Venezuela atraviesa por una crisis institucional caracterizada por una escalada de violencia y represión estatal que ha dejado decenas de muertos, heridos y personas detenidas.

Ante esto, muchos se preguntan cómo debe actuar un eventual gobierno de transición ante los responsables de violaciones de derechos humanos y otros delitos de gran impacto en la sociedad para reparar a las víctimas, evitar la impunidad y restablecer el estado de derecho.

Las respuestas las ofrece la llamada «Justicia transicional», definida por el Centro  Internacional para la Justicia Transicional como «el conjunto de medidas judiciales y políticas que diversos países han utilizado como reparación por las violaciones masivas de derechos humanos» y entre cuyos mecanismos se encuentran «las acciones penales, las comisiones de la verdad, los programas de reparación y diversas reformas institucionales»,  según se lee en el website www.ictj.org.

El objetivo último de la justicia transicional  es garantizar la paz y estabilidad duraderas en una nación tras la culminación de un conflicto bélico o el fin de un régimen dictatorial o autocrático.

«Las condiciones mínimas que requiere todo proceso de transición son, entre otras; búsqueda de la Verdad, materialización de la justicia, rescate de la dignidad, y reparación de las víctimas. Todo esto con el fin de promover el encuentro de los sectores sociales en conflicto, dando cabida a la reconciliación nacional y al mismo tiempo garantizando, a través de la lucha contra la impunidad, el establecimiento de garantías de no repetición.», menciona el especialista Jorge Villalobos en un artículo publicado por el Centro de Estudios Políticos de la UCAB  en su revista digital Politikaucab.

En el siguiente video, el abogado y profesor de derecho de la UCAB, Andrés Méndez Carvallo, ofrece algunas claves para entender el tema, asegurando que bajo ningún concepto la justicia transicional debe ser utilizada como herramienta de venganza y advirtiendo que en muchas oportunidades, su aplicación supone aceptar procesos de amnistía y perdón con el fin de reducir la polarización y contribuir con la reconciliación y estabilidad política.

«Si la justicia se utiliza como instrumeno de venganza, entonces lo que vamos a jugar es al ping pong. Aquí, dentro de ciertos límites, hay que pensar que al enemigo cuando se retira hay que ofrecerle un puente de plata», mencionó el profesor Carvallo durante un conversatorio ofrecido en el marco de la Semana de Postgrado UCAB.

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Texto: Efraín Castillo/Video: María Alejandra Valera