Una idea de la escritora de ciencia Maia Weinstock podría cambiar el futuro de miles de niñas en todo el mundo. La compañía Lego anunció recientemente que decidió fabricar un serie de juguetes inspirados en cinco científicas que fueron fundamentales en la historia de la NASA, una propuesta de Weinstock que ganó un concurso convocado por la empresa danesa.
Las cinco investigadoras de la agencia espacial estadounidense que a partir de este año podrán formar parte del universo lúdico de niñas y niños de todo el mundo son la ingeniera de sistemas Margaret Hamilton, cuyo trabajo fue esencial para el éxito de las misiones Apolo que hicieron posible el primer viaje a la Luna; la astrónoma Nancy Roman, una de las primeras ejecutivas de la NASA; la física Sally Ride y la médico e ingeniera Mae Jemison, respectivamente la primera mujer estadounidense y la primera mujer afroamericana en viajar al espacio. Completa la lista Katherine Johnson, una brillante matemática que también participó en la preparación de los primeros viajes espaciales de la NASA, y sobre cuya vida se basó la película Talentos ocultos que por estos días se exhibe en la cartelera venezolana.
Lo cierto es que los juguetes de Lego inspirados en estas pioneras apuntan a uno de los aspectos cruciales de la lucha por la equidad para las mujeres. El empoderamiento femenino debe concretarse también en el terreno de la imaginación y las representaciones. Parte del desafío consiste en cambiar las ideas que desvinculan lo femenino de la investigación científica y la búsqueda de conocimientos. Alcanzar mayores cuotas de igualdad pasa también por inspirar, por alimentar los sueños y las aspiraciones de las niñas, por sembrar en ellas la idea de que pueden desarrollarse intelectual y personalmente en el campo profesional, científico o artístico que elijan y deseen. Por supuesto, también es indispensable dar acceso a oportunidades que incluyan una educación de calidad y horizontes laborales que hagan factible esa realización. Por ejemplo, sin la famosa orden ejecutiva 8802 que dictó el presidente estadounidense Franklin Delano Roosevelt y que obligaba a eliminar la segregación racial en los programas de defensa de su nación, la historia de Johnson nunca habría tenido lugar.
Presentar a estas investigadoras como modelo a seguir por los más pequeños seguramente podrá hacer más por la equidad de género para las nuevas generaciones que miles de discursos. Será la antítesis de aquellos tradicionales juguetes que destinaban a las niñas todo lo que tuviera que ver con el hogar, el arreglo personal y el cuidado de otros y a los niños los juguetes de acción. Nuestros tiempos son otros: es el momento para alentar en ellas sueños que pueden ser tan infinitos como el cosmos.