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Comunidad ucabista celebró en el Día de Portugal sus raíces y valores lusitanos

A propósito de que cada 10 de junio se celebra el Día de Portugal y de las comunidades portuguesas en todo el mundo –por el fallecimiento del poeta Luis de Camões en 1580–, la Universidad Católica Andrés Bello recibió, este martes 11, a una representación diplomática de ese país, encabezada por el señor embajador en Caracas, Carlos Nuno Almeida de Sousa Amaro, quien destacó en su intervención su complacencia porque la herencia que las diversas oleadas de nativos de ese país trajeron a Venezuela sigue viva.

Subrayó que Portugal no celebra su día para conmemorar una batalla épica, sino las humanidades “y su exquisita historia”, siendo como es una de las naciones más antiguas del mundo occidental. Reivindicó también el espíritu trabajador y honrado de quienes al llegar a Venezuela con muchas necesidades asumieron un gran compromiso con este país.

También se refirió al apelativo cariñoso de “el portu” con el que los venezolanos han distinguido por generaciones a los venidos de esas tierras y que se encargaron de instalar y atender infinidad de industrias, comercios y servicios, que cubren desde el café y el cachito mañaneros, conducir autobuses, administrar supermercados y levantar enormes obras de infraestructura.

Por iniciativa del director de la Escuela de Administración y Contaduría, Miguel Goncalves –descendiente de inmigrantes madeirenses–, y con el apoyo entusiasta del jefe de la misión diplomática de Portugal, se realizó en el auditorio del Centro Cultural UCAB el conversatorio “Cuando las raíces son alas”, idea que ilustra cómo los valores del trabajo y la honradez inculcada por los portugueses emigrados a Venezuela proporcionaron a sus descendientes las herramientas para que ellos ahora desarrollen su potencial como emprendedores, más allá de las fronteras nacionales, luego de desarrollar localmente emporios en varias capitales y contribuir a la prosperidad económica.

Como anfitrión principal estuvo el vicerrector académico, Gustavo Peña, quien mencionó que la herencia portuguesa está presente en los venezolanos mucho más de lo que se presume, pues el mestizaje producto de los matrimonios de las portuguesas con los hombres venezolanos ha ido dejando de lado el rastro de esos apellidos.

Además de la intervención del embajador, quien mencionó que por tres años consecutivos Portugal se ha ganado el reconocimiento como mejor destino turístico –incluyendo a Madeira–, el consejero comercial, Francisco Costa, presentó al público, mayormente estudiantes y docentes de la UCAB, datos estadísticos sobre las mejoras económicas, sociales y de infraestructura que ofrece Portugal.

Indicó el funcionario que el gobierno de esa república ha hecho adaptaciones burocráticas en su sistema para atender específicamente las necesidades de la comunidad luso-venezolana y ofreció el respaldo a quienes así lo requieran.

La estudiante Joselin Rodrigues, quien hizo de moderadora, destacó el interés desde hace tiempo del profesor Goncalves por hacer el encuentro para celebrar las raíces lusitanas en la comunidad ucabista.

En su turno, el director de  la escuela de Administración y Contaduría mencionó que esta es una de las especialidades más demandadas por los luso descendientes en la Universidad Católica Andrés Bello. “Los portugueses han hecho de la UCAB su casa”, afirmó Goncalves.

También intervino en el evento el ingeniero Paulo De Sousa Ajustrel, conselheiro de las comunidades madeirenses, quien hizo un amplio recuento histórico de las tres oleadas principales de inmigrantes que llegaron a Venezuela desde Portugal. Dijo que la comunidad más numerosa es la de los descendientes de los emigrados desde Madeira. Aseguró que investigaciones indican que un censo hecho en el siglo XVII en Caracas, estimó que ya en 1606, de 415 residentes, 125 eran portugueses.

De Sousa identificó los períodos de 1948-1953 y 1961-1974 en los que se concentró la mayor cantidad de venidos desde Portugal. La primera, conformada principalmente por obreros y maestros de la construcción y comerciantes que instalaron las panaderías con las características propias venezolanas. En el segundo período, cuando se produjo la mayor cantidad de emigrantes madeirenses, se debió a las circunstancias políticas y fue la manera cómo los hombres evadieron el servicio militar obligatorio para no participar en la guerra colonial que se libraban en Angola, Guinea-Bisau y Mozambique. Fue en esta época, dijo, cuando llegaron quienes luego fundarían las cadenas de supermecados Central Madeirense, Plaza, Exelsior Gama y Unicasa.

Es en las últimas dos décadas del siglo XX, señaló De Sousa, cuando se establece la última corriente migratoria con el impulso de empresas de construcción que trajeron a su personal especializado y se afianzaron en la ingeniería civil.

Recalcó que el principal regalo de los portugueses a Venezuela, más allá de lo material, ha sido “el trabajo duro, honesto y responsable”.

A continuación, algunas imágenes de la actividad.

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♦Texto: Elvia Gómez/Fotos: Manuel Sardá

 

 

 

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