Yurahy Mayela Galindo, de 43 años, asegura: “Hay partes de mi infancia que olvidé”, pero lo que no olvidó fueron las veces que paseó por los jardines de la UCAB. Ella tiene 24 años laborando aquí, pero su relación con nuestra casa de estudios se remonta a la edad de ocho años cuando su madre, Mercedes Guédez, a quien considera como un “verdadero ejemplo de mujer”, trabajaba aquí. Mayela, cuando ingresó a trabajar, dijo que solo estaría un año, pero se dejó cautivar por el espíritu ucabista, desempeñándose como secretaria en Postgrado, en el Centro de Investigación y Evaluación Institucional (CIEI) y, posteriormente, en el Vicerrectorado Académico. En la actualidad, Yurahy es secretaria general de la Oficina de Cooperación Interinstitucional, en donde siempre busca resolver los problemas y las solicitudes de los estudiantes en la medida que pueda.

Con una larga trayectoria en la universidad, recuerda con especial cariño al padre Gustavo Sucre y a Adriana Mendoza, antigua directora de Postgrado. “Mucha gente ha pasado por mi vida, unos han fallecido y otros se han jubilado, pero a todos los llevo aquí adentro”.

Yurahy nació en la Parroquia La Pastora y a los dos años se mudó, junto a su madre y sus dos hermanos, a la Parroquia Altagracia, lugar donde reside actualmente junto a su esposo, José Antonio Norman, y a sus dos hijas, una de 21 y otra de 7 años.

Destaca que en su vida hay dos momentos que, hasta el día de hoy, la han marcado: la muerte de su abuela madrina y de su tía hace veinte años. “Fueron y serán mis vidas eternas”. Por otro lado, el nacimiento de su hija mayor, ya que le habían dicho que había tenido un conato de aborto y que perdió al bebé, pero el día del parto el ginecólogo se da cuenta que tenía “doble de todo”, es decir que su vientre se había formado para tener morochos, por lo que Yurahy asegura: “Mis dos bebés se unieron y nació mi hija”.

Yurahy se describe como una persona extrovertida, a quien le molestan las injusticias; siempre busca ayudar a los demás, en ocasiones, si ella tiene un problema, lo deja a un lado para brindar una mano amiga. También es leal y muy familiar, por lo que destaca que no le gusta la traición. “Detrás de tantas nubes, siempre está el sol brillando”.

♦ LEM