Entre el lunes 20 y el viernes 24 de julio, el Instituto de Teología para Religiosos (ITER) de la Universidad Católica Andrés Bello desarrolla su Semana Teológica, a través de un coloquio virtual que lleva por título «Propuesta de una alternativa superadora a la situación actual de Venezuela». La actividad es organizada en alianza con la Pontificia Universidad Salesiana y la Arquidiócesis de Caracas.
En la primera sesión, bajo el formato telemático en la plataforma Zoom, participaron el cardenal Baltazar Porras, administrador apostólico de la Arquidiócesis de Caracas, quien compartió el espacio con el sacerdote jesuita Manuel Zapata.
Porras formuló interrogantes al director del Centro Gumilla, quien expuso la visión que ha desarrollado, desde su experiencia directa con comunidades de distintas zonas del país, sobre la caracterización de la crisis que agobia al país y las opciones de transformación positiva en los diversos niveles de la realidad.
Zapata abogó por “construir un Estado civil que ponga límite al autoritarismo”, donde se deje de lado la actual injerencia militar y policial en todos los asuntos públicos y donde haya autonomía de todos los poderes y ese Estado no haga lo que un solo partido dice.
“Hoy lo público es de nadie, cada quien hace lo que le da la gana. Anteriormente lo público era la base, los mejores profesores estaban en las universidades públicas”.
En el área económica, estima necesario poner freno a la hipertrofia del Estado, desarrollar reglas del juego claras y que favorezcan la transparencia, para que los ciudadanos puedan hacer contraloría social y frenar la corrupción.
“Pero lo primero es reconocer la propiedad privada, que las empresas y ciudadanos tengan condiciones jurídicas para invertir y desarrollar sus proyectos, pero que al mismo tiempo no se corporativicen y mantengan el equilibrio entre productividad y rentabilidad”, a lo que el cardenal Porras acotó: “que no haya monopolios ni oligopolios”.
Recordó el director de Gumilla la transformación del sistema político venezolano en los últimos 20 años, que pasó de un “autoritarismo”, en el período de Hugo Chávez, a “una dictadura totalitaria” a partir de la gestión de Nicolás Maduro. Teme que la aplicación del “modelo chino” de control social, que se refuerza con las medidas que se aplican ante la pandemia de la COVID-19, pueda terminar llevando a que la sociedad acepte este tipo de sistemas.
A juicio de Zapata, en Venezuela, la población está ante “una elementarizacion de la vida, mucha gente vive para el día a día, concentrada en cómo alimentarse, y no le da para pensar en otras cosas”.
Mencionó las tres principales situaciones que se encuentra en las comunidades: gente en gran pobreza que se paraliza ante la adversidad y vive sin esperanza, gente que “aunque estén desencantados”, sigue apoyando al modelo político “porque pusieron su fe en eso y es mejor malo conocido que bueno por conocer”; y gente que, “aunque la están pasando muy mal, tratan creativamente de afrontar la situación”.
“Hay casos de médicos o maestros que no tienen ni cómo ir a la escuela, pero hacen doble esfuerzo porque ese trabajo les nutre y es un trabajo de cuidado de los niños. Hay gente muy pobre que no tiene mucho, pero da de lo que tiene. Eso se encuentra en el barrio, donde se es solidario acompañando al enfermo. Hay diversas formas y alternativas de superación”.
Sobre la experiencia concreta del Centro Gumilla con un programa de acompañamiento que se llama Reconstrucción del Tejido Social, explicó el padre Zapata que se han encontrado a grupos de la Iglesia, escuelas, consejos comunales, entre otros, que dejan de lado toda la ideología para generar soluciones a sus problemas locales.
“Nosotros tenemos experiencia de articulación social en Machiques, Mérida, Maturín, El Tigre, Ciudad Guayana, Cumaná, Barquisimeto y varias zonas de Miranda”. Destacó una experiencia en Mérida donde la comunidad ha rescatado espacios nocturnos, “donde hace meses era difícil caminar”. También habló de la experiencia en La Villa del Rosario (Zulia), donde la comunidad se organizó para que no haya colas para surtir gasolina.
Insistió Manuel Zapata en que para superar la pobreza tiene que hacerse realidad en Venezuela el Estado social de derecho, previsto en la Constitución.
Sobre el papel de los ciudadanos, cree que es necesario que los venezolanos se formen como tales, y comentó que “los gobiernos le tienen miedo a que la gente se prepare, se forme, sepa”.
“Creo que este es un momento donde requerimos un liderazgo claro, unificador, que no piense en intereses particulares, que sea capaz de recoger las demandas de la sociedad y pueda articular los distintos grupos y espacios del país. Yo soy testigo de cantidad de organizaciones de la sociedad civil que se están articulando. Este sábado participé en un foro interesante sobre la Ley de Condominios en el estado Miranda. Aunque el gobernador aclaró que la intención no es esa, el temor inicial de los asistentes era perder el derecho de propiedad sobre sus casas. El liderazgo que necesitamos tiene que articular y construir una fuerza social. Una gran esperanza es la sociedad civil, no para que se convierta en un partido político, sino para que vaya a mediar entre los distintos actores, porque hoy todos los partidos están fallando”.