Una gran sonrisa en el rostro es lo que lo identifica cuando se le ve en los pasillos del edificio de Laboratorios, espacio donde funciona la Facultad de Ingeniería de la UCAB en Caracas. Siempre con una anécdota llena de humor, allí recibe desde hace 40 años a los estudiantes que pasan por sus aulas en su trayectoria como profesor.
Roberto Escolar se graduó hace más de cinco décadas en la UCAB como educador en el área Física y Matemáticas. Su labor docente comenzó como preparador en sus años universitarios, gracias a la invitación que le realizó el padre Rafael Hernández, director para la época del ciclo básico en la Facultad de Ingeniería, quien -dice- le «enseñó el amor por el trabajo».
En el año 1978 volvió a su alma mater a brindar sus conocimientos matemáticos en distintas carreras. Actualmente dicta las cátedras de Cálculo III y Matemáticas III en las escuelas de Ingeniería y Economía, respectivamente, pero en las últimas cuatro décadas se ha desenvuelto en distintos cargos, ha laborado en otras universidades y hasta fue fundador de varias escuelas en otras sedes de la UCAB, algo que cuenta con mucha alegría.
«Entré como profesor de la Facultad de Ingeniería en esta casa de estudios. Dos años después comencé en la carrera de Educación con la materia de Geometría. También he dado clases en universidades como la Metropolitana, la Simón Rodríguez y en la Universidad Nacional de Estudios a Distancia en España. Aquí en la UCAB he sido jefe de cátedra, director del ciclo básico de Ingeniería y miembro del Consejo de Escuela. Fui creador de las escuelas de Ingeniería civil, industrial e Informática en la UCAB Guayana. También he dictado talleres formación docente aquí en Montalbán, al igual que preparo niños para las olimpiadas de matemáticas».
Si algo puede identificar a este educador es la pasión por lo que hace. Afirma que desde su época de estudiante está enamorado de la UCAB y que la labor que realiza la casa de estudio lo ha mantenido unido a ella.
«La UCAB me fascina y me apasiona, creo que cumple con una funciona primordial que es excelente y es preparar a la gente. Además se trabaja con lo más bonito, la juventud».
A pesar de su largo camino en las aulas, explica que lo más importante a la hora de ejercer la docencia es dejar el ego de lado. Señala que, durante toda su trayectoria, ha intentado transmitir a los alumnos la dedicación y felicidad necesarias para que sigan adelante, algo que hace con la misma energía con la que empezó hace más de cuatro décadas.
«No sé si eso me diferencie de otros profesores, pero me enfoco en lo que debo ser y ese deber ser es entregarme por completo, sentirme realizado y feliz en lo que estoy haciendo siempre. Por eso es que es muy difícil que me vean llegando al salón con una cara triste, porque creo que soy formador y mi imagen tiene que ser sincera, nada de caprichos, yo me siento muy realizado cada vez que voy a clases».
Precisamente por esto, Escolar afirma que su clave pedagógica es la interacción con sus alumnos y el constante cuestionamiento de sus propias motivaciones, con el fin de animarlos a enamorarse de sus carreras y alcanzar el éxito.
«¿Sabes lo que hace un niño de 7 años? Pregunta. Yo soy igual, un preguntón empedernido desde que entro hasta que salgo del salón, porque me gusta interactuar con los alumnos. Por eso, lo primero que hago es entusiasmar siempre al estudiante. Si quiere estudiar ingeniería, preguntarle por qué quiere hacerlo. Y si no le apasiona, decirle que no lo haga, porque después que te gradúas, por lo menos el 50% del tiempo lo vas a dedicar a la profesión y es muy triste pasar 12 horas del día en algo con lo que no te sientes bien y satisfecho. Un estudiante de ingeniería para ser exitoso tiene que prepararse y ser creativo. Yo les digo muchas veces a los alumnos -en broma, por supuesto- que deben ser flojos por naturaleza. Ellos se quedan sorprendidos, pero les aclaro que si son flojos pueden pensar en cosas creativas para hallar una solución a un problema. Eso es ser ingeniero, buscar cómo facilitarle la vida a los seres humanos. Por supuesto, también les digo que deben estudiar, aunque sin ser ‘nerds’ (risas). Porque la juventud debe contar con tiempo para la diversión y esparcimiento, pero también tiene que saber que hay momentos de esfuerzo, sacrificio y trabajo».
Sus años dentro de la universidad le han permitido armar un álbum de muchas anécdotas, entre ellas las relacionadas con su apellido y su particular humor, gracias a los cuales se permite en ocasiones hacer algunas bromas inocentes a los estudiantes.
«Siempre tengo anécdotas con mi apellido. Mi papá decía que yo era único porque ‘ningún profesor escolar da clases en la universidad’. Por ejemplo, un día una estudiante estaba caminando por el pasillo, le preguntó a un profesor que no me conocía ‘¿Usted ha visto al profesor Escolar?’ Y él se molestó y le dijo: ‘muchacha, aquí todos los profesores somos universitarios’. Otro día, yo estaba dando clases, abrió la puerta una niña y me preguntó ‘¿Usted es el profesor Escolar?’ Y yo le contesté que no, que soy profesor universitario. La niña cerró la puerta y se fue (risas)».
A pesar de la situación del país, Escolar mantiene una gran esperanza en las nuevas generaciones que se están formando en la universidad actualmente. Cree que lo importante es contar no solo con profesionales bien formados, sino también dispuestos a reconstruir y apostar por Venezuela.
«Más que esperar algo de los ingenieros, siempre espero algo de la juventud. Yo espero que realmente puedan ayudar a desarrollar el país, que ojalá los dejen resolver los problemas de construcción, de levantar a Venezuela en su parte física, de infraestructura. Aquí necesitamos que funcionen las carreteras, los hospitales, pero también las universidades, el Estado. Para eso necesitamos no solo a los ingenieros, sino a los comunicadores sociales para que verdaderamente comuniquen, a los educadores para que no pasemos los problemas que estamos pasando, para que Venezuela vuelva ser ese país con el que soñamos todos. Los muchachos deben tener fe, pero para tenerla, hay que luchar, tener mucha fuerza y entusiasmo, porque Venezuela va a salir adelante gracias a eso».
♦Texto: Lesslie Mendoza/Foto: Aura García
*Los docentes de la UCAB que quieran formar parte de esta sección o deseen postular a alguien, pueden escribir a los correos electrónicos: dircom@ucab.edu.ve o efcastil@ucab.edu.ve
Inolvidable! Boby School! Jejeje! (Roberto Escolar) Así se presentaba él el primer día de clases! Excelente persona!
Qué Gusto saber que sigue impartiendo clases en la Facultad de Ingeniería.
Que Dios le dé mucha Salud y Larga Vida! Un Gran Saludo!
Roberto Escolar un gran docente pero, aún más, una gran persona.
Mi profesor favorito en la UCAB.
Hice firmar mi título por él.
Si no hubiera sido por su participación en mi carrera, jamás hubiera sido ingeniero.