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Una historia acerca de las gaitas

Esta noche buena debemos cantar

No hay que tener pena

Vamos a bailar

Y recordamos los tiempos de atrás

Bebamos, gocemos,

Todo con compás

Es el estribillo de la primera gaita que sonó en la radio, en el año 1928. La emisora se llamaba La Voz del Lago, y presentó en vivo a todos sus radioescuchas Noche Buena de Don Adolfo de Pool.

La mayoría de los venezolanos coinciden que las gaitas son de origen zuliano, creado para expresar el sentir del pueblo. Sin embargo, el compositor, investigador y autor del libro El origen de la gaita, Ramón Herrera Navarro destaca una historia donde los inicios de esta se dan del canto de los esclavos para luchar contra las injusticias.

UN CANTO DE PROTESTAS

La historia de Ramón Herrera, que en realidad es historia de Alfonso Huerta Bracho, comienza en la finca Santa María. El amo de este lugar golpeó en la espalda a un esclavo llamado Simón Chourio por no obedecer una de sus órdenes. Cuando Chourio cayó de rodillas en el suelo comenzó a llorar y dijo: Ya esto no puede ser. Como nos tratan los amos. Su hermana, María Dolores Chourio también era una esclava. Al ver lo que sucedía se arrodilló a su lado y le dijo suavemente: Y si se lo reclamamos. Nos hacen más padecer. Al oír esas palabras, ambos pronunciaron: Ya esto no puede ser. María Dolores pensó que su hermano se estaba volviendo loco. Simón Chourio se levantó gritando: Ya está, ya está. Cuando le respondió a su hermana, le dijo que había compuesto un canto de protesta contra los malos tratos de sus amos.

Los dos hermanos le pidieron ayuda al negro Francisco para dar a conocer ese canto antes del 24 de diciembre. Francisco sabía leer y escribir y era considerado el representante de todos los esclavos. Cuando tuvieron el permiso, decidieron entonar el canto el 12 de diciembre de 1782. Cuando los amos se sentaron en los sillones, los esclavos desde el suelo comenzaron a cantar.

La primera voz que se escuchó fue la del negro Simón:

Ay mi mami da dolor

de vernos en qué desastre

como cama un duro catre

por culpa de este color

Los otros esclavos comenzaron a seguirlo

No porque seamos negros

nos traten como animales

viviendo en los corrales

como si fuéramos ogro

Nos tratan de pobres

 pero somos de alma blanca

con una sonrisa franca

 y muy sinceros e íntegros. En cambio los que son blancos

tienen negro el corazón

nos quitan sin compasión

nuestro hijos cuando nacen

Siguieron cantando. Sus letras relataban cómo fueron arrancados de los brazos de sus madres al nacer y de cómo los amos mataron a sus padres. Los dueños de la finca poco a poco se fueron alterando, hasta que no soportaron más y los mandaron a azotar. Una de las esclavas, llamada Candelaria, de tantos golpes murió al día siguiente. Los demás tuvieron que usar cadenas en los pies, pero no estaban arrepentidos de lo sucedido.

Todos los años, los esclavos cantaban su protesta que tenía ritmo de gaita y espíritu de libertad.

LAS GAITAS DE HOY

Hoy, el furruco, la maraca, el tambor, el cuatro y la charrasca cuentan historias del niño Jesús, las tradiciones navideñas y continúan siendo una expresión del clamor del pueblo por la justicia y la libertad. Las gaitas no suelen faltar en las navidades de los venezolanos, durante Navidad y Año Nuevo es lo que más suena en la radio y en las verbenas.

♦ Katherine González

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