Desde hace 15 años, Gustavo García forma parte de esta institución. Comenzó trabajando en el Instituto de Investigaciones Económicas y Sociales (IIES) del cual actualmente es director de Investigación. Durante ese tiempo se ha mantenido como consultor en las áreas de estrategia y gestión para diversas organizaciones públicas y privadas. El próximo 27 de julio asumirá el Vicerrectorado Administrativo de la UCAB, y en esta ocasión comenta la magnitud de los retos que debe afrontar en su gestión.

Al Vicerrectorado Administrativo le corresponde acompañar todos los esfuerzos desde el punto de vista de gestión. Eso significa dar soporte a quienes tienen la responsabilidad de desarrollar y gestionar los procesos de docencia, investigación y extensión, quienes deben consolidar una mirada mucho más integral. Una mirada preocupada en lo económico y en lo académico, que con la capacidad de identificar e implementar opciones de mejora:

Hay una cosa que me llena de optimismo y es que no hay forma de que hoy en día las organizaciones de Venezuela superen esta crisis sin salir fortalecidas, desde luego que cuando vengan mejores momentos esto será una universidad mucho más fuerte desde todos sus ámbitos.

 

UCAB 20-20 Y LA ACADEMIA

Desde hace tres años, García ha brindado su apoyo en el desarrollo del Plan Estratégico UCAB 20-20, el cual orienta y define el norte de la universidad hasta el año 2020. García explica que es un plan complejo, conformado por diez ejes estratégicos.

Por falta de recursos hemos tenido que bajarle la velocidad a algunos proyectos puntuales. Además, cuando pasan los años, uno va alimentando esa hoja de ruta con iniciativas nuevas. Hoy en día, el plan lleva niveles de ejecución generales que rondan el 30% y allí hay trabajos que pueden llegar al año 2021 o 2022.

El Plan Estratégico UCAB 20-20 responde a los retos que están planteados en el entorno, es por esto que intenta abordar aspectos de corto y largo plazo, relacionados con exigencias en materia económica, de la mano con la renovación y transformación académica.

La renovación curricular de cada carrera forma parte de estas exigencias. Esta renovación no solo intenta mejorar la dimensión académica, sino también que la universidad sea mucho más eficiente, conservando e inclusive incrementando la calidad de la educación que ofrecemos.

 

FINANZAS UNIVERSITARIAS

La economía de la universidad es la de cualquier organización de servicio: un poco más del 80% de los ingresos corresponde a la matrícula que pagan los estudiantes y un poco más del 80% de los egresos corresponde al pago de personal administrativo y docente. El futuro vicerrector explica que esto no deja mucho margen de maniobra, especialmente cuando el Estado mantiene presiones que impiden establecer costos de matrícula razonables:

En un contexto hiperinflacionario como el actual, en el que las universidades se mantienen bajo la amenaza del Gobierno, sin poder ajustar el precio de la matrícula a su estructura de costos, es imposible trasladar todos los incrementos asociados a la compensación de profesores y compra de insumos a quienes reciben nuestros servicios: los estudiantes. Adicionalmente, dado que esta difícil situación económica nos afecta a todos, un incremento considerable de los precios tiene un impacto en la demanda, lo cual puede significar no captar los suficientes estudiantes como para hacer posible cumplir con el presupuesto de cada período.

Sin embargo, la universidad está decidida a continuar siendo una opción inclusiva y de alta calidad.

Para el profesor García, el escenario exige mucha creatividad en áreas relacionadas especialmente con la compensación a profesores, para ayudarlos a mantener niveles adecuados de calidad de vida y para que sigan encontrando en la universidad una segunda casa, un lugar para desarrollarse y realizarse:

Hay que tener presente que la principal causa de que la universidad se mantenga funcionando con altos niveles de calidad y excelencia académica es que sus profesores, responsables principales de lo que pasa en el aula, se han mantenido dando excelentes clases aun cuando sus ingresos hayan disminuido gradualmente en términos reales.

Añade que, desde el punto de vista de los ingresos, es fundamental generar recursos por canales no tradicionales, lo cual involucra profundizar la relación con empresas en mercados nacionales e internacionales: consultoría, formación permanente. Incluso desarrollar una plataforma tecnológica que nos permita trabajar a distancia.

Me parece interesante que la universidad mantenga una estrategia de supervivencia, pero sin renunciar a un conjunto de proyectos que signifiquen la mejora de lo académico, lo que se traduce en resultados como nuestro importante ascenso en las posiciones de los rankings internacionales, a pesar de estar inmersos en un país en crisis. Lograr esto es posible, en buena medida, gracias a las contribuciones de egresados y de diversas organizaciones, con las que esperamos seguir contando en el futuro.

INTERNACIONALIZACIÓN, TECNOLOGÍA E INFRAESTRUCTURA

Desde hace varios años la universidad viene desarrollando un conjunto de iniciativas en estos tres ejes. En el primer caso, las restricciones han conducido a trabajar en un modelo de internacionalización desde casa. García explica:

Lograr que los estudiantes sepan manejarse en un entorno multicultural y tengan intercambios con gente de otros contextos pero sin moverse del país.

Docentes que comparten con egresados que están en el extranjero, y a través de las tecnologías de la información y la comunicación (TIC) organizan charlas; conversatorios y seminarios; programas de actualización profesional, a través del Centro Internacional de Actualización Profesional; o proyectos de consultoría, utilizando la plataforma de educación a distancia son parte de los retos que se plantea la universidad para los próximos años.

Los retos en materia tecnológica no son nuevos, la universidad viene sacrificando algunas inversiones, entre ellas la actualización de equipos o la adquisición de nuevas licencias de software. Sin embargo, no se han parado los proyectos de desarrollo de nuevos sistemas que permitan mejorar los procesos internos.

En cuanto a la infraestructura, la universidad no abandonará sus planes de expansión, centrados en la mejora de las facilidades que complementan un proceso de formación integral, tales como laboratorios, espacios culturales y espacios deportivos: todo ello conforme al Plan Estratégico UCAB 20-20.

En fin, Gustavo García anda optimista y feliz. Tiene en su cabeza una cartera de proyectos que lo entusiasma y que, con seguridad, convertirá en realidad.

♦ NOOR PÉREZ

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