Egresado del Instituto Pedagógico de Caracas en 1993 como profesor de Matemáticas, Henry Martínez llena sus aulas de clases con excelencia académica y buen humor. Con una maestría en Matemática Pura en la Universidad Central de Venezuela, se define como un apasionado de la educación y como una persona que apuesta por el país y su mejora.
Confiesa que su amor por la docencia comenzó cuando apenas era un niño. En la Universidad Católica Andrés Bello comenzó a trabajar en 1999 y en el pasado ha formado parte del cuerpo docente de la UCV, la UPEL y la Unidad Educativa Moral y Luces «Herzl Bialik». Además, se dedica a formar maestros, a través de talleres, para que sus estrategias en clase sean más efectivas.
«Desde que tengo uso de razón, elegí la educación. Creo que la actitud de los maestros hacia mí fue lo que me impulsó a dedicarme a ella. Escogí las matemáticas como especialidad, sin embargo mi foco es formar docentes, y, aparte de dar clases en Ingeniería, es lo que hago y es lo que me gusta».
Actualmente, imparte en la Facultad de Ingeniería de la UCAB las cátedras Planos y Geometría (todas las escuelas); Lógica Computacional y Matemáticas Discretas (Ingeniería Informática), además de Cálculo 4 y Álgebra Lineal, materias que dicta ocasionalmente en Ingeniería en Telecomunicaciones.
Ante la complejidad de los contenidos, Martínez combina en sus dinámicas pedagógicas la enseñanza tradicional con las herramientas de tecnología, a la vez que invita a los estudiantes a ser autodidactas, orientándolos a la búsqueda de más información por sus propios medios para que amplíen sus conocimientos.
«No catalogaría mis clases como normales; intento variar las actividades de tal manera que el aprendizaje sea más efectivo y no muy tedioso. Intento llamar su atención y me gusta que ellos se apropien de los temas y se metan más en ellos»
Se ha ganado el apodo de «Happy Henry», porque siempre intenta contagiar a sus estudiantes de una actitud positiva. Gracias a eso, la relación que mantiene con sus alumnos es una combinación entre cercanía y respeto; señala que es esta proximidad lo que hace que ellos tengas más ansias de aprender y disfruten más sus materias.
«Me gusta que sientan que soy más que su profesor y que pueden buscar en mí la ayuda que necesiten. Muchos se me acercan todo el tiempo cuando tienen problemas con otras materias, quizás para desahogarse o, simplemente, para buscar apoyo. En este sentido, abro mi clase a que sea un espacio, no solo de enseñanza sino de distracción para ellos y para mí; me gusta que mis clases sean un ambiente diferente, con jocosidad y tranquilidad».
Con esa energía y en medio de la crisis que atraviesa el país, Henry Martínez también usa sus clases para pedir a los ucabistas que no desistan en la búsqueda de sus sueños y para que siempre intenten ver lo bueno de las cosas, a pesar de cualquier inconveniente que se les presente.
«La idea es mantener la fe y la confianza; el apoyarse en esas personas que son ejemplo, que a pesar de cualquier circunstancia siguen sonriendo y afrontando con buena cara la vida. Si pensamos solo en lo malo, nunca avanzaremos. Mi mensaje es, principalmente, que sigan adelante y no se dejen vencer».
♦Texto: Katherine Rodríguez/Foto: Andrea Alas