Oleida Linares Urbina, “Ole” para quienes la conocen, tiene una “estrecha relación” desde hace 28 años con la que considera es su segundo hogar. Ella se inició en la Biblioteca como auxiliar, luego fue al antiguo Centro de Estudios Filosóficos y, posteriormente, a la Dirección de Tecnología e Información (DTI). Actualmente labora como secretaria ejecutiva del posgrado en Derecho, lugar en el que asegura y agradece aprender algo nuevo todos los días.

Aprendí a redactar y a pensar como abogada.

Venezolana, de 47 años, nació y creció en la comunidad de La Vega, la cual cataloga una “parroquia de oportunidades”. Su infancia la considera bella, porque creció en una familia humilde pero muy unida.

Crecí conociendo el concepto de familia: padres con hijos humildes y honestos.

En esa localidad conoció al grupo Utopía, jóvenes de esa zona con buenos promedios que impartían clases. Oleida pasó de ser alumna a docente y luego a coordinadora; esto con ayuda del padre Jean Pierre Wyssenbach.

Oleida reside en Caricuao junto a su esposo Ernesto Peña, trabajador de la DTI, con quien tiene dos hijos, quienes pertenecen a la Orquesta Sinfónica de Venezuela.

Ella estudió Educación, mención Castellano y Literatura, en el Instituto Pedagógico de Caracas , pero en el último año de la carrera pidió cambio a nuestra Escuela de Letras.

“Ole” confiesa ser humilde, confiada y confiable, así como respetuosa, educada y cariñosa; además de católica. Nos cuenta su peor etapa: cuando hospitalizaron a su madre en reiteradas ocasiones, durante tres años, por una alergia a la anestesia.

Otro momento que nunca olvidará: su matrimonio en la Parroquia Universitaria, en donde el padre Wyssenbach, junto al padre Baquedano, la bendijo.

Finaliza agradeciendo a la universidad por siempre acompañarla y apoyarla ante cualquier emergencia.

Le doy gracias a la UCAB por tantas oportunidades brindadas.

♦ LEM