Lo suyo era la antropología, la docencia y la investigación. Angelina Pollak era austriaca de nacimiento, pero venezolana de corazón. Hablaba alemán, italiano, inglés, español, francés y holandés. Una de las cosas que más le gustaba era viajar para conocer otras culturas, valoraba la amistad y, sobre todo, amaba la vida.

Se graduó de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Viena con especialización en Antropología; además, obtuvo el Doctorado en Antropología Física y en Antropología Cultural con su trabajo de investigación sobre Vestigios africanos en la cultura del pueblo venezolano.

Angelina fue madre y esposa. En 1959 emigró a Venezuela. Llegó al Instituto de Investigaciones Históricas Padre Hermann González Oropeza en 1969 acompañada del padre jesuita José Del Rey Fajardo; durante una entrevista, hecha por la periodista María Fernanda Mujica en 2000, Angelina, como le gustaba que la llamaran, afirmaba que al llegar a esta institución se sintió como en casa y que trabajar aquí era para ella un placer.

En esta universidad fue profesora de Antropología de la Escuela de Letras; sus seminarios trataban de la etnomedicina y dictó una asignatura acerca de las religiones alternativas. Fue directora de la revista Montalbán. Trabajó dieciocho años ahí ayudando en la traducción de manuscritos en inglés, en francés y en alemán. Pollak logró una proyección internacional única de esta revista intercambiando libros, revistas y otros materiales por la revista Montalbán; por esto, llegaron a ser reconocidos por el personal de la Biblioteca del Congreso de Estados Unidos como la mejor publicación suramericana. Angelina también ocupó el cargo de directora del Centro de Religiones Comparadas en 1972.

En la investigación, sus estudios la llevaron al sincretismo mágico y religioso del pueblo venezolano. Empezó indagando en las raíces africanas que tenían los venezolanos, para luego terminar en la historia de los santos, la festividad de San Juan, el culto a María Lionza, la santería y la estructura de la familia negra. Como resultado, escribió treinta libros y aproximadamente trescientos artículos del tema. No obstante, mencionaba que en Venezuela no se hacía mucha investigación por la falta de dinero.

Además de ser apreciada en Venezuela, Angelina tuvo una gran experiencia dictando clases en el exterior. Angelina fue escogida por la Fullbright para dictar clases en la Universidad de Siracusa. Trabajó e investigó en la Biblioteca de Washington en 1999 y fue invitada por la Universidad de Pittsburg para dictar clases a seiscientos estudiantes en un buque-escuela durante tres meses.

Angelina falleció en la ciudad de Viena, Austria. La Universidad Católica Andrés Bello la recordará con mucho cariño y agradece eternamente sus contribuciones e investigaciones. No solo fue apreciada como investigadora y profesora, sino también como persona.

♦ Katherine González