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Una libertad en entredicho

La pregunta clave hoy en Venezuela es: ¿pueden profesionales, estudiantes y ciudadanos expresar sus opiniones y críticas sin ser amenazados, encarcelados o asesinados?

El Centro de Estudiantes de Derecho, con la colaboración del Instituto de Investigaciones Jurídicas, organizó un foro para tratar los temas de hegemonía comunicacional y libertad de expresión.

Alexander Espinoza, docente de la Escuela de Derecho, planteó la relevancia que tiene la opinión pública en la toma de decisiones de un Estado, así como la manera en la cual un gobierno puede interpretarla como una amenaza a su estabilidad. Espinoza dijo:

Hay una intervención y una manipulación del Estado en el desarrollo de la opinión pública

Explicó que el interés en ejercer dicho control encierra el cuidado de la reputación gubernamental.

Según la Corte Interamericana de Derechos Humanos, las opiniones no pueden considerarse verdaderas ni falsas, por lo tanto, no pueden ser objeto de sanción, y es en esta ley en la cual se apoya Espinoza para repudiar la utilización del derecho penal para controlar la opinión pública.

Por otro lado, partiendo de la premisa que expone el teórico de la comunicación Antonio Pasquali de que las comunicaciones pueden usarse para moldear las sociedades, el director del Postgrado de Comunicación Social de la UCAB, Marcelino Bisbal, considera que actualmente se vive una mutación de modelos autoritarios del siglo pasado.

No es una dictadura militar clásica, tampoco comunista, ni es democracia, desde mi punto de vista es un neo autoritarismo.

Eso concluye Bisbal para darle un nombre a la situación venezolana.

Sin embargo, el comunicador advierte que la hegemonía comunicacional se puede hacer evidente en la constante denigración que existe en el discurso legal, el uso indiscriminado de las cadenas y el retiro de la publicidad que hace crítica al gobierno. Igualmente, Bisbal destacó los 1.794 casos de violaciones a la libertad de expresión en el periodo de 2002-2013, lo cual conlleva a preguntarse si ¿realmente el venezolano es libre de decir lo que quiere?

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