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La empeñosa voluntad de Leonardo Marius

La dirección general que lidera Leonardo Marius, Desarrollo Estudiantil, comprende Cultura, Deportes, el Centro de Asesoramiento y Desarrollo Humano (CADH) y la Dirección de Cooperación Estudiantil más la Enfermería. El hombre acaba de asumir responsabilidades y quiere que todas estas direcciones a su cargo trabajen con sentido de unidad.

Ese título, Desarrollo Estudiantil, comporta varias facetas. Por ejemplo,  la organización de las MUN —competencias estudiantiles internacionales que se llevan a cabo en diversas ciudades del mundo— y el apoyo a los jóvenes que asistan en cada caso; las relaciones con la población estudiantil en el campus y todo lo que tenga que ver con iniciativas de los estudiantes.

Leonardo Marius ha impartido durante 9 años la cátedra institucional  Identidad, Compromiso y Liderazgo aun cuando antes tuviese otro nombre; por otra parte, en su condición de sacerdote, ha acumulado experiencia en la Conferencia Episcopal organizando y liderando la pastoral universitaria. Es decir, siempre ha estado en contacto con los muchachos, escuchándolos y animándolos. Marius estudió Teología y forma parte de una familia de origen uruguayo de cinco hermanos, todos con profunda vocación cristiana. El padre de los Marius fue un sindicalista fundamental en su país hasta que tuvo que exilarse culpa de la dictadura que sufría Uruguay en los setenta.

A Leonardo siempre le ha gustado estar en relación con los estudiantes; debatir con  ellos. No es jesuita sino diocesano, de modo que su nombramiento en la Dirección de Desarrollo Estudiantil tuvo que ordenarlo el cardenal.

—¿Cómo observa a los muchachos hoy en el ámbito universitario?

—Por un lado, con deseos de emigrar pues no ven futuro. Sin embargo, creo que falta esperanza: debe comprenderse el momento histórico. La verdad es que la situación es durísima, un chamo recién egresado no puede ni alquilarse una habitación. O sea, no le da para prosperar. Pero también hay que ayudar a los jóvenes a entender que esto es transitorio. También en los momentos de crisis se puede emprender y se pueden hacer cosas muy interesantes.

Dice que debe mirarse más allá de lo aparente; cierto que el paisaje luce caótico pero también hay aspectos interesantes. Por eso recomienda voltear la mirada.

—Soy muy optimista. El otro día tuvimos la convivencia entre representantes estudiantiles y autoridades: veo un grupo buenísimo. Chamos supercomprometidos, muy capaces, emprendedores. Uno dice: hay gente deseosa de formarse bien. Entonces vale la pena. Claro que hay chamos fastidiados con la situación, como lo estamos los adultos también tantas veces. Pero también los hay activos, con muchos deseos de echarle pichón. Hay que animarlos y formarlos… Porque aquí va a haber que recoger muchos escombros.

—¿A Venezuela le hace falta creer más en Dios?

—Sí, pero no solo en Dios sino en las personas. Porque yo solamente podré creer en Dios si creo en las personas. En Venezuela se ha deteriorado mucho la fe humana, y sin esa fe, la otra no tiene sentido. De hecho, cuando falla, cuando me salto la dimensión humana, carnal, del día a día, pierde perspectiva la fe espiritual

Los domingos da misa en Santa Mónica. Pero todos los días, con absoluta certeza, los muchachos podrán contar con él en la Dirección de Desarrollo Estudiantil. Con su pinta de monje budista, bonhomía y empeñosa voluntad como cartas de presentación.

♦ SN

 

FOTO: Leonardo Marius compartiendo con jóvenes en los jardines de la UCAB.

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