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Profesores que inspiran: José Luis Jiménez

En algunas culturas existe la convicción de que la mantis es un animal que guía a las almas a reconocerse y expresarse. Con ese mismo espíritu,  al profesor José Luis Jiménez -siempre sonriente y dispuesto a ayudar a sus alumnos- es común conseguirlo en cualquiera de los jardines de la universidad hablando con estudiantes que han pasado por sus aulas y lo recuerdan con mucho cariño.

Comunicador social graduado en el año 1989 en la Universidad Central de Venezuela, desde hace dos años dicta en la UCAB las cátedras Documental y Periodismo Transmedia en la Escuela de Comunicación Social, en las cuales combina sus competencias audiovisuales, su pasión por la enseñanza y su amor por la naturaleza, para dejar a sus alumnos algo más que contenidos académicos.

Foto: http://neoselva.blogspot.com/

 

Recién graduado se abrió puertas en el exterior con un documental sobre ecología, naturaleza y aves de Venezuela, el cual le permitió viajar por el mundo y mostrar las especies más exóticas de los paisajes venezolanos.

«Cuando yo estaba haciendo mi tesis -un documental sobre las aves de Venezuela-  tuve como tutora a Margarita D’Amico, una mujer importante en la televisión y el periodismo del país que incluso dio clases aquí en la UCAB. Para ese documental, la familia Phelps -propietaria de Radio Caracas Televisión- me dio apoyo económico, lo cual complementé con financiamiento que recibí desde Nueva York. Cuando lo terminé, el audiovisual salió al exterior y de inmediato me contrataron en Washington para trabajar como periodista».

Cualquiera pudiera creer que ya era suficientemente grande el logro alcanzado por este comunicador, quien de la noche a la mañana se encontraba fuera de su tierra. Pero la vida le fue demostrando que tendría otras oportunidades para seguir creciendo como profesional.

«Mientras estaba en Washington, el documental se presentó en varios sitios y personas de la OEA se interesaron por el trabajo y me hablaron de que ellos otorgaban becas de postgrado. Casualmente hay una escuela de cine en The American University, ubicada en esa ciudad. Entonces me salió la oportunidad de hacer ese postgrado en cine. La OEA me dio muchas oportunidades, incluyendo la de publicar dos libros con las fotografías de las expediciones que había hecho en Venezuela. Eso me abrió muchos caminos en Estados Unidos».

Una propuesta de trabajo que no esperaba lo acercaría un poco más a lo que actualmente se dedica, la docencia, cuando comenzó a producir obras de teatro para una escuela primaria en los Estados Unidos.

Foto: Facebook José Luis Jiménez

«Una de las cosas que me cambió la visión del mundo fue cuando estaba terminando el postgrado. Me encontraba presentando uno de mis cortometrajes y un músico vio mi trabajo y me propuso escribir un guion para un musical en una escuela que aplicaba el método Montessori. Este sistema educativo es muy parecido al que está implantando la UCAB con la evaluación por competencias. Esto me pareció una tremenda oportunidad, fui a una escuela donde había 70 niños y presentamos un musical llamado ‘Cuentos de un Chamán’, con pequeñas historias sobre el origen de los animales y que yo había escrito aquí en Venezuela durante mis expediciones. Mientras estaba en ese proceso, fui entendiendo la enseñanza y me fascinó, me cambió totalmente la perspectiva, porque había muchos niños con problemas de aprendizaje o con déficit de atención y me empezó a interesar el aspecto de la educación para personas con discapacidad. Así comencé a meterme de lleno en la enseñanza».

Con esta vocación por ayudar a los demás decidió crear una fundación, Neoselva, la cual funcionaba en una finca que tenía en Florida  y que actualmente se enfoca en la labor ecológico-divulgativa a través de un blog. También cuenta con un canal de Youtube,  en el cual muestra parte de su trabajo audiovisual en esta área.

Foto: Facebook José Luis Jiménez

Además, continuó sus estudios y obtuvo un doctorado en el área comunicacional, esta vez en la Universidad de Florida.

 

«Del musical salió la idea de crear un lugar donde se pudiera hacer arte, trabajar con personas con discapacidad y hacer terapia asociada con animales. A partir de allí surgió mi proyecto de vida que se llama Neoselva, el cual desarrollé en una finca que tenía en Florida y con el que empecé a dedicarme un poco a la educación ecológica y artística pero con personas con esta condición. Simultáneamente, empecé a dar clases en la Universidad de Florida y así me involucré con la educación superior. En mis 20 años en Estados Unidos estuve involucrado con 5 universidades diferentes, pero en la Universidad de la Florida es donde me empecé a dar cuenta de que quería continuar mis estudios, hacer un doctorado para hacer investigación porque me encanta la antropología. Esa también es mi pasión».

A pesar de su paso por el primer mundo, en 2013 Jiménez decidió volver a su tierra para dedicarse a la docencia y ayudar a los estudiantes venezolanos a formarse como profesionales.

A pesar de las vicisitudes que puedan estar ocurriendo en el país, sostiene que no existen diferencias entre los jóvenes y que por eso motiva a sus alumnos a ser cada día mejores.

«La juventud es igual en todas partes del mundo, todos tienen los mismo sueños, esperanzas, alegrías y frustraciones. Hay diferencias que me preocupan por la situación del país, y es que mis muchachos de aquí no tienen ciertas oportunidades que otros sí tienen. En ese proceso reflexivo yo trato de compensar, de buscar maneras de trabajar para que no se pierdan nada de lo que está en el primer mundo, de enseñarles a ser profesionales internacionales, eso es importantísimo. Lamentablemente cuando yo me paro frente a una clase, veo muchos ojos desesperados, tristeza, gente que quizá no ha comido ese día; eso está constantemente en mi mente y estoy tratando de entender qué está pasando con la vida de cada uno de estos muchachos, de ayudarlos, de darles esperanzas porque eso es lo último que se pierde. Quizá porque tengo otro punto de vista del mundo quiero que ellos lo vean desde esa perspectiva y no se limiten por las circunstancias».

Foto: Facebook José Luis Jiménez

Conectado con el planeta y con sus alumnos

Si hay algo particular en las clases de José Luis Jiménez es el  uso del documental que resume su vida como carta de presentación para sus alumnos de la materia Periodismo transmedia y como herramienta para hablar de perseverancia y logros.

«El documental fue hecho por mis estudiantes. Eso es un orgullo porque muestra cómo ellos me ven a mí. Ese proyecto habla un poco sobre mi visión espiritual y mi misión en el planeta, esa búsqueda a través de otros seres humanos. Ha sido una sorpresa bellísima entrar a la Católica y entender la visión de esta casa de estudios, porque está muy relacionada con mi misión de vida. Este producto audiovisual habla de la filosofía, se llama Neoselva porque es ese proyecto que comienza con el musical, se transforma en una finca y luego se convierte en un proyecto digital que es transmedia. Por eso también lo muestro el primer día de clases, para dar un ejemplo de mi universo narrativo y lo que quisiera que logren a través del curso».

El profesor también recurre a una técnica pedagógica no convencional en sus clases de la cátedra Documental, pues constantemente lleva a sus estudiantes a visitar sitios emblemáticos de la capital como el Parque del Este o la Galería de Arte Nacional. El profesor comenta que la enseñanza extramuros es una manera de volver a la democracia que tanto hace falta en el país.

«Yo siempre hago mucho énfasis en esa primera clase en el teórico  Habermas (Jürgen Habermas, filósofo alemán), quien dice que la democracia se forma en los lugares públicos, en los mercados, en las plazas, en esos sitios donde los ciudadanos comienzan a compartir las cosas que quisieran ver. Así es como se construye una democracia. Esa es una razón por la que doy clase en las calles. Cuando seres humanos se reúnen en espacios públicos a hablar de educación y de un mejor mundo, esa presencia está apartando a personas que están allí para cometer un crimen. Esa acción termina diciendo ‘esto es para los ciudadanos y  nosotros estamos presentes’. Uno de los ejemplos más bonitos de esto ocurrió el año pasado, durante la época de marchas y protestas. Como había tantos problemas para llegar a la universidad, mis alumnos y yo decidimos vernos todos los domingos en distintas partes de Caracas. Eso fue hermosísimo, de verdad que salvamos el semestre y los estudiantes terminaron con un placer increíble. Cada vez que me los encuentro me recuerdan que, a pesar de lo traumático, fue el mejor semestre que tuvieron».

Jiménez comenta que para la formación y aprendizaje es importante la conexión entre alumno y profesor, para alentar a los estudiantes a alcanzar sus metas y demostrarles a través del ejemplo que el cielo es el límite.

«Yo pienso que si el alumno no entiende quién eres tú y a dónde quieres ir, no se establece esa conexión. Los alumnos deben sentir que uno está con ellos y los comprende, que somos seres humanos y que los triunfos que uno ha logrado ellos también los pueden conseguir. Esa es otra cosa muy importante, quiero sentar bases de que nada es imposible cuando uno tiene un sueño. Y como mi sueño ha sido Neoselva y me ha llevado a viajar por todo el mundo, yo quiero que ellos también sueñen. Creo que es importante que me conozcan. Mi forma de educar no es simplemente mostrar un contenido; mi interés principal es formar seres humanos íntegros, por lo que yo trabajo en varios niveles, no solo la materia. La formación integral es hablar de periodismo, arte, humanidad y responsabilidad social; ese soy yo y por eso lo comparto».

También explica que su tarea como docente es ayudar a sus alumnos a conocerse ellos mismos para saber qué pueden aportar desde sus espacios a la sociedad. Agradece el reconocimiento de «sus muchachos»,  quienes le han regalado alegrías y momentos especiales, incluyendo ser designado padrino de la promoción de Audiovisual de este semestre.

«El mensaje más importante para mis alumnos es el de autoconocerse, verse primero, indagar quiénes son, cuál es su virtud dentro de este planeta y la misión que ellos quieren cumplir, para empezar a construir de adentro hacia afuera. Eso yo creo que es lo fundamental. La semana pasada cuando me dijeron que sería padrino de la promoción  creo que fue uno de los momentos más  hermosos. Es tan profundo que es difícil explicarlo. Que te reconozca un grupo tan grande de estudiantes es algo memorable. Yo tengo una anécdota sobre esto: todas las mañanas, cuando llego a la universidad, me siento en un banquito de los jardines a meditar y estoy en contacto con los árboles. Muchos de mis pensamientos sobre lo que yo quisiera ser como educador o lo que quiero que logren mis alumnos, lo comparto con los árboles porque sé que están absorbiendo esa energía. El lunes pasado, cuando me hicieron la propuesta, los muchachos gritaron tan duro que yo sentí que la universidad vibró y estos árboles entendieron esos pensamientos manifestados en ellos. Esto fue un poco como el ‘efecto mariposa’, que explica que el aleteo de este animal en el medio del Amazonas puede ser un huracán en otra parte del planeta. Esa energía positiva que uno transmite, que a veces uno piensa que es mínima o que te hace creer que uno no puede producir un cambio, siempre se transforma en algo gigantesco».

♦Texto: Lesslie Mendoza/Foto: Jesús Fonseca

 

 

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