Egresado del Colegio Agustiniano Cristo Rey de Caracas, David Montó es estudiante del sexto semestre de Economía. Su manera de asumir la vida universitaria lo hace un notorio exponente de los valores ucabistas.
A lo largo de los tres años que lleva en la institución, ha participado en una multitud de agrupaciones que hacen vida dentro de la UCAB. Ha sido dos veces integrante del Modelo de Países Exportadores de Petróleo (MOPEP), forma parte activa en el Voluntariado de Economía, contribuye con la organización del Congreso de Actualidad Económica que se realiza en la institución, fue coordinador de artistas en la última edición de El Becazo, funge como ministro en la organización Gabinete UCAB y es presidente del Comité Financiero del Centro de Estudiantes de Economía (CEE).
Es beneficiario del programa de Pensión Proporcional, el cual actualmente cubre un 50% del costo de su matrícula. También mantiene un promedio que oscila entre los 13 y 15 puntos, lo cual para él no es motivo de preocupación, pues alega estudiar «para aprender, no para sacar buenas notas».
Entre otras cosas, destacó la importancia de apuntar a ser un estudiante integral, lo cual consiste en reunir experiencias que soporten sus estudios, adquiriendo herramientas que no sean accesibles mediante los estudios y puliendo las que estos sí proporcionan.
¿Por qué decidiste estudiar Economía?
«Tenía decidido estudiar Economía desde mi primer año de bachillerato, cuando pasó por mi cabeza el mundo de las finanzas. También me gustaba el trading y el trabajo de un corredor de bolsa. Siempre estuve a la expectativa de cualquier cambio en mi mentalidad, para ver si al final de quinto año aún quería estudiar esta carrera. En definitiva, ninguna otra llamó tanto mi atención como Economía, porque me parecía muy abierta, en cuanto a las ramas por las cuales me podría desempeñar.»
¿La UCAB siempre fue tu primera opción?
«Una de mis opciones era la Universidad Central de Venezuela (UCV), que queda muy cerca de mi casa, y la otra era la UCAB. Al pensar en la situación del país y al sentirme más identificado con los valores de la UCAB, decidí estudiar acá».
¿Qué te llevó a formar parte del Centro de Estudiantes de Economía?
«Empecé en el voluntariado, pero en el CEE vi un espacio en el que los estudiantes de Economía podíamos aportar ese granito de arena para crear una mejor escuela y hacerla la mejor del país».
¿Qué es lo que te llamó a formar parte del voluntariado?
«Varios amigos me contaron cómo era la dinámica. Pero más que todo fue porque al momento en que me tocó ver la cátedra de Identidad, Liderazgo y Compromiso II, era reacio a participar en las actividades comunitarias, por temor a la inseguridad. Pero luego, cuando lo intenté, me di cuenta de que era una experiencia única y extraordinaria, veía que podía ayudar a los chamos. Cuando tocó culminar la cátedra recibí la gratitud y el amor de estos chicos, y supe que en ningún otro sitio iba a poder obtener eso. Decidí unirme al voluntariado porque quería extender esa experiencia, me enamoré de esto y me quedé».
Teniendo en cuenta tu trayectoria en la carrera y tu conocimiento sobre la Economía, ¿hay algo que te gustaría haber visto ya y no lo has hecho?
«Creo que el pénsum está actualizado, sin embargo, este año toca hacer una reformulación y creo que el inglés es fundamental. Antes existía un filtro de inglés, pero este se quitó hace tiempo. Muchas materias implican tener un conocimiento funcional de un lenguaje técnico del inglés, con el cual muchos no contábamos al entrar en la carrera. Quizás una electiva o un curso de inglés en el que los estudiantes puedan aprender a leer y entender lo que está escrito en las guías sería fundamental. Esto también daría un aditamento increíble a tu preparación para el ámbito laboral».
¿Es importante que el estudiante de Economía esté especialmente preparado para su inclusión en el ámbito laboral?
«Nosotros actualmente queremos traer de vuelta el Econojobs, que fue una feria de empleos que nada más se hizo una vez. Queremos renovarla porque es ahí donde el estudiante puede conocer el campo laboral y cómo hacer su currículum, que también es importantísimo».
Al ser un estudiante que participa en muchas actividades dentro y fuera de la universidad, ¿cómo manejas tu tiempo?
«La organización es la base. Si logras distribuir tiempo suficiente para cada cosa, puedes participar en cualquier agrupación que sientas que ayuda en tu formación profesional. Cada agrupación tiene su función y tienes algo que aprender de ella, debes darle el tiempo que amerita sin dejar atrás tus estudios, porque al fin y al cabo tu carrera es un factor determinante en tu formación».
(Ver también: Cuatro habilidades que se adquieren al formar parte de los MUN)
¿Es más importante enfocarse en los estudios o en la experiencia que puedas adquirir trabajando y formando parte de ese tipo de agrupaciones?
«Las agrupaciones te forman. Ellas te dan herramientas prácticas para utilizar en el campo laboral, por ejemplo: el liderazgo y el trabajo en equipo. Herramientas que quizás no obtengas de tus estudios. Cuando me gradúe estaré agradecido a la universidad por haberme brindado estos espacios que me pudieron formar a mí y a otros futuros economistas integralmente».
Quienes te conocen te identifican como un «líder estudiantil», pero ¿te consideras un líder o te intentas proyectar de otra manera en los demás?
«Sí, me proyecto como líder estudiantil. Busco que ese granito de arena que aporto en cada agrupación a la que pertenezco sea un cambio. Estos cambios los defino como cosas que se dejaron de hacer y quiero rescatar, cosas que se siguen haciendo y quiero mantener, así como también la necesidad de innovar, esas creo que son las tres cosas que quieres ver cuando te unes a una agrupación. Este liderazgo lo obtuve explotando el espacio que me brindó la universidad en el CEE, viendo que el equipo del que formo parte puede tomar iniciativas como conformar tres comités, algo diferente a lo que antes existía (….) con esto buscamos sentirnos líderes de nuestros propios equipos».
¿Este compromiso con tus compañeros ha estado presente desde tu etapa colegial?
«Desde siempre ha estado ahí. Los valores que me enseñaron en el colegio, y sobre todo en mi casa, dictan que si voy a hacer algo debo hacerlo bien, lo que haga debe trascender y dejar una huella. Al final no debe ser un nombre lo que recuerden, sino la acción que dejaste».
¿Cuáles experiencias han sido hitos en tu vida o han definido quien eres hoy en día?
«Hay aspectos que pocos conocen. De pequeño practiqué taekwondo por mucho tiempo, y ese tipo de actividades marcan mucho a una persona. Gracias a esto obtuve valores que no habría adquirido de otra manera. La integridad, el espíritu indomable, el liderazgo, entre otras cosas, me las dieron el taekwondo y mi niñez. Actualmente estoy practicando poco, pero me gustaría retomarlo luego de graduarme. Otra actividad que me ayudó fue el fútbol, al cual nunca le pude dedicar el tiempo que quise por el taekwondo, pero me enseñó el trabajo en equipo, pues nunca va a rendir un jugador si no hay un equipo que lo respalde. Esto se contraponía al taekwondo, pues en ese caso tener un buen desempeño dependía de mí exclusivamente. Esas dos perspectivas, me ayudaron como persona y han sido aspectos que han definido quien soy ahora».
¿Quién ha sido tu modelo a seguir o quién te ha inspirado a perseguir el sueño de ser economista?
«Quizás mi padrino, él dejó sus estudios de economía a la mitad, pero creo que fue quien, a priori, hizo que yo tomara contacto con el mundo de las finanzas. Mi papá también quería ser economista, pero nunca lo estudió, y fue gracias a lo que él me habló de la carrera que decidí dedicarme a ella. Descubrí que era para mí, al ver el comportamiento del dinero en el tiempo, el comportamiento del individuo debido al simple hecho de la circulación del dinero y los agentes de cambio que hacen que la economía funcione. También tuve una profesora increíble, que me dio Geografía Económica en quinto año, ella me brindó cierto plus que hasta ese momento no había conseguido».
¿Qué piensan tus padres de tu vida universitaria?
«Ellos nunca me impusieron lo que tenía que estudiar, me dejaron escoger libremente, pero me dijeron ‘en lo que hagas, sé el mejor’. Si lo que me gustaba era la economía, tendría que ser el mejor economista; si me gustaba la ingeniería, apuntaría a ser el mejor ingeniero; si quería estudiar derecho, trabajaría para ser el mejor abogado; lo importante era que cada día que fuera a la universidad, lo hiciera por gusto y no por obligación».
¿Qué mensaje quieres dedicarle a la comunidad ucabista?
«Mi mensaje es: sean integrales. La universidad hace muchas referencias a la excelencia y a que nos enfoquemos en los espacios fuera del aula, para desarrollar esos aspectos que no te da la carrera o perfeccionar los que sí te da. Algo que siempre les digo a los estudiantes con los que comparto en el CEE, en el voluntariado y en mis clases es que vayan más allá, no se limiten; siempre puedes dar algo más, partiendo de la premisa de que eres único».