita a ver a Humboldt “como un deportista” que fue siempre a investigar todo en el sitio y que es también tarea de los medios de comunicación divulgar más esos descubrimientos.

Destacó que Alexander Von Humboldt fue de una generación que asumía los descubrimientos “como una fiesta científica” y que probaban todo, corriendo riesgos personales, como cuando en la selva venezolana bebió curare. “Él tuvo dolores de músculos por días o semanas porque probaba la electricidad (anguila) en el propio cuerpo”.

“Yo siempre les digo a mis estudiantes, que están metidos en sus teléfonos, que salgan de su dimensión electrónica y del computador. Que lo que a Humboldt lo diferencia de cualquier tipo de pensador es que él siempre se fue a los lugares a ver las cosas en la realidad. Muchos jóvenes ya casi no viajan, porque miran todo en la computadora. Hay que ir ‘on the spot’, hay que ver las cosas donde han tenido lugar. Eso es muy importante. Si ellos piensan en lo que hizo Humboldt como una aventura pueden hacer el viaje, sobre todo para los que están aquí en Venezuela, porque ya a los de Alemania no les queda tan cerca. Pero el Orinoco está aquí, pueden hacerlo. Deben ver a Humboldt como un deportista al que le gustaba subir montañas. El deporte y el cuidado del cuerpo hoy es muy moderno, por eso se puede hacer bastante con Humboldt”, afirmó Zeuske.

UCAB se afinca en su vocación global

Tomás Straka, director de la maestría en Historia de Venezuela de la UCAB, destacó que la articulación de esta universidad con los actos celebratorios de los 250 años del natalicio de Alexander Von Humboldt “honra y ratifica nuestro compromiso con la excelencia académica afincada en una vocación global”.

La directora del Goethe Institut, Stephanie Maiwald, señaló que el propósito del simposio fue recalcar la importancia de Humboldt en Venezuela y su influencia en el continente, por sus aportes “sobre el cambio climático, la biodiversidad y diversas historias sociopolíticas”. Agradeció la iniciativa que le fue presentada por la UCAB y mencionó la próxima apertura, en Berlín, del Humboldt-Forum, un gran espacio museístico que albergará el conocimiento del mundo con un “espíritu de diálogo mundial”.

En la primera jornada del simposio, Catalina Banko, Claudio Briceño y Manuel Donís, todos miembros de la Academia Nacional de la Historia, hablaron de la ciencia en el pensamiento de Humboldt, su visión geohistórica y su labor como cartógrafo del sur de Venezuela.

En la segunda jornada, expusieron la profesora de la UCV, Lorena Puerta Bautista («Territorio, identidad y economía de la Capitanía General de Venezuela en la mirada de Humboldt»), Helga Lindorf Álvarez («Humboldt, impulsor de la búsqueda del conocimiento sobre la naturaleza venezolana») y Yolimar Gil, sobre la “Geopercepción de Humboldt de la provincia de Cumaná, 1799”.

Banko, docente del postgrado de Historia de la UCAB, describió a Humboldt como “uno de los últimos exponentes de la sabiduría universal”. Destacó su visión del futuro y la importancia que dio al comercio como vía para el desarrollo. Mencionó su estudio sobre la posibilidad de comunicar a los océanos Atlántico y Pacífico, más de un siglo antes de que se construyera el canal de Panamá. También vislumbró la potencialidad económica de los valles de Aragua y los llanos, y propuso un sistema fluvial que conectara las siete regiones que identificó en la Capitanía General de Venezuela.

Briceño, profesor de la ULA, recordó que Humboldt  hizo la primera clasificación del espacio geográfico venezolano en tres grandes áreas (montañas, llanos y bosques /tepuyes) y tuvo una comprensión del desarrollo geohistórico nacional como idea para una ordenación territorial.

Por su parte, el profesor Donís, investigador del IIH-UCAB, dijo que Humboldt fue una de las 16 personas que se adentraron en el Orinoco buscando su nacimiento. Ya antes de él, entre ellos el sacerdote jesuita Manuel Román, lo habían hecho. Donís señaló que Román fue el verdadero descubridor del brazo Casiquiare como conexión entre el Orinoco y Amazonas, y Humboldt fue honesto en reconocer ese hallazgo y le apoyó en sus precisiones, que discrepaban de los levantamientos cartográficos del también jesuita, José Gumilla en el siglo XVIII. “Humboldt no fue mezquino en cartografía y actúa como un científico”, precisó Donís.

♦Texto: Elvia Gómez/Fotos: Manuel Sardá