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Ucabista fue incluido en la lista de innovadores del MIT

A finales de 2018, la revista digital MIT Technology Review en español -publicación del reconocido Massachusetts Institute of Technology (MIT) de Estados Unidos- divulgó su lista de  Innovadores menores de 35 años en Latinoamérica,  en la cual fueron incluidos 35 hispanos con el «mayor potencial de cambiar al mundo» gracias a sus revolucionarios proyectos tecnológicos. 

El listado, que  incluye a creadores de robots, prótesis, tratamientos médicos, turbinas de recolección de desechos, apps, plataformas de pago y hasta dispositivos para identificar enfermedades de transmisión sexual, está conformado por nueve mujeres y 26 hombres oriundos de 11 países del subcontinente, los cuales fueron agrupados en categorías como inventores, emprendedores, pioneros, visionarios y humanitarios 

En el grupo, el único venezolano es  Alfredo Morales, quien, a sus 34 años de edad, encabeza la categoría «Pioneros», por aplicar algoritmos de inteligencia artificial (IA) que permite detectar y predecir patrones de comportamiento humano en redes sociales como Twitter y Facebook, determinar las causas de la polarización y reducir el efecto de la «cárcel de opinión«, esa situación que hace que las personas consuman únicamente -incluso sin saberlo- informaciones y opiniones relacionadas con su manera de pensar.

Graduado de Ingeniería en Telecomunicaciones, Morales inició sus estudios en la Universidad Católica Andrés Bello  y, gracias a un convenio educativo de la UCAB, en el año 2008 culminó el pregrado en la Universidad Politécnica de Catalunya, en Barcelona, España.

En el año 2011 consiguió un máster en Ciencias en la Universidad Politécnica de Madrid y, en 2014, un doctorado en Física de los Sistemas Complejos en la misma casa de estudios.  En abril de ese mismo año, Morales realizó una estancia postdoctoral en el New England Complex Systems Institute (NECSI) de Estados Unidos, la cual duró hasta agosto del 2017.

Desde hace año y medio, Morales forma parte del MIT Media Lab (laboratorio del Instituto Tecnológico de Massachusetts dedicado a proyectos de investigación en las áreas de diseño, multimedia y  tecnología) al cual está afiliado como científico visitante, labor que combina con su trabajo como profesor en NECSI.

A propósito de este logro,  El Ucabista le entrevistó vía correo electrónico para conocer más sobre su trabajo.

 

¿Cómo surgió la idea o el planteamiento de aplicar la inteligencia artificial a las redes sociales para entender el comportamiento de la sociedad?

«Empieza por la disponibilidad de muchos datos generados por la actividad humana en redes sociales, usando teléfonos móviles o las tarjetas de crédito. Son los mismos algoritmos que utiliza Facebook para recomendar amistades o Netflix para recomendar películas. Se trata de una gran cantidad de datos que tienen mucha información sobre el sistema social que subyace en el sistema. Nosotros aprovechamos los datos y las tecnologías disponibles para analizarlos de forma que podamos observar patrones de comportamiento y de forma holística observar a la sociedad como un organismo, un ecosistema. Es como si pudieses ver una ciudad como un hormiguero y medir los distintos patrones de comportamiento social. Los planificadores urbanos por lo general hablan de infraestructura, relieve o vegetación, pero no observan el  componente social, cómo la gente ocupa el espacio. Y en parte porque no tenían cómo levantar esta información. Sin embargo, mas allá de una aplicación urbana, lo que estamos es desarrollando tecnología para observar y modelar los patrones de comportamiento de la sociedad y entender temas como segregación, polarización, crecimiento económico, innovación, entre otros».

¿Considera esto cómo un avance en los estudios de la sociología?

«Por supuesto. La sociología ha estado usando encuestas y entrevistas para entender lo que pasa a nivel social. Pero estas no son suficientes para capturar la complejidad y heterogeneidad de los comportamientos y las relaciones sociales. Aparte, usa estadística muy básica para presentar resultados, gráficos de torta o de barras para mostrar proporciones y tal vez la evolución temporal. Pero en primer lugar, a veces la estadística no cumple con los requisitos para capturar parte de la información relevante, dado que asume una independencia entre las partes que no existe. Y en segundo lugar, la sociedad no se trata de proporciones, sino de redes de individuos que interactúan y se relacionan entre si, y en la estructura de estas redes hay mucha información. Ahora podemos observar y medir cómo la información fluye entre los individuos y los efectos que eso tiene en los comportamientos emergentes. Por ejemplo, la encuesta puede decir que en un país la mitad vota por uno y la mitad vota por otro. Pero nosotros podemos ver cómo son esas dos mitades que no se están hablando entre si. Que no comparten el lenguaje y que rara vez se exponen los unos a los otros. Podemos ver el sistema social y la forma en que se autoorganiza».

¿Qué otra utilidad podría tener este proyecto?

«El análisis de datos para predecir comportamientos sociales tiene muchas utilidades. A nivel científico nos permite ver cómo las propiedades de la sociedad a nivel macro emergen desde decisiones personales a nivel micro y la relación que tienen nuestras acciones en el estado de la sociedad como un todo. Aparte de mapear los efectos de las distintas formas organizacionales (centralización, distribución) contribuyen al funcionamiento del grupo social. A nivel de políticas, esto ayuda a entender el funcionamiento de la economía, los distintos agentes, la evaluación de políticas en cuanto a cambios en el comportamiento social, a desentrañar qué es lo que realmente importa a la hora influir en el colectivo. Muchas políticas se hacen midiendo el viento con un dedo y falta entendimiento profundo sobre lo que está pasando y exactamente donde se debería intervenir. A nivel comercial, esto se puede aplicar para que las empresas entiendan mejor el comportamiento de sus clientes, del mercado, la optimización de recursos, el gestionamiento de los equipos, su funcionamiento interno».

¿Cuál es su próximo proyecto?

«Continuar desarrollando tecnología. Estoy profundizando en entender la estructura de la segregación social, la emergencia de zonas culturales en varias escalas, el riesgo de la ínterdependencia de actores en la economía, el desarrollo de economías distribuidas en criptomoneda, la simulación de sociedades artificiales y la optimización de recursos en procesos industriales».

¿Qué significa para usted pertenecer a la lista de  Innovadores menores de 35 años en Latinoamérica elaborada por el MIT y ser el único venezolano?

«En primer lugar, un gran honor que difícilmente puedo describir. Es un mensaje para todos mis compatriotas, tanto dentro de Venezuela como fuera, de que sí se puede tener éxito mientras se trabaje determinadamente en ello. Por eso hago una invitación al conjunto social venezolano a que dejemos a un lado ese vicio de pretender que alguien nos resuelva nuestros problemas y empecemos a generar soluciones por nosotros mismos. Que al final así se hace un país y una sociedad. Para mi carrera profesional significa un gran salto, un tremendo reconocimiento. Yo empece en mi laboratorio de física de sistemas a combinar métodos de física y estadística con análisis de datos, para entender conversaciones políticas en Twitter. 10 años después aquí estamos, recibiendo un galardón por haber confiado en esa voz interna que no se conformaba con el trabajo tradicional que me ofrecían, a pesar de que en aquel momento la gente ni entendía de lo que estábamos hablando».

¿Qué mensaje da a los jóvenes que limitan su carrera a una sola área de estudio?

«Que el futuro está en la interdisciplinariedad. Que el mundo que vivimos hoy en día es demasiado complejo y necesitamos conocimientos variados para atacar los problemas de forma efectiva. Una vez escuché a una persona decir que es importante saber de al menos dos actividades (así sean deporte y arte), no para ver la diferencia sino para encontrar los puntos comunes. La interdisciplinariedad enriquece. Y te permite encontrar soluciones creativas e innovadoras. Expande el espacio de posibilidades que tu mente puede explorar y de forma multiplicativa por el efecto combinatorio. No se conformen y sigan el instinto curioso que todos tenemos dentro. Estudien y aprendan porque así saldremos adelante».

Aquellos que deseen conocer más sobre el trabajo de Alfredo Morales pueden hacer clic aquí.

♦María José Rodríguez/Fotos: Cortesía Alfredo Morales

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