Quizás tengas planes para ir a la playa o la montaña durante estos días de vacaciones. Si es así, lo más importante es que recuerdes cuidar tu piel de los rayos solares, puesto que éstos inciden directamente en ella y pueden generar daños imborrables.
A muchas personas les agrada broncearse pero no deberían olvidar que esta afición es peligrosa. Aunque el sol es esencial para los seres humanos porque ayuda a fortalecer los huesos y contribuye con la absorción de vitamina D, existen algunas consecuencias negativas. La principal es el riesgo de sufrir cáncer de piel.
Según la Organización Mundial de la Salud, cada año se reportan en todo el mundo entre dos y tres millones de nuevos casos de esta enfermedad, de los cuales 132.000 corresponden a melanomas (el tipo más agresivo). Además, unas 66.000 personas fallecen por esta enfermedad anualmente, lo que quiere decir que cada hora siete seres humanos pierden la vida a causa de esta dolencia.
Los fanáticos de la exposición al sol también pueden ser víctimas de otros problemas, entre los cuales se cuentan:
Quemaduras de primero, segundo y tercer grado.
Reducción de la elasticidad de la piel.
Aparición prematura de líneas de expresión.
Envejecimiento celular.
Aparición de lesiones benignas, lunares y manchas.
Si quieres prevenir cualquiera de los efectos negativos producidos por el sol, ten en cuenta estas sencillas recomendaciones extraídas de una guía de la Organización Mundial de la Salud (OMS):
Caminar por la sombra, usar lentes de sol, vestir prendas y sombreros que cubran del sol.
Aplicar un filtro solar en las partes del cuerpo que quedan al descubierto, como el rostro y las manos.
Evitar la exposición solar en el transcurso de las 10:00 am y las 4:00 pm.
Utilizar cremas con filtro solar. Estas deben ser aplicadas 30 minutos antes de la exposición y deben ser de amplio espectro, con factor de protección igual o superior a 30. Es importante extender generosamente las lociones sobre la piel y repetir la aplicación cada dos horas, o después de trabajar, nadar, jugar o hacer ejercicio al aire libre.
La OMS desaconseja el uso de lámparas o camas de bronceados, puesto que aumentan el riesgo de cáncer y pueden dañar los ojos si no se usa protección.
Los niños tienden a ser más vulnerables a los daños solares, en comparación a los adultos. Por ellos se recomienda protegerlos con más ahínco. A los bebés se aconseja mantenerlos en la sombra.
Te invitamos a que sigas estos sencillos pasos y nos cuentes en nuestra redes sociales (@ElUcabista) cómo te fue en tus vacaciones.
♦Luis E. Martínez