El 13 de octubre de 1998 se dio inicio formal a las actividades de pregrado de la Universidad Católica Andrés Bello, Extensión Guayana, con la Lectio Brevis dictada por el padre Luis Ugalde, rector de la institución para el momento y uno de los responsables de la concreción del establecimiento del núcleo.
Así comenzó el andar de una universidad que, 20 años después, se ha consolidado como referencia educativa del oriente-sur del país.
“No todo debe depender de la CVG”
Con la creación de la Corporación Venezolana de Guayana (CVG), la concepción de la región como una mina se trasformó a la idea de una ciudad y “una ciudad significa educación, significa cultura”, apunta el padre Ugalde.
Por eso, desde la misma creación del colegio Loyola-Gumilla, como obra de la Compañía de Jesús, ya se había dejado una puerta abierta para la instauración de otras iniciativas educativas con sello ignaciano.
El sacerdote explicó que la idea de llevar la UCAB a Guayana surgía de vez en cuando y desaparecía, hasta que, a mediados de los años noventa, logró concretarse.
“La universidad nace un poco al ritmo del colegio Loyola-Gumilla, pero se veía absolutamente necesario tener una construcción propia”, destacó el exrector.
Por ello, en octubre de 1999 concluyó la edificación del primer módulo de la casa de estudios, el cual recibió a 750 estudiantes.
“La UCAB Guayana no recibió ni un centavo de la CVG (…) yo creo que eso fue bueno porque demostró que en Guayana no todo debe depender de las empresas básicas”, manifestó Ugalde, quien también indicó que “ya es hora de que haya instituciones que tengan su autonomía y consistencia propia”.
También aseguró que “esa es la manera de contribuir con una ciudad no minera sino de transformación industrial: sabemos que está en crisis, pero hay que seguir abiertos, mirando a futuro”.
Francisco José Virtuoso, máxima autoridad actual de la UCAB, explica que la sede de Puerto Ordaz enfrenta hoy el reto de afianzarse como una universidad para Guayana que, además, aporte la riqueza del oriente y sur del país a la Universidad Católica Andrés Bello como institución.
La extensión Guayana le ha aportado “muchísimo a la UCAB con sus productos de investigación y su trabajo de análisis”, afirmó el padre Virtuoso.
Además, destacó que la incidencia de los profesionales ucabistas en la región le ha permitido a la Católica tener una visión más completa del país.
Desde la academia, la UCAB Guayana funge como un espacio de discusión a través de foros, conferencias y debates en el que los estudiantes y personas foráneas pueden conocer sobre temas de la región o de índole nacional, con el objetivo de generar repuestas a las necesidades de su contexto.
El horizonte que desde la UCAB Guayana se construye para Venezuela “es el de un país educador, con efectividad, calidad y eficiencia”, recalcó Virtuoso; de esta forma, la universidad “potencia las capacidades de su gente”.
En los próximos años, la extensión Guayana se plantea “seguir fortaleciendo la presencia de la UCAB en la región”, en palabras del sacerdote jesuita. Así, la universidad continúa avanzando en el área de la innovación educativa y busca incorporar nuevas tecnologías en la formación académica, con lo cual contribuye con “la inserción de sus estudiantes en el mundo en que vivimos, a través de la internacionalización”.
Virtuoso señaló que con estos 20 años de pregrado, en la UCAB Guayana “soñamos con un país de alta potencialidad educativa y apostamos al despliegue de las capacidades de las personas…y hacia allá seguiremos avanzando”.