Ingeniero electrónico de profesión, forjó su carrera en empresas como CANTV y Cines Unidos. Con una maestría en la UCAB y certificaciones técnicas de la corporación china Huawei, descubrió su pasión por la docencia mientras impartía cursos a sus compañeros de trabajo. Desde hace cuatro años comparte sus conocimientos con decenas de alumnos de la Facultad de Ingeniería, a quienes intenta legar la curiosidad por aprender y el criterio para ofrecer soluciones prácticas y creativas

Una trayectoria de más de 20 años en tecnología y telecomunicaciones en Venezuela avala los conocimientos y el profesionalismo de Manuel Peña. El ingeniero, quien se desempeña como profesor universitario en la UCAB desde 2018 y como jefe del Departamento de Telemática de esta institución desde 2019, recuerda con nostalgia su etapa de pregrado, la cual describe como una “etapa hermosa y llena de amor por la electrónica”.

Empezó su formación profesional en la sede de La Guaira de la Universidad Simón Bolívar, donde se tituló como Técnico Superior en Tecnología Electrónica en 1997.  Ocho años después, en 2005, egresó como ingeniero electrónico del Instituto Universitario Politécnico Santiago Mariño, luego de lo cual realizó una maestría en Gobierno Electrónico en la UNEFA, de la que solo le falta la tesis, y una en Sistemas de Información en la UCAB (2019).

Una vida dedicada a la electrónica

Aunque en su infancia soñaba con ser mecánico y doctor, la electrónica lo cautivó antes de que llegara ese momento de decidir qué hacer con su futuro. Su padrino es ingeniero y Peña disfrutaba ver lo que él hacía en su trabajo, tanto como jugar con el multímetro analógico (aparato para medir el voltaje) que le regaló su papá cuando tenía siete años.

A los 10 comenzó su educación secundaria en la Escuela Técnica de San Martín, en Caracas, en la que tomó la mención de electrónica. Luego de graduarse de bachiller y titularse como ingeniero electrónico, inició su carrera laboral en CANTV, en el año 2000, cuando todavía la compañía estaba en manos de un consorcio internacional y lideraba el mercado de las telecomunicaciones. En la empresa desempeñó diversos cargos a lo largo de 18 años: especialista en Provisión de Redes de Datos, líder de Cuenta en proyectos del Estado venezolano e instructor del Centro de Entrenamiento de Telecomunicaciones.

“Comencé como especialista en tecnologías como la internet, que para aquel momento era un mundo incipiente. Luego pasé a coordinar y gerenciar algunos aspectos de redes y telecomunicaciones”, cuenta.

Durante sus años en CANTV, trabajó en el área de internet por Acceso a Banda Ancha (ABA), período en el que comenzaron a activarse los operadores para atención al cliente. Para elevar el nivel de este servicio, a partir de 2000 comenzó a dictar cursos a sus compañeros de labores y fue en esa época cuando se le encendió la chispa formativa.

En 2014, la telefónica le permitió prepararse para seguir dando clases al equipo. Viajó a China y obtuvo tres certificaciones de la multinacional Huawei en áreas como NGN, Core Fijo y Móvil, Storage y Cloud Computing, asuntos relacionados con las redes de telecomunicaciones.

 

El salto a la UCAB y el despertar docente

En 2018 supo que su ciclo en la telefónica había concluido (fue testigo de la transición de la empresa de privada a pública, tras la renacionalización en 2007) y empezó a trabajar en Cines Unidos, donde ocupó el cargo de especialista en Infraestructuras de Tecnologías de Información (TI). Paralelamente, daba clases de Laboratorio de Circuitos Electrónicos en la Escuela de Ingeniería Informática de la UCAB. Luego de un año, la dependencia le ofreció llevar la jefatura del Departamento de Telemática, donde convergen materias afines a su profesión: redes, arquitectura de computadoras y sistemas operativos. Fue en ese momento cuando renunció a su cargo en Cines Unidos para asumir este nuevo reto profesional.

Para Peña, pasar del mundo corporativo al académico fue un “cambio sustancial”, pero está convencido de que su decisión fue la correcta. Por su destacado desempeño, recibió el Reconocimiento General a la Labor Docente 2018-2019 de la Escuela de Ingeniería Informática. Actualmente, imparte clases de Circuitos Electrónicos y Seguridad Computacional a estudiantes de quinto y noveno semestre de esa carrera.

“De cierta manera el trabajo docente es más divertido, aunque a veces tengo que regañar a los alumnos como si fueran mis hijos. Más que dar la clase como clase, trato de dejarles un mensaje a los estudiantes. Es importante hacerles ver por qué están aquí y qué buscan de la universidad, dice sobre su visión pedagógica.

Telecomunicaciones, universidad y generación de relevo

En 2020, tras la llegada de la pandemia por Covid-19, Manuel Peña tuvo que adaptarse a una nueva forma de trabajo docente. Lo más difícil para mí fue hablar con mi computadora. Muchas veces el ancho de banda interfirió en las clases y no podíamos encender las cámaras para que la comunicación fuera fluida. No había feedback, porque no podía verles las caras a mis estudiantes. Semestre a semestre fui probando nuevas cosas para tratar de entender lo que estaba detrás de la pantalla y ganar ese feedback”, relata con entusiasmo.

Sobre el impacto de la “nueva normalidad” impuesta por el confinamiento y el uso cada vez mayor de la tecnología en distintas esferas de la vida, cree que ha ocurrido una “disrupción en el tiempo”. “Había cosas que iban a ocurrir y se adelantaron. A pesar de que hay áreas que se sienten como un retroceso, podemos decir que estamos en una posición privilegiada. Muchos países se están dando golpes con las tecnologías que están emergiendo y cuando nos toque, estaremos tomando muchas buenas prácticas y nuestro tiempo de desarrollo podría ser mucho más corto”.

Está consciente del retraso que enfrenta Venezuela en materia de telecomunicaciones y conectividad, debido al proceso de desinversión del sector en la última década. Como ejemplo, señala que a escala mundial la tecnología de conexión más reciente es la de quinta generación (5G), que no estará disponible en el país en mucho tiempo y ofrece una velocidad promedio de acceso a internet 10 a 20 veces mayor de la que se disfruta en el territorio nacional.

Por eso considera que, para retomar el camino de la vanguardia en telecomunicaciones que Venezuela tuvo en la región o acercarse al nivel de naciones más avanzadas en la materia, hace falta determinación por parte del Gobierno, confianza en las inversiones y un despliegue importante de fibra óptica. Si hablamos de Caracas, la ciudad tiene una geografía complicada y ha crecido de manera desorganizada; eso hace que sea difícil hacer un buen despliegue”.

El ingeniero también está convencido de que recuperar la senda del desarrollo tecnológico pasa por educar a la población, para que conozca cómo acceder a las nuevas tecnologías en sus hogares, y preparar al recurso humano que se requerirá  para desplegar la infraestructura que permita acortar las brechas.

En ese sentido, celebra el compromiso de la UCAB con la formación de los futuros ingenieros que asumirán el reto de proporcionarle mejores conexiones al país. También destaca los esfuerzos que se están haciendo desde la universidad, más allá de las materias de pregrado que se imparten en las carreras, para preparar a los jóvenes ucabistas y al público general en oficios modernos relacionados con la tecnología. Pone como ejemplo la Certificación Tech «Prototipos con Arduino», curso corto para aprender a diseñar soluciones a partir de una plataforma de programación electrónica de código abierto,  del cual es uno de los facilitadores.

“Hay un trabajo importante y si se quiere lograr, hay que preparar mentalmente a los estudiantes, porque los cambios son casi como la teoría del pizarrón en blanco: hay que borrar todo y comenzar casi de cero».

 

Aplicar el conocimiento en soluciones prácticas

Más allá de las aulas, Manuel Peña ha participado en proyectos importantes para la comunidad ucabista que involucran sus conocimientos como ingeniero y sirven de ejemplo para colegas y alumnos.  Uno de ellos es el Muro de Honor de la UCAB, escultura recientemente inaugurada en el Centro Cultural de la universidad, la cual contiene placas lumínicas con los nombres de los grandes benefactores que han contribuido con la institución a lo largo de sus casi 70 años. Las placas de esta instalación se encienden y apagan según la interacción del usuario que se acerca a contemplar la escultura. Para hacer esto posible, la tecnología jugó un papel importante y Peña fue parte del equipo multidisciplinario que trabajó en ello.

“Mi participación tuvo que ver con la automatización eléctrica y electrónica.  Desarrollé las tarjetas electrónicas de potencia para el control de cada lámpara, instalé la fuente de poder y programé las placas con el software Arduino”, detalla Manuel Peña.

De acuerdo con el ingeniero, inicialmente el equipo pensó en incorporar a la estructura sensores de movimiento. Sin embargo, por la iluminación de la zona donde se ubicaría se descartó esta idea, ya que la intención era que las placas se iluminaran únicamente con el paso de las personas.

Así se efectuaron diversos cambios hasta cumplir con los requerimientos de la institución. Tras meses de trabajo, Peña asegura haber quedado satisfecho con el proyecto, en el que involucró a sus estudiantes de la Escuela de Ingeniería Informática, quienes aportaron ideas mientras cursaban Circuitos Electrónicos, asignatura del quinto semestre. Entre los alumnos destacados, menciona a Gabriel Manrique, Carlos Landaeta y Antonio Badillo.

En casi todas las materias que imparto incluyo actividades finales de desafío para que los estudiantes cubran competencias adicionales a las de su formación académica. Por eso me pareció perfecto asignarles el Muro de Honor como proyecto, ya que para ese momento no se había concretado. Desde entonces, la propuesta original fue evolucionando”.

Peña también agradece el apoyo de colegas y compañeros dentro y fuera de la universidad. Ramón Porras, Biagio Cante, Igor Chávez, Kenny Torrealba, Wuiliams Castellanos, Jorge Montesinos y Adelis Medina son algunos de los nombres que apunta, lo que le sirve para recordar la importancia de la cooperación y el trabajo en equipo en su profesión y el valor de proyectos como el Muro de Honor de la UCAB, porque “constituyen alianzas estratégicas que brindan esperanza y son una oportunidad para la educación”.

Precisamente ese es el mensaje que intenta transmitir a sus estudiantes cada semestre, más allá del contenido teórico y operativo de las materias que imparte. Por eso, se siente complacido cada vez que sus alumnos se involucran en los proyectos que les asigna, a través de los cuales busca retarlos a poner en práctica soluciones creativas a partir de lo que aprenden en clases.

“Son estos conocimientos asociados a su profesión los que les permitirán tener un criterio amplio y alcanzar soluciones acordes y eficientes en el campo laboral”, finaliza.

♦Texto: Génesis Márquez / Fotos: Oswer Díaz Mireles (retratos) y Manuel Sardá (acto)


*Los docentes de la UCAB que quieran formar parte de esta sección -o los alumnos o profesores que deseen postular a uno de ellos- pueden escribir a los correos electrónicos: [email protected] o [email protected]

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