La sociedad civil venezolana tiene la responsabilidad imperativa de articularse nuevamente para presionar y obligar, tanto al gobierno de Nicolás Maduro como a la dirigencia política democrática, a llegar a un entendimiento para retomar la ruta electoral y resolver por la única vía pacífica que otorga legitimidad, nacional e internacionalmente, las diferencias que han sumido a Venezuela en la catástrofe económica y social.
Esta es la conclusión más relevante de las intervenciones de los 17 panelistas reunidos en el Aula Magna de la UCAB, en el “Encuentro Nacional de la Sociedad Civil: por la solución democrática a la crisis nacional”, que se realizó este viernes 6 de diciembre. Expusieron dirigentes vecinales, sociales, estudiantiles, gremiales, políticos, empresariales y académicos, que condujeron con sus intervenciones al consenso de que sí es posible que la comunidad organizada venza al régimen sin violencia y reconstruya la democracia.
Al clausurar la jornada, el rector de la Universidad Católica Andrés Bello, Francisco José Virtuoso, convocó a los más de 250 activistas de organizaciones de la sociedad civil, venidos desde casi todos los estados del país, a comprometerse a articular la Red en defensa del voto y de la democracia, que funcione como “una red de redes” para ir casa por casa y para hacer posible el cambio político con elecciones presidenciales confiables.
Virtuoso enumeró siete aspectos que consideró recogen las principales aspiraciones y preocupaciones que ha escuchado desde el año pasado, cuando se incorporó al equipo del Frente Amplio Venezuela Libre, y que dijo se repiten en los diferentes encuentros con organizaciones de la sociedad civil. “La responsabilidad es nuestra y no podemos renunciar al protagonismo”, dijo el rector. Advirtió que “será difícil, pero posible con la fuerza de todos”.
La ruta electoral implica luchar por las garantías y la comunidad internacional puede ayudar, pero la tarea es de los venezolanos, insistió. “El entendimiento es necesario” mediante “un diálogo sincero”, que una vez alcanzado se tiene que respetar. “En la diversidad está la unión” que debe incorporar a un vasto movimiento social.
Con las sucesivas intervenciones, programadas a lo largo de siete horas de exposiciones, se fue dando cuerpo a lo que fue el mensaje central de articularse en torno al rescate del sufragio. Esto se complementó con una intervención fuera del programa.
El estudiante Valentín Tirado (UCAB-Guayana) quiso despejar cualquier duda ante una pregunta del público a los panelistas y afirmó, acompañado por otros cinco dirigentes participantes, que los jóvenes venezolanos “sí estamos preparados y sí estamos motivados ante las dificultades para recuperar la democracia. En un futuro cercano, no poniéndole fecha, lograremos derrocar la dictadura de Nicolás Maduro”.
Solución necesaria y posible
El encuentro nacional de la sociedad civil debatió tres segmentos del mismo tema: “La solución democrática es necesaria”, “La solución democrática es posible” y “Propuestas de la sociedad civil para una solución democrática a la crisis”.
En los dos primeros bloques intervinieron Katherine Martínez (Prepara Familia), Amelia Medina (Centro La Consolata-Carapita), Keta Stephany (Fapuv), Ricardo Cusanno (Fedecamaras) y Pedro Nikken (expresidente de la Corte IDH).
Los activistas de la sociedad civil del primer bloque insistieron en la articulación de un gran movimiento social para promover protestas por los derechos individuales y sociales, que no sea excluyente, y que presione a la dirigencia política para que renuncie a “los atajos” y luche por la única vía pacífica que permite construir un cambio sostenible en el tiempo.
Pedro Nikken, expresidente de la Corte Interamericana de los Derechos Humanos, se quejó del “autismo” de la dirigencia política democrática y afirmó tajante que los venezolanos no vamos a tener “las condiciones ideales” para ir a elecciones y que ha quedado demostrado que abstenerse en estos procesos para lo único que ha servido es para que el chavismo siga en el poder. Añadió que “la debilidad del mundo político llama a la acción urgente de la sociedad civil”.
Keta Stephany, secretaria de información de la Federación de Asociaciones de Profesores Universitarios (FAPUV), fue clara en diferenciar su punto: “no se trata de convencer al autoritarismo (para que salga del poder), sino de obligarlo”. Para eso, dijo que es necesario levantar un sistema electoral mínimamente confiable y eso solo será posible cuando la ciudadanía articule en todo el país un movimiento por la defensa del voto y la calidad de vida, que englobe el reclamo por todos los derechos, individuales y sociales vulnerados.
Katherine Martínez, directora de la ONG Prepara Familia, y Amelia Medina, directora del Centro La Consolata, relataron sus vivencias cotidianas y muy dolorosas con la emergencia humanitaria compleja y cómo afecta a los niños y adolescentes. En el primer caso, en el hospital “J.M. de los Ríos” y en el segundo, en el barrio ubicado en la parte alta de Carapita, en Caracas. No obstante los sufrimientos, destacaron que las articulaciones ciudadanas de cooperación y auxilio están funcionando y ayudan a aliviar en algo las carencias.
El presidente de Fedecamaras, Ricardo Cusanno, describió la destrucción del sector privado, que perdió 60% de la capacidad técnica y profesional con la diáspora; no obstante, consideró positivo que los venezolanos en el exterior serán parte del apoyo para el rescate nacional, gracias a los conocimientos que están adquiriendo fuera.
El empresario mencionó entre sus puntos clave el rescate de la institucionalidad, del valor del trabajo y los valores ciudadanos, renunciar al rentismo petrolero, luchar por el entendimiento y un país donde quepamos todos.
Derrotar la violencia con el diálogo
En el segundo panel participaron Doris Barreto (Fe y Alegría-Catuche), Nelly Cuenca de Ramírez (CEPAZ-Lara), Arturo Peraza s.j. (UCAB-Guayana) e Inés Quintero (Academia de la Historia).
Barreto y Cuenca contaron sus experiencias en el contacto directo con bandas delictivas violentas (barrio Catuche) y la represión de las protestas de 2017 por parte de la policía y la FAN (Lara), donde lograron, mediante el diálogo, reducir los homicidios y enfrentamientos armados –en el caso del barrio– y lograr la libertad de más de 140 jóvenes detenidos, algunos de ellos torturados, en el caso de Barquisimeto.
El vicerrector de la Extensión de la UCAB en Guayana, Arturo Peraza, hizo un relato de sus vivencias cercanas al proceso electoral de 2007, referendo constitucional que perdió Hugo Chávez, en la misma época cuando surgió el movimiento estudiantil conocido luego como Generación de 2007, muchos de cuyos participantes están actualmente activos en la dirigencia política nacional, algunos desde el exilio.
Peraza recordó que los estudiantes se activaron por el cierre de RCTV e hicieron una campaña activa por el NO al referendo, lo que obligó a los partidos de oposición, que entonces estaban muy divididos, a sumarse a la ruta electoral porque se dieron cuenta de que era una oportunidad. Dijo que los estudiantes hicieron campaña cara a cara y sembraron dudas en los simpatizantes del chavismo sobre los verdaderos objetivos de esa reforma constitucional, que los llevó a abstenerse. La resultante fue que la presión de los estudiantes y de la sociedad civil construyó voluntad política para acudir al proceso y cubrir las mesas con testigos, lo que le propinó a Hugo Chávez su primera derrota electoral en ocho años.
Insistió en que el chavismo es derrotable electoralmente y el voto es lo único que da legitimidad. “No hay salida si no es electoral, pero esto requiere voluntad política y la sociedad civil tiene que ponerse los pantalones largos”.
La última intervención del segundo panel fue la de la historiadora Inés Quintero. “En Venezuela no hay bandos irreconciliables, no hay odios inextinguibles, en Venezuela no hay antagonismos insalvables, no hay polarizaciones inquebrantables, no hay posiciones innegociables. En Venezuela no hay miedos paralizantes, en Venezuela no hay causas imposibles y en Venezuela tampoco hay doctrinas incompatibles”, dijo en una de las dos intervenciones más aplaudidas, luego de hacer un recuento con el que quiso desmentir el discurso del chavismo según el cual la historia nacional está marcada “por las degollinas”.
Quintero citó momentos clave, como el 27 de noviembre de 1820, cuando Simón Bolívar y Pablo Morillo se abrazaron y ratificaron el Tratado de Armisticio y Regularización de la Guerra de Independencia. Recordó que “la Guerra Federal se acabó en una mesa de diálogo”, con el Tratado de Coche, negociado “por 40 cortagargantas de cada lado”. En el siglo XX, mencionó el acuerdo de convivencia tras la muerte de Juan Vicente Gómez a partir de 1935 y, más adelante, con la pacificación de la guerrilla en 1969, que se logró mediante negociaciones entre sectores aparentemente irreconciliables, que se incorporaron juntos a la vida democrática.
«Yo creo que los venezolanos estamos en un compromiso crucial de hacer valer esta tradición histórica que nos ha traído hasta el presente para combatir la idea de que somos un país en el cual no podemos entendernos. Yo estoy convencida de que hay espacios de acuerdo, espacios de entendimiento, espacios de convenimiento que nos permitan a la sociedad venezolana, a la sociedad civil organizada que está aquí reunida responsablemente, dando cuenta de lo que ha logrado, de lo que ha hecho y de lo que está dispuesta a hacer para convenir en un acuerdo que nos permita solventar nuestras diferencias y salir adelante con unas elecciones que sean compatibles con las exigencias de los venezolanos. Tenemos un propósito común, que es vivir en democracia y para vivir en democracia, como lo decía el padre Arturo Peraza, la legitimidad es crucial. Legitimidad estamos construyendo desde hace 200 años, desde que quebramos con la monarquía española y la legitimidad tiene en la representación de la ciudadanía su fundamento esencial. Salgamos como una sola voz, desde nuestras diversidades, a demandar, exigir y practicar la representación política ciudadana a través del voto”.
Organización para lograr las condiciones
El tercer y último panel estuvo integrado por Ramón Guillermo Aveledo (Proyecto Articulación Ciudadana), Griselda Colina (Mesa de entendimiento electoral de Diálogo Social), Beatriz Borges (CEPAZ); Benigno Alarcón (Creemos Alianza Ciudadana), Roberto Abdul-Hadi (Súmate) y Francisco Moreno (Ciudadanía Activa).
Esta parte del debate estuvo dedicada a los detalles técnicos que se requiere cubrir para ir a elecciones con un mínimo de condiciones, entre ellas, que se restituya el derecho al voto a los 2,7 millones de venezolanos que están en el exterior; un nuevo CNE, convocatoria con suficiente tiempo, levantar inhabilitaciones políticas, Plan República imparcial y restitución de la tinta indeleble entre otros requisitos.
Aveledo reiteró que las elecciones “son la solución venezolana que le devuelve el protagonismo a los venezolanos”, y dejó claro, ante una pregunta, que no se trata de restaurar la democracia como la conocimos, sino de “construir una democracia aprovechando la experiencia de lo vivido y lo perdido, con aciertos y errores nuevos, aunque algunas cosas inevitablemente se repetirán”.
Invitó a entender que entre sectores que piensan distintos existen coincidencias sobre la necesidad de hacer elecciones y es mejor dejar el orgullo de lado y llegar a acuerdos. Además, la vía electoral cuenta con el apoyo de la ONU, la OEA y la Unión Europea, que ayudarán a que se cumplan las exigencias de vigilancia y observación “antes, durante y después” de los comicios, pero esto debe estar precedido por un acuerdo nacional.
Griselda Colina mencionó que el jueves se instaló en las Academias Nacionales la Mesa de Entendimiento Electoral que aglutinará las iniciativas dispersas de la sociedad civil en esta materia. Dijo que han escuchado a más de 70 actores de diferentes corrientes que han presentado 238 propuestas en materia electoral. Indicó que la lucha será “por la elección libre posible”, pero no por un proceso perfecto. La clave es trabajar por la movilización ciudadana y la confianza en el voto.
Benigno Alarcón, director del Centro de Estudios Políticos y de Gobierno de la UCAB (CEPyG), presentó la iniciativa Creemos Alianza Ciudadana, una red de redes que ha estado patrocinando desde hace más de un año, dando entrenamiento en métodos de resistencia y protesta pacífica.
Mencionó Alarcón los casos de Perú (Fujimori), Serbia (Milosevic), Ucrania (Revolución naranja), Túnez (Primavera árabe) y Bolivia (Evo Morales), que fueron todos procesos sociales que tuvieron como protagonistas a los ciudadanos organizados. Pero eso requiere, dijo, organización, disciplina y estructura; un director y un plan.
Roberto Abdul, informó que Súmate ha estado entrenando a los ciudadanos en las tareas necesarias para ser miembros y testigos de mesa. Así, en 2018 entrenaron a más de 25 mil y este año otros tantos miles que son multiplicadores del conocimiento. Invitó a activar “el primer frente de protesta”, que es defender la opinión personal y las convicciones propias. También llamó a no menospreciar los espacios personales en los que nos movemos, pues son los espacios ciudadanos desde donde se articular las redes, como son los sitios de trabajo y nuestras agrupaciones y gremios.
“Mientras nosotros discutimos si vamos a o no vamos a las elecciones parlamentarias de 2020, el gobierno se está organizando”. Abdul adelantó que las informaciones indican que el chavismo convocará esos comicios para el mes de octubre.
Por último, Francisco Moreno, de Ciudadanía Activa, llamó a los venezolanos a mantener el foco “en la elección presidencial que nos deben”. Llamó la atención sobre una debilidad de las protestas que se han venido realizando y es que no se está desarrollando “el paraguas de los derechos políticos”.
♦Texto: Elvia Gómez/Fotos: Manuel Sardá