El 18 de febrero es el Día Internacional del Síndrome de Asperger. La Organización Mundial de la Salud (OMS) lo decretó en honor a su descubridor, el pediatra Hans Asperger.
El Síndrome de Asperger, como índica la OMS, es un trastorno del espectro autista. Estos trastornos se caracterizan por tener “algún grado de alteración del comportamiento social, la comunicación y el lenguaje, y por un repertorio de intereses y actividades restringido, estereotipado y repetitivo”. Asimismo, el Síndrome de Asperger no está asociado con el retardo mental o con algún trastorno del lenguaje.
A pesar de que no hay una causa, concluyente, que explique su origen, una persona con Síndrome de Asperger se caracteriza por:
Tener un lenguaje erudito con todas las personas con quien interactúan
A algunos se les dificulta entender los dobles sentidos, ironías o refranes
Dificultad para entonar adecuadamente o adaptar el volumen de su voz, según el contexto en el que se encuentran
No a todos se les facilita iniciar conversaciones o mantenerlas de forma adecuada
Suelen tener un pensamiento literal y entender cada palabra que procesan de manera textual
Si les gusta relacionarse, pero se les hace difícil
Les cuesta interpretar las señales no verbales
Tienen dificultades en el área motriz
Asimismo, las personas con Síndrome de Asperger no son tan diferentes de cualquier otra. La OMS, y otras organizaciones, siempre han promovido la convivencia, aceptación y respeto. Cada persona es un mundo y ningún ser humano es perfecto.