La lucha por la igualdad de género es una tarea inacabada. Durante siglos, las mujeres fueron consideradas como inferiores a los hombres y, aunque hoy en muchas partes del planeta siguen existiendo desequilibrios en términos de oportunidades, muchas féminas han logrado hacer camino en un mundo que antes solo era para los hombres.

En la Universidad Católica Andrés Bello, la mujer tiene un peso importante. En su plantilla de poco más de 1800 trabajadores, 56% de los profesionales y 42% de los docentes son del género femenino, mientras en el ámbito estudiantil, las damas constituyen 63% de la población de casi 10.000 alumnos.

Entre las autoridades académicas, la secretaría general está en manos de la abogada Magaly Vásquez, mientras seis de las 14 direcciones de escuela de la sede Montalbán son conducidas por igual número de mujeres:  Patricia Pereira (Ingeniería civil);  Yasmín Trak (Comunicación Social); Gianinna Olivieri (Letras); Milena Liani (Derecho); María Alejandra Paublini (Economía) y Clemencia Abad (Ciencias Sociales).

A propósito del Día Internacional de la Mujer, el cual se celebra cada 8 de marzo, El Ucabista conversó con dos de ellas, quienes ofrecieron sus impresiones sobre el puesto que ocupa la mujer en la academia y apuntaron los retos que afronta en la vida profesional. 

Más allá de las estadísticas, para Patricia Pereira, la desigualdad de género en el campo laboral es casi inexistente, a pesar de que dirige la formación de profesionales en la ingeniería civil, un área mayoritariamente ejercida por hombres. 

La profesora comenta que nunca ha sufrido discriminación por el hecho de ser mujer. Recalca que, si bien hay sociedades en las que la diferencia es notoria, en la venezolana no hay tales desequilibrios.

«Aquí en Venezuela no existe ese inconveniente. Los sueldos son los mismos para hombres y para mujeres. Y en el campo laboral no hay tampoco diferenciaciones. Quizás a veces hay un poco de restricciones por medidas de seguridad, al menos en lo que al área de la Ingeniería Civil se refiere, pero no por una desigualdad de género» .

Pereira comenta que el reto principal para las mujeres es el mantener el equilibrio entre las labores profesionales y las tareas que, normalmente, realizan en sus casas o en su entorno social. Considera que al final el reto es demostrar los méritos y avanzar en función de ellos.

«El reto es hacer nuestro trabajo lo mejor que podamos. Nunca he sentido que compita por género, al menos dentro de la academia, no ha habido una desigualdad por el hecho de ser mujer. Es por ello que creo que nuestro reto es ese.  Tenemos que saber compaginar esta labor tan exigente con nuestras actividades como madres, como mujeres, para poder ser excelentes en todo, en la parte profesional, en la familiar y en la social. Hay que seguir haciendo lo que hacemos de buena manera, exigiéndonos más y siendo las mejores en nuestra área, cosa que nosotras siempre hacemos, siempre queremos dar más y dar lo mejor»

La directora de la Escuela de Economía, María Alejandra Paublini, menciona que, dentro de la universidad, hay mucha presencia del sexo femenino y que las mujeres se han ganado el puesto que tienen con mucho esfuerzo y trabajo. Señala que el camino transitado por sus pares, tanto dentro como fuera de la academia, ha sido largo y que aún continúa, aunque han avanzado bastante en él. 

«Todavía existen muchos prejuicios sociales y aún hay luchas que tenemos que dar. A pesar de que hemos logrado mucho, hay muchas sociedades en las que predomina esa cultura en la que el hombre es superior en todos los ámbitos y es algo que tenemos que eliminar. Es por ello que, a mi criterio, hay demasiado por hacer y por lograr. La idea es que la igualdad sea plena en todo el mundo».

El mensaje principal para sus estudiantes, sus colegas y para las mujeres en general es el de no detenerse en el camino en pro de la igualdad. También resalta que es importante mantener la calidad del trabajo, sea cual sea, para romper los prejuicios que pueda haber.

«Hemos avanzado mucho y hay que continuar derribando esas barreras que hay para nosotras alrededor del mundo. Creo que la mejor manera de hacerlo es con nuestras acciones, dando lo mejor de nosotras, apoyándonos y realizando nuestras labores de la mejor manera posible. El camino continúa y hay que transitarlo sin importar los obstáculos, para así lograr el objetivo planteado».

Tanto Pereira como Paublini coincidieron en que el desarrollo de cualquier país requiere de las capacidades diferenciadas de hombres y mujeres. Llamaron a las autoridades y a la sociedad en general a trabajar en la superación de las barreras que limitan las oportunidades según el género.

♦Texto: Katherine Rodríguez/Retratos: Manuel Sardá