«Somos un proyecto soñado hecho realidad». Patricia Galindo y Anabela Pérez, fundadoras del Colegio Integral El Manglar, de Nueva Barcelona, estado Anzoátegui, describieron con estas palabras cómo convirtieron lo que apenas era una utopía concebida por un puñado de familias y maestros en un complejo educativo que apunta hacia la excelencia no solo en arte y ciencia sino también en valores y en identidad con Venezuela.

Lograr la materialización de un plantel anhelado por una comunidad sobre un terreno en el que, literalmente, no había nada, ejemplifica el empuje de las organizaciones que se dieron cita durante dos días en la Universidad Católica Andrés Bello, durante la jornada Educación Transformadora y las Habilidades del siglo XXI, el segundo encuentro nacional de su tipo organizado por la ONG internacional Ashoka, con la participación de la Escuela de Educación de la UCAB, la institución Fe y Alegría y la asociación civil Ágora.

Junto al relato de iniciativas provenientes de doce colegios de distintos estados del país se escucharon también experiencias innovadoras protagonizadas por cinco universidades, redes de padres, madres y educadores, emprendimientos sociales y educativos, empresas privadas, medios de comunicación y sociedad civil, incluyendo representantes de las fundaciones Polar y Telefónica, la revista SIC, los portales Analítica y ProDavinci, las ONG Espacio Público y Asamblea de Educación, entre muchos otros.

La idea de reunir actores de tan distintos ámbitos respondió al propósito fundamental del encuentro, explicó Agustín Silva Díaz, director de Programas Educativos de Ashoka. «La educación no es solo un asunto de la escuela, tiene que ver con las familias y con el entorno, porque todo influye y se convierte en modelo. La idea en este caso fue reunir la mayor cantidad de sectores y escuchar sus propuestas acerca de cómo lograr una educación distinta».

 

IDEAS A GRANEL

El propósito de la educación no es hacer que las nuevas generaciones sean iguales a las precedentes, sino permitirles descubrir sus propias competencias, aconsejó, durante la segunda jornada de trabajo, el conferencista venezolano Maickel Melamed, conocido por haber superado sus impedimentos físicos para convertirse en maratonista. Un grupo de jóvenes del Instituto de Fonoaudiología Juan Pablo Bonnet, de la red de Fe y Alegría, ofrecieron una intervención de viva voz para explicar cómo hacen frente día tras día a los obstáculos que supone una discapacidad auditiva, lo que se convirtió en un recordatorio de que la educación contemporánea no puede pasar por alto el desafío que supone la diversidad.

Una vez finalizados los coloquios y las presentaciones, los participantes trabajaron para la elaboración de propuestas bajo cuatro ejes: empatía, trabajo colaborativo, liderazgo democrático e iniciativa para el cambio, que constituyen las cualidades identificadas por la red de emprendedores que Ashoka mantiene en 85 países, como vitales para lograr transformaciones sociales.

Las propuestas nutrirán el Proyecto de Maestros Innovadores que ya adelanta esta ONG. El propósito es dejar atrás una escuela pasiva para convertirla en un verdadero agente que puede llevar a la práctica iniciativas para resolver los problemas que agobian a las comunidades. «Queremos gente empoderada y con verdadera capacidad para cambiar el entorno», asegura Silva.

♦ Marielba Nuñez

En la foto: representantes de Ashoka, Ágora, Fe y Alegría y la Escuela de Educación UCAB, organizadores del evento.