“Atender mi hogar y a la universidad” es el mandamiento del día a día de Iris Estrella Torres. Empezó hace 25 años como mecanógrafa 1 en la UCAB y, con trabajo duro y dedicación, hoy es oficinista 5 en Secretaría General. Hace sus labores con esfuerzo, esmero y una gran sonrisa, tal como le enseñó el padre Gustavo Sucre, quien fue su primer jefe y gran amigo. Ella se encarga de imprimir los títulos para los graduandos y de ajustar aquellos que vienen del Ministerio de Educación. Logró graduarse de abogada en esta casa de estudios. Madre de tres varones (hoy de 35, 31 y 29 años), casados actualmente, pero que viven cerca de ella. Su esposo, Víctor Manuel, la ayudaba mucho y trabajaba lo más que podía. Ya no se encuentra con ella, pero lo recuerda como un excelente cocinero. Estrella se levantaba a las 3:00 am para llevar a su esposo a sus sesiones de diálisis y luego, a las 7:30 am, se dirigía a la universidad; al salir cumplía con su rol de mamá, así que se iba temprano para buscar a sus hijos en el colegio y alimentarlos. Aprovechaba para conversar con su esposo y luego volvía a su puesto de trabajo. Vivir cerca, en Antímano, siempre le ha facilitado el traslado. Estrella disfruta caminar por la universidad y encontrarse con nuevos estudiantes. Ve en ellos ganas y pasión por salir adelante. Ser madre es, para ella, “una experiencia pura e incondicional”. Estrella considera que “hoy en día la mujer es la que sale a la calle a trabajar, es la que tiene la batuta en la sociedad”. En pocas palabras, Estrella es una mujer que ha sabido luchar por lo que quiere.