“Venezuela tiene que actuar ya contra el cambio climático”. La frase es de Alicia Villamizar, profesora del Departamento de Estudios Ambientales de la Universidad Simón Bolívar (USB) y co-ganadora del Nobel de la Paz en 2007 como integrante del Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático.
La bióloga participó en las VI Jornadas Ambientales de la UCAB, realizadas este 15 y 16 de noviembre en la casa de estudios de Montalbán y cuyo foco temático fue el análisis de la relación entre democracia, sustentabilidad y cambio climático.
Según datos de la investigadora, para el año 2060 la cantidad anual de lluvias en el país se habrá reducido entre 5 y 25%, el nivel del mar se habrá incrementado en por lo menos un metro y habrá disminuido la cobertura de nieve de la Cordillera de Los Andes, todo como consecuencia del aumento de la temperatura en la atmósfera.
“Esto tiene graves implicaciones. Por un lado se espera que se acentúen las áreas de desertificación en el país, haya problemas de calidad y cantidad de agua disponible en los embalses, aumenten los problemas de saneamiento y dotación de agua potable, haya un repunte de los vectores transmisores de enfermedades y disminuya la disponibilidad alimentaria en rubros como café, cambures y plátanos, entre otros”, señaló la experta, para quien el aumento en el nivel del mar traerá problemas de grandes dimensiones.
“Las proyecciones indican que para la zona costera del país, donde vive la mayor parte de la población, haya afectación en más de 50% de la infraestructura, vialidad, disponibilidad de tierra cultivable, biodiversidad, etcétera. Nada más en Chichiriviche, Falcón, hemos contabilizado la pérdida de unos 30 kilómetros cuadrados de costa”.
Villamizar hizo un llamado al Estado venezolano a emprender de inmediato políticas públicas que contribuyan a frenar este problema. Recordó que el país firmó el Acuerdo de París, compromiso promovido por la Organización de Naciones Unidas y adoptado en 2015 por 97 naciones con el fin de reducir para el año 2030 la emisión de gases de efecto invernadero.
Precisamente sobre este asunto, advirtió que el país tiene grandes deudas.
“Venezuela se comprometió a reducir en 20% la emisión de gases de efecto invernadero para el año 2030. Esto es la piedra angular de todo el proceso de lucha contra el cambio climático. Somos un país petrolero y esta actividad es una de las que más impacto genera. Pero no hay un inventario actualizado sobre este tema desde 1996. ¿Cómo cumplir con la meta de reducción si ni siquiera sabemos cuántas emisiones producimos? Esto es un cuestionamiento muy grave”.
En la lista de pasivos ambientales, la experta también incluyó la inexistencia de un plan detallado que involucre a regiones y municipios; la deficiencia en formación de personal científico, técnico y directivo; la necesidad de redes tecnológicas actualizadas de observación de los sistemas del clima y la falta de una autoridad nacional de cambio climático, que sirva como ente acreditado para acceder a financiamiento y asesoría internacional para la ejecución de programas de desarrollo sustentable.
“Las decisiones hay que tomarlas hoy y ya hoy es tarde, porque la huella en el planeta es grande. Además, sus resultados no se verán ahora sino en 20 o 30 años. Hay que actuar ahorita y dejar construido un mapa para que los que vengan puedan vivir dentro de un marco de desarrollo sustentable. Pero hay que hacerlo mediante una gestión pública abierta y transparente, necesaria para ejercer control ciudadano sobre el cumplimiento de las metas”.
La clave es más democracia
Durante las VI Jornadas Ambientales de la UCAB, Alicia Villamizar estuvo acompañada por otros cuatro especialistas, incluyendo a Arnoldo Gabaldón (primer ministro del ambiente en la historia de Venezuela), Ronald Balza (decano de la Facultad de Ciencias Económicas y Sociales de la UCAB), Eduardo Buroz (miembro de la Academia Nacional de Ingeniería y Hábitat) y Joaquín Benítez, director de sustentabilidad ambiental de la UCAB.
El ingeniero Arnoldo Gabaldón explicó por qué los sistemas políticos abiertos son los más idóneos para lograr el desarrollo sustentable.
“El desarrollo sustentable exige cambios sociales, económicos e institucionales que solo son alcanzables en un régimen de libertades, con acceso a la información, gestión transparente y participación y supervisión activa de la mayor parte de los actores de un país. Sin embargo, se requieren compromisos de mediano y largo plazo y las democracias son vulnerables, porque la alternabilidad en el poder lleva al liderazgo a establecer visión y planes cortos”.
Insistió en la necesidad de reconstruir las instituciones venezolanas para poder avanzar en esta materia.
“Venezuela está catalogada como un régimen híbrido y cada vez se acerca más a la autocracia. Los regímenes autoritarios no son transparentes y el desarrollo sustentable requiere transparencia. En Venezuela no hay una política ambiental porque el gobierno no lo tiene en agenda. Por eso hay que hacer cambios institucionales, hay que reformar el Estado, perfeccionar los poderes públicos y cambiar la relación entre sociedad y Estado porque esto ha generado la crisis en la materia. Además, hay que formar a los dirigentes para que los señores que manejan la política se preocupen menos por aspectos electorales y más por cosas de fondo. También hay que educar a la población y hacerle entender que sin desarrollo sustentable no es posible la ciudadanía”.