Fran Beaufrand, Don Úngaro, Alexander López, Mauricio Donelli, Nelson Garrido y Vasco Szinetar se encontraron entre las paredes del centro cultural. Mostraron trabajos publicados y trabajos personales y explicaron cómo retrata cada uno.
“A mí me llamó mucho la atención cuando me invitaron a este foro porque yo no hago retratos”, explicó Nelson Garrido al iniciar la ponencia. Sus fotografías son un registro de la violencia del país, su fascinación por la muerte y la divinidad lo distingue de otros fotógrafos. No tiene miedo a impactar por lo que es un “agitador cultural”. Para Nelson Garrido el retrato es solo una herramienta para expresar sus ideas.
A diferencia de Nelson, ganador del Premio Nacional de Artes Plásticas en 1991, Alexander López no se adueña de la violencia. Para “Alex” la fotografía debe representar la calma, de esa manera él concibe la belleza. Alex comenzó haciendo fotos en digital, pero prefiere usar el analógico. “Cuando usas una Hasselblad debes ser muy preciso, debes estar pendiente de cada detalle y eso me permite fotografiar con más calma”.
Alex y Don Úngaro, los ponentes más noveles, comparten un embeleso hacia las mujeres, pero de manera distinta. Don es considerado fotógrafo de modas, aunque él no se cataloga de esa manera. Le ha tomado fotos a Rawayana y ha colaborado con diferentes marcas. En Estados Unidos encontró el autorretrato de manera distinta. Su trabajo Maine, realizado en dicho país, aflora sentimientos como la soledad, la tensión, la ansiedad y la contemplación, termina siendo un psicoanálisis. “En mi casa no solemos hablar de sentimientos, y cuando lo hacemos, nos burlamos de nosotros mismos”.
Vasco Szinetar mostró su trabajo de descolorización, en el cual sustrae el color de la foto brindando emociones distintas al retrato. “Siempre debemos aprovechar las oportunidades”, comentó mientras enseñaba fotografías de personajes importantes en baños y hoteles. Para Szinetar no importa en dónde estés, en tu visor debe estar el estudio y se debe apartar al retrato del mundo real. “Siempre encuentro espacios en todos lados de Caracas, así cuando veo a alguien le digo que venga conmigo un momento y le tomo la foto”. Un consejo es tomar muchas series y trabajar un poquito todos los días.
Esta ruptura con el color no podría tenerla Fran Beaufrand. Para él, el plateado es básico, así la foto sea a color o en blanco y negro. Egresado de la Universidad Central de Venezuela en Arte demuestra en sus fotografías sus influencias, las cuales abarcan los siglos XIX al XX. Para Beaufrand no existe vergüenza alguna en ser fotógrafo de moda. “Por más que trabajes en una marca, el fotógrafo siempre le dará su propia visión”.
Para finalizar, Mauricio Donelli presentó su trabajo en materia de retratos que va desde encuentros con grupos étnicos hasta coberturas fotográficas de bodas, su área de experiencia. Para Donelli un retrato no debe ser la cara de una persona, las espaldas hablan al igual que las siluetas. Su visión del retrato se basa en la paciencia que debe tener el fotógrafo para capturar el momento preciso. Hizo particular énfasis en la que debe tener el retratista para dirigir tanto a la persona fotografiada como la puesta en escena. “Se debe establecer una negociación con la persona para persuadirla a lograr la foto que tienes pensada”.
Después de una ronda de preguntas, los fotógrafos coincidieron en que cada fotografía siempre tendrá un lenguaje distinto e hicieron mención a la siguiente cita: “No haces fotografías solo con la cámara. La haces con todas las imágenes que has visto, con todos los libros que has leído, con toda la música que has escuchado y con toda la gente que has amado” – Ansel Adams.
♦ Elvira Prieto