Directivos y miembros de la asociación civil Dividendo Voluntario para la Comunidad (DVC) visitaron el sector La Pradera ―parroquia La Vega― para hacer entrega formal de una donación de cubos lógicos a ser utilizados por los niños que acuden al Multihogar Niño Jesús, el martes 23 de junio.

Dalila Chávez, religiosa de la congregación Misionera de Acción Parroquial, dio la bienvenida a los visitantes y agradeció al DVC por su colaboración para con más de 40 niños beneficiarios del Multihogar, a través del proyecto Nacer Aprendiendo. Esta iniciativa busca estimular a los niños y ayudar a las madres en el proceso de crecimiento de sus bebés, a través del acompañamiento y creación de una bebeteca y una ludoteca. El padre Luis Ugalde reconoció el apoyo del DVC, así como de las organizaciones que colaboraron con el proyecto ―SBA Airlines, Seguros Mercantil y la Fundación Cisneros― quienes unieron esfuerzos para realizar el donativo.

Luego de la breve ceremonia de bendición, a cargo del exrector de la universidad, la profesora Mercedes Morales, de la Dirección de Proyección y Relaciones Comunitarias UCAB, realizó una dinámica con los asistentes con el  fin de explicar cómo estos cubos sirven para estimular habilidades lógico-matemáticas en niños en edad preescolar.

Ramón Sosa, presidente del DVC, destacó la importancia de aportar en proyectos para el bienestar social. “Como líderes tenemos que motivar y movilizar a las organizaciones”, dijo Sosa, “tenemos una oportunidad tremenda para ayudar”.

Los invitados conocieron el Centro de Salud, que cuenta con la atención de la pediatra Scarlett Salazar, así como servicios de psicología, odontología y jornadas de despistaje de cáncer de cuello uterino, entre otros.

La visita, guiada por las hermanas de la vicaría, incluyó el centro comunitario, donde se llevan a cabo diversas actividades, se ofrecen servicios de cibercafé y funciona la sede de Superatec. Los invitados conocieron también el Multihogar Niño Jesús, donde son atendidos más de 40 niños de edades comprendidas entre los 9 meses y 5 años, y es el espacio que recibe directamente la donación.

Fue un encuentro potenciador de relaciones entre la comunidad y sus benefactores, ya que quienes apoyan las actividades pudieron ver, de primera mano, cómo es el desempeño de la causa que secundan a través de donativos. Asimismo, se pudo observar la cultura que se imparte en la comunidad. “Aquí partimos de la idea de que no se regala nada, todo tiene su valor”, dice la religiosa Dalila Chávez. Las consultas médicas tienen un costo de 300 bolívares, mientras que los medicamentos se ofrecen a la mitad de su costo en cadenas de farmacias.

 

EL ROPERO
La comunidad de La Pradera pronto podrá beneficiarse de un nuevo proyecto. El ropero es un recinto en remodelación que pronto ofrecerá ropa de segunda mano a precios solidarios. La vicaría recibe donaciones de ropa y calzado en buen estado y las ofrece a la comunidad. Mujeres y hombres acuden a comprar prendas de vestir. “Lo que uno cree que no se van a llevar se lo llevan”, comenta la hermana Dalila.

“Una fábrica de zapatos nos manda los que salen con defectos. Nosotros los arreglamos y los ponemos en venta”, señala Chávez. Esperan recibir más donaciones cuando se reinaugure el lugar y se le dé mayor difusión, ya que cuentan con precios realmente bajos en comparación con el mercado actual; “aquí un par de zapatos, los más caros, los vendemos en 150 bolívares”.