“La poesía es todopoderosa e insignificante. Insignificante porque su influencia en el mundo es mínima. Poderosa por su relación con el lenguaje. La política vacía de sentido las palabras —democracia, justicia, libertad—, los poetas llaman la atención sobre ese vacío».

Esto lo dijo Rafael Cadenas (Barquisimeto, 8 de abril de 1930) en una entrevista concedida al diario El País de España en el año 2014, cuando participaba en un festival de poesía que se celebraba en Madrid.   En la conversación, el escritor y ensayista se declaraba como un persistente defensor de la democracia.

«En Venezuela se va reduciendo a diario el margen de libertad», advertía entonces sobre la actuación del gobierno venezolano contra quienes se le oponen. «Por eso insisto en defender la democracia pese a sus fallas. Claro que necesita reformas, pero las denuncias contra la corrupción solo tienen efecto cuando hay separación de poderes».

En 2016, cuando recibió -también en España- el Premio Internacional de Poesía Federico García Lorca, el escritor volvió a levantar la voz sobre este tema: «El premio significa mucho para mí, para los poetas venezolanos y para mi país, que está sufriendo más de lo soportable a causa de una crisis total de la que es responsable el actual régimen», reseñó la prensa en ese momento. 

 Y es que, a pesar de haber sido calificado como «poeta de la sencillez y la reflexión» y abordar en sus textos temas universales y profundos de la existencia humana, Rafael Cadenas nunca ha sido ajeno a las causas políticas. En su juventud luchó contra la dictadura de Marcos Pérez Jiménez, régimen que lo encarceló por protestar siendo un estudiante de 21 años y por el que tuvo que exiliarse  en la isla de Trinidad hasta 1957.

De regreso a Venezuela, egresó de la Universidad Central de Venezuela como licenciado en Letras en 1962 y en sus aulas ejerció la docencia durante tres décadas, tiempo en el que inculcó con el ejemplo a varias generaciones de estudiantes no solo el amor por el quehacer literario.

«No necesitamos una revolución sino sentido común, pero este es más factible en democracia…A mi generación le tocó oponerse a una dictadura militar y ahora en nuestra vejez, nos corresponde una tarea parecida que procuramos hacerla sin odio, con la razón», dijo en 2015 cuando la UCV  le otorgó el premio Alma Mater a su trayectoria y  ratificaba su compromiso ciudadano más allá -o precisamente- desde la palabra.

Este 11 de mayo de 2018, la pluma libre y la diversidad creativa de Rafael Cadenas volvieron a ser reconocidas internacionalmente.  En España le fue concedido el Premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana, otorgado por la Universidad de Alcalá y la oficina de Patrimonio Nacional del gobierno de ese país. 

El galardón honra el trabajo fructífero de un artista que se autodefine como “humilde, silencioso y rebelde”  y que a lo largo de siete décadas  ha publicado más de una decena de poemarios y cerca de 10 libros de ensayo, y suma otros reconocimientos como el Premio Nacional de Literatura (1985) y el  Premio de Literatura en Lenguas Romances de la Feria del Libro de Guadalajara (2009), además de Doctorados Honoris Causa de la Universidad de Los Andes, la Universidad Centroccidental Lisandro Alvarado y la Universidad Central de Venezuela.

Para la directora de la Escuela de Letras de la UCAB, Gianina Olivieri, el premio concedido reafirma el lugar privilegiado que el escritor larense ocupa entre los autores iberoamericanos y el legado de su obra «como patrimonio de la cultura iberoamericana y global».

«El premio consagra a Rafael Cadenas entre los grandes poetas iberoamericanos, pues viene a sumarse a grandes autores contemporáneos como Antonio Gamoneda, Nicanor Parra, Juan Gelman, quienes también lo han ganado -apunta Olivieri-. Un premio como este renueva la presencia de los escritores venezolanos en el universo lector y abre algunos caminos para la difusión de nuestra poesía, la del pasado y  la del presente. Sin duda, en Venezuela estamos hoy de fiesta».

La docente  también reivindica el rol que ha jugado Cadenas como intelectual, en el tiempo social y político que le ha tocado vivir. 

«Cadenas ha representado en estos años oscuros del país el faro intelectual que guía a quienes lo leen o escuchan sus poemas. Su voz se ha alzado en pro de la libertad y la democracia, pues ha asumido ante la realidad histórica la postura del intelectual que no dobla la cerviz ni da la espalda a la opresión que vive el pueblo venezolano. Los jóvenes lectores lo admiran y donde esté reconocen al poeta, al sabio que a través de su mirada, su palabra certera y aun con su silencio, apunta hacia los caminos de libertad que se añoran en  Venezuela».

«¿Qué hace aquí colgada de un fusil la palabra amor», dice uno de los poemas del barquisimetano, titulado elocuentemente «El lenguaje del poder».  Las inquietudes y certezas de Cadenas hechas poesía están más vigentes que nunca y siguen tocando a la puerta de quien decida afinar sus oídos ante ellas, aunque él mismo las llame onmipotentes e insignificantes a la vez.

♦Texto: Efraín Castillo/Foto tomada del libro «Contestaciones», editado por la Fundación para la Cultura Urbana