Reservado, educado y lleno de calidad humana. Así lo describen quienes pudieron conocerlo de cerca. La tarde del domingo 12 de mayo falleció el padre Rafael Baquedano, un hombre dedicado al servicio al otro y la educación.
Recordado en la comunidad ucabista como director y profesor de la Escuela de Ciencias Sociales y como creador de la parroquia universitaria de esta casa de estudios, fueron muchos los que tuvieron la oportunidad de conocerlo y compartir con él.
«Soy testigo de sus dotes pastorales excepcionales y su gran trato humano –dijo el rector, Francisco Virtuoso, desde Europa, al enterarse de su deceso. Lo conocí hace muchos años y era párroco de nuestra Iglesia María Trono de Sabiduría cuando llegué de rector a la UCAB. Fue un hombre bueno que pasó haciendo el bien. Será siempre recordado como un gran docente y como un ministro de la misericordia, del acogimiento y del amor de Dios».
Nacido en España en 1933, Rafael Baquedano dedicó prácticamente toda su vida a Venezuela. Según comentó en una entrevista que le concedió a El Ucabista en el año 2016, estudió en el internado jesuita San Francisco Javier en Navarra, donde se le presentó la oportunidad de venir a al país a cursar sus estudios religiosos.
Tras culminar el primer año de noviciado en 1950 y con tan solo 18 años de edad, Baquedano llegó con sus maletas a la urbanización Los Chorros en Caracas, donde funcionaba un lugar para novicios. A partir de entonces, Venezuela sería la tierra para desarrollar su apostolado, además de su verdadera patria.
«Quiero seguir siendo realmente venezolano. Quiero que me ayude a cambiar todos esos vestigios que uno todavía tiene de sus raíces. El carácter del venezolano es exquisito. Es espontáneo y muy capaz de dar cariño. Venezuela es un país maravilloso. La gente que quiero es venezolana».
El padre jesuita Jesús María Aguirre, profesor de la UCAB, publicó recientemente un artículo en el que describe las distintas facetas de Baquedano, quien fuera su amigo personal.
En el texto, señala que, durante sus casi 70 años en Venezuela, Baquedano se dedicó íntegramente al servicio de las instituciones de la Compañía de Jesús y al enriquecimiento académico. Recordó su paso por el Centro Gumilla.
«En este período, su trabajo intelectual estuvo combinado con su participación editorial en el Consejo de la Revista SIC, tanto en labores de escritor, secretario de redacción como de corrector de pruebas. Adicionalmente, a él se debió principalmente el desarrollo bibliohemerográfico de la Biblioteca General particularmente en las áreas de sociología urbana, sociología religiosa y ética profesional. Basta con recorrer los estantes de esas áreas para ver la actualidad de la documentación, sobre todo procedente de Estados Unidos, Francia, Bélgica, Italia y España», relató Aguirre en el artículo.
Baquedano fundó en 1991 la Parroquia Universitaria María Trono de la Sabiduría de la UCAB, la cual dirigió durante 23 años. Allí tuvo oportunidad de conocerlo el padre Danny Socorro, actual párroco de la universidad, quien refiere, entre otras cualidades, su sensibilidad y calidad humana.«Buscaba apoyar y escuchar a todo aquel que se le acercara con un problema».
«Él era una gran consejero, una persona cercana y un gran amigo. El padre tenía muchas biblias y se las iba regalando a al gente. Él era un pastor. A veces muy silencioso o muy conversador, dependiendo de cómo lo encontraras. Tenía un don de gente, el sacerdocio en su máxima expresión. Se acercaba a la gente, la apoyaba y levantaba» .
Tras casi 70 años de permanencia en Venezuela, el padre Rafael Baquedano dejó su huella en la comunidad ucabista y la Compañía de Jesús. Luego de retirarse de la parroquia universitaria en 2014, pasó los últimos cinco años en el Colegio San Ignacio, cuidando y brindando apoyo a sus hermanos en la enfermería.
«Sigue bendiciendo desde el cielo a tu muy querida UCAB. Bendición, querido Baque», dijo el rector Francisco Virtuoso en su mensaje de despedida a este insigne sacerdote y venezolano por decisión.
¡Hasta siempre, padre Baquedano!