«Todos conocemos la difícil situación de Venezuela, que es un país al que yo quiero mucho. Y sé que ahora están insistiendo, no sé bien de dónde, creo que de los cuatro presidentes (Leonel Fernández, José Luis Rodríguez Zapatero, Martín Torrijos y Ernesto Samper), para relanzar esta facilitación y están buscando el lugar. Yo creo que tiene que ser con condiciones ya, condiciones muy claras».
Su Santidad aclaró que el proceso está «muy en el aire todavía» porque no hay acuerdo entre los actores involucrados sobre su participación.
«Parte de la oposición no quiere esto. Es curioso, la misma oposición está dividida, y por otro lado parece que lo conflictos se agudizan cada vez más. Pero hay algo en movimiento».
El Papa Francisco recordó las gestiones que a finales de 2016 emprendió el Vaticano para acercar al gobierno venezolano y a la oposición, aunque advirtió que las mismas no tuvieron resultados «porque las propuestas no eran aceptadas, o se diluían, era un sí-sí, pero no-no».
Insistió en la disposición de la iglesia católica de apoyar una solución pacífica al conflicto venezolano.
«Todo lo que se puede hacer por Venezuela hay que hacerlo, con las garantías necesarias».
Este domingo 30 de abril y mientras encabezaba el rezo del Regina Coeli en la Plaza San Pedro en Roma, el Papa también se refirió a Venezuela frente a 70.000 personas y envió un mensaje a los distintos sectores del país. «No cesan de llegarnos noticias dramáticas acerca de la situación en Venezuela, con numerosos muertos, heridos y detenidos», reflexionó el Sumo Pontífice, a la vez que pidió «se busquen soluciones negociadas a la grave crisis humanitaria, social, política y económica que está golpeando a la población», según reseña una nota de la agencia EFE.
«Mientras me uno al dolor de los familiares de las víctimas, para quienes ofrezco oraciones de sufragio, envío un cordial llamamiento al Gobierno y a todos los componentes de la sociedad venezolana para que se eviten nuevas formas de violencia».
La crisis en Venezuela se ha recrudecido en las últimas semanas luego que el Tribunal Supremo de Justicia emitiera dos sentencias que anularon las funciones de la Asamblea Nacional, la oposición denunciara un golpe de Estado y llamara a la población y a la comunidad internacional a defender la restitución del orden constitucional.
Como consecuencia, desde principios de abril se han intensificado las protestas callejeras contra el gobierno así como la represión de los cuerpos de seguridad del Estado, lo cual ha dejado un saldo de 29 fallecidos, más de 500 heridos y más de 1.500 detenidos, muchos de ellos estudiantes.
Presidentes, grupos de países, organizaciones de derechos humanos y organismos internacionales como la Organización de Estados Americanos, la Organización de Naciones Unidas y el Parlamento Europeo han manifestado su preocupación por la escalada de violencia, han llamado al Ejecutivo Nacional a garantizar el ejercicio de los derechos democráticos y han insistido en la búsqueda de una solución pacífica a la crisis.
