Formación e inspiración: la UCAB vista por su gente
María José Rodríguez
Es un hecho. La Universidad Católica Andrés Bello brinda a quienes pasan por sus aulas una formación académica y humana muy completa, que prepara para el desempeño profesional y otorga herramientas para afrontar las dificultades.
Gracias a eso, durante más de seis décadas la UCAB ha dejado huella en la sociedad venezolana, con un espíritu que combina la excelencia académica, la ética, la capacidad gerencial y el servicio al otro, valores que comparten no solo los alumnos sino también autoridades, profesores y empleados.
A propósito de la celebración de su aniversario 65, varios colaboradores de la institución compartieron impresiones sobre los atributos y aportes que hacen de la UCAB un referente indiscutible.
Magaly Vázquez, secretaria general de la universidad, tiene más de 30 años en la UCAB, primero como estudiante de Derecho y luego en importantes cargos académicos y administrativos. Como parte del cuerpo de autoridades y después de una fructífera trayectoria, la abogada da fe del sello que distingue a los egresados y colaboradores de esta institución.
«La UCAB logra formar profesionales con alto compromiso social, con sensibilidad, que no solo disponen de las herramientas técnicas para la resolución de problemas asociados a sus disciplinas sino que son capaces de colocarse en los zapatos del otro. Eso es algo muy importante que nos identifica como universidad. A pesar de la difícil situación que pasa actualmente en el país, esta institución sigue siendo un referente que demuestra que, por encima de las limitaciones, se pueden seguir haciendo cosas».
Algo similar opina el profesor Carlos de Armas, egresado de la UCAB en Educación y Comunicación Social, quien es docente de estas dos escuelas desde hace 32 años. Luego de tres décadas en la institución, reivindica a la Católica como un lugar que promueve el debate en un marco de pluralidad y diversidad.
Destaca que, pese a ser una universidad católica orientada por la Compañía de Jesús, en la UCAB no prevalece una visión exclusivamente cristiana sino que estimula la discusión de otras ideas, sin prejuicios.
«La universidad, aparte de ser un lugar de encuentro también es un lugar para sembrar tolerancia, en el buen sentido de la palabra, porque no lastima sino que comprende que cada uno de nosotros somos distintos pero que podemos unir esfuerzos para construir. Creo que es el aporte que ha dado la universidad, que siempre ha procurado construir, proponer y buscar alternativas para el país».
Pero no solo quienes tienen acceso a la formación académica de la UCAB resaltan sus virtudes. Jaime Medina trabaja desde hace 8 años en el área de mantenimiento del edificio de aulas en Montalbán. Luego de sus vivencias en el campus, aplaude la labor que emprende la universidad de formar a las nuevas generaciones.
«Esta universidad forma buenos profesionales y se preocupa por ayudar a los muchachos que no pueden pagar sus estudios. Además, son muchas las actividades sociales que realiza en las comunidades de la zona. Esas son cualidades muy grandes. Por eso es que yo digo ¡Sigan adelante! La misión que tienen los jesuitas es muy bella. Educar y guiar a los jóvenes no es sencillo y ellos lo hacen muy bien».
También como empleada, Odaly Monzón –encargada de una de las salas de consulta de la biblioteca del Centro Cultural Padre Carlos Guillermo Plaza- resalta cómo la experiencia acumulada durante 30 años en esta institución le ha servido para entender la manera en que los valores ucabistas permean a quienes hacen vida en estos espacios.
«Para mí algo que distingue a la universidad de otras instituciones son sus valores. No solo los que les enseñan a los estudiantes sino lo que promueven en los trabajadores. Yo llegué con 23 años y ya tengo 30 años aquí. La universidad es algo que atrapa y hace que todos duremos muchos años trabajando acá».
A nombre del alumnado, el consejero de Desarrollo Estudiantil, Roberto Rodrigues, califica a la universidad como un hogar en donde las ideas se forman y ven luz. Indicó que a pesar de la crisis universitaria que vive el país, la institución se mantiene en pie ofreciendo educación de calidad y promoviendo la vocación.
«La UCAB es un espacio único para construir, hacer ideas y crear proyectos. La UCAB es el espacio en donde puedes soñar en grande y trabajar por esos sueños. La formación dentro de las aulas es integral, no solo es excelencia académica, sino que hay una excelencia en valores, en filosofía de vida y genera aptitudes más que conocimiento, que es lo que nos distingue como profesionales. ¡Gracias UCAB! Me enorgullece ser parte de estos 65 años de historia. En estos años de carrera y lo que me quede de vida, la universidad cuenta conmigo. Hoy en día daré mi 100% por esta casa de estudios y mañana como egresado estaré dando todo lo que pueda por mi Alma Mater. ¡Gracias a los profesores! Se han convertido en héroes y en ejemplo de lucha y una motivación para buscar una vocación«.
Todos estos testimonios confirman que, después de 65 años de historia, la Universidad Católica Andrés Bello sigue haciendo realidad su misión de formar integralmente a los jóvenes venezolanos y contribuir con el desarrollo del país, aun en medio de las dificultades.
Bien lo mencionó el rector Francisco Virtuoso en su más reciente Lectio Brevis: «Queremos asumir este tiempo histórico con la fortaleza de lo que somos, con creatividad y sobre todo apostando por la liberación, la construcción de nuevas condiciones de vida y por la reconciliación».